Un estudio de la revista 'Nature' analiza la compleja impronta de la mutilación genital femenina en cinco países africanos: sigue considerándose esencial para el matrimonio
Fin de la ablación: un gran paso en la ley pero pequeño en la realidad
Más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo la han sufrido, y se prevé que 30 millones más podrían hacerlo en la próxima década. El primer dato pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, el segundo, a Cruz Roja Española. En la celebración del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina la ONG advierte en un informe de que esta práctica ancestral "viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física".
Con el objetivo de esclarecer por qué prevalece "hasta en 30 países africanos y de Oriente Medio", la revista Nature ha publicado un artículo que ahonda en la "evolución cultural" de la mutilación genital femenina (MGJ, a partir de ahora) y la relación entre la ablación del clítoris y su "eficacia biológica". Las familias de las que ahora son niñas perpetúan una práctica que antes realizaron sus madres porque predomina en su grupo étnico, pero esto sucede "sólo cuando las mujeres a las que se les ha practicado son mayoría en la comunidad" de la que se trate.
Las investigadoras se centraron en cinco países africanos: Mali -donde la tasa de prevalencia de la MGJ se sitúa en el 91% entre las mujeres de 15 a 49 años-, Nigeria, Costa de Marfil, Burkina Faso y Senegal y llegaron a la conclusión siguiente: "Lo que demuestra el estudio es que, en aquellos contextos en los que la MGF es la práctica más común en un grupo de mujeres, la mujer a la que se le haya practicado tiene una mayor adaptación que la que no. La expresión eficacia biológica no significa que sea saludable ni que aporte algún tipo de bienestar sino que se refiere al número de mujeres que sobreviven a la edad de 40 años".
Con los datos de "61.483 mujeres de 47 etnias distintas", de las cuales "36.038 tienen una o más hijas", Jane A. Howard y Mhairi A. Gibson, de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, sostienen que "hombres y mujeres están atascados en una convención que les lleva a creer que la MGF es esencial para el matrimonio".
Por su intrincada relación con la comunidad, el propio estudio sugiere que, para "cambiar la situación se requiere de un esfuerzo coordinado entre los individuos" del grupo así como "una masa crítica que permita pasar de la convención de la mutilación a la convención de la no mutilación".
Tales objetivos se trabajan "hace décadas", recuerda Katherine Wander, antropóloga de la Universidad de Binghamton, en Nueva York. Por eso es importante analizar las razones de su prevalencia. "La mutilación genital es a menudo necesaria para formar parte del grupo, y está considerada como una valiosa tradición", añade, "pero está en proceso de cambio, bajo presiones nacionales e internacionales que abogan por el diálogo entre familias y comunidades".
De hecho, el pasado julio el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución respecto a su eliminación. Por primera vez la definió como "un acto de violencia contra las mujeres y niñas". Luego, el Parlamento Panafricano, órgano legislativo de la Unión Africana (UA) llegó a la conclusión de que la MGF debe acabar cuanto antes; proceso que continúa en marcha.
En entrevista con este periódico, Howard señala ciertos aspectos del contexto de la MGF que pueden ayudar a erradicarla: "Sabemos que aquellas mujeres a las que no se les ha practicado la ablación tienen menos probabilidades de que sus hijas la sufran, incluso cuando viven en un grupo étnico en el que ésta se considera una práctica común. Esto es esperanzador desde el punto de vista de su eliminación porque sugiere que, una vez que este comportamiento deja de ejercitarse, es probable que no se vuelva a producir".
La investigadora también sugiere que "los programas de intervención" para erradicar la ablación deberían centrarse "en aquellos lugares en los que su prevalencia es del 50%". Nuestra investigación sugiere que, en aquellas zonas donde su prevalencia es menor del 50% la práctica está disminuyendo y que centrarse en los lugares donde el porcentaje es mayor conseguirá el mismo efecto en ellos", apunta.
La MGF, en la futura Ley de Violencia Intrafamiliar
En España, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad quiere incluir la mutilación genital femenina en la futura Ley de violencia intrafamiliar y que se incorpore también en la reforma de la Ley Integral contra la Violencia de Género, fruto del pacto de Estado que se alcance en el Congreso de los Diputados.
Así lo ha anunciado el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, durante la presentación en Madrid de la plataforma de formación on line para la prevención de la ablación de Médicos del Mundo, informa Europa Press.
"La mutilación hay que prevenirla dentro del ámbito de la familia porque muchas veces viene del consentimiento mismo de las familias que son las que acceden por principios de identidad a que se haga", ha alertado Garcés, que apuesta por establecer instrumentos de concienciación, socialización de culturalización en la futura ley de violencia intrafamiliar, pero también "medidas para que esto no vuelva a ocurrir".
Una web europea para terminar con la mutilación
La Unión Europea ayudará a profesores, médicos, funcionarios de asilo, policías y fiscales, entre otros profesionales, "en su labor de detección de las potenciales víctimas de la mutilación genital femenina", a través de una plataforma web que ofrecerá formación a distancia a escala europea, informa Europa Press.
"Más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo, de las cuales 500.000 viven en Europa, han sido víctimas de mutilación genital femenina", ha denunciado la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, en un comunicado conjunto con los comisarios de Justicia, Vera Jourová, y de Desarrollo, Neven Mimica, con motivo del Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.