El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este lunes una nueva orden ejecutiva relacionada con la inmigración. A diferencia del decreto anterior, el nuevo texto excluye del veto a Irak, si bien mantiene la prohibición de entrada a EE.UU. durante 90 días a los ciudadanos de Irán, Somalia, Libia, Siria, Yemen y Sudán. Irak queda excluido de los países vetados porque ahora proporciona más información a Washington.
El nuevo decreto entrará en vigor el 16 de marzo y no limitará la entrada al país de los refugiados de Siria (a diferencia del primer decreto), si bien mantiene la suspensión de la recepción de refugiados de los demás países durante 120 días, tal y como establecía la orden ejecutiva del 27 de enero, informa el periódico 'USA Today'.
En vez de los 110.000 refugiados previstos para 2017 por la Administración Obama, EE.UU. recibirá solo 50.000, ha afirmado el Departamento de la Seguridad Interna del país.
Además, el documento revisado ya no da preferencia de entrada a las "minorías religiosas" —por ejemplo a los cristianos— que provengan de los seis países incluidos en el documento. Asimismo, las personas de estos países que ya se encuentren residiendo de forma legal en EE.UU. y quienes tengan "tarjetas verdes" no se verán afectadas por la nueva orden.
El primer decreto será anulado en el momento de la entrada en vigor de la segunda versión.
- El pasado 27 de enero, el mandatario firmó una orden ejecutiva para "mantener fuera de EE.UU. a los terroristas islámicos radicales". El documento prohibió la entrada a territorio norteamericano a las personas provenientes de siete países de mayoría musulmana, así como a los refugiados sirios.
- La medida provocó acciones de protesta en los aeropuertos de varios países del mundo, ya que ciertas aerolíneas se negaron a permitir el embarque a los viajeros de dichos países que se dirigían a Estados Unidos.
- El 3 de febrero, un juez federal de Seattle dejó sin efecto esta orden ejecutiva de manera temporal. Desde entonces, el Departamento de Justicia de EE.UU. ha apelado sin éxito varias veces esa decisión.