Hacemos lo que ellos desean u ordenan aún si para eso debemos ir más allá de lo que nos es confortable, como si nuestra voluntad no existiera. En algunas ocasiones este juego puede durar años, envenenando la vida de quien es manipulado.
Los manipuladores son tremendos infractores de nuestros límites, que no respetan y no reconocen nuestros derechos.
Durante la comunicación un manipulador cambiará constantemente su máscara: con una persona puede ser extremadamente educado mientras que con otra puede reaccionar con gran violencia y rudeza.
Lo más común es que las razones de un comportamiento así sean complejas y tengan sus raíces en la infancia. Corregir, educar o salvar al manipulador no es problema tuyo.