La caída significativa en el precio del Petróleo en los mercados internacionales desde el segundo semestre del 2014 a la fecha se entiende mejor si tomamos en consideración la debilidad que afecta a la OPEP, los históricos conflictos en el oriente medio y la mejoría de las relaciones entre USA-Arabia Saudita. Situación esta que se inició desde las visitas del presidente Obama a ese país, en el 2009 y luego en el 2013, lo que sin duda ha sido de gran importancia ya que ambos países han mantenido excelente relaciones política, económica y militar desde principio de la década de 1950, impulsada por el presidente Franklin D. Roosevelt y el rey Abdul Aziz, afectadas en los últimos por el conflicto Siria-USA.
Para USA las buenas relaciones con Arabia Saudita es fundamental en términos de acceso al petróleo, pero también contribuye a mantener la presencia e incidencia de este en el Oriente Medio y, a su vez, logra mitigar el riesgo económico del petróleo y su precio, si se pondera que el incremento ascendente en la producción del crudo no ha sido correspondida con una estabilidad política en la zona desde la década de los 60. En adición está el hecho de que tanto USA como el mercado mundial tienen una alta dependencia del Petróleo de los países Árabes.
En tal sentido es que se entiende mejor las declaraciones emitidas por el presidente Obama en su segunda visita cuando fue enfático al decir que “eso es parte de la razón por la que creo que nuestra relación con los saudíes se encuentra en una posición más fuerte ahora de lo que fue en otoño cuando tuvimos algunas diferencias tácticas sobre nuestra política hacia Siria”. Pues aquí encontramos una explicación objetiva de la posición de Arabia Saudita de negarse a incidir en la OPEP, con un recorte en la producción, para detener la caída de los precios del petróleo en el mercado mundial, y de paso contribuir a la recuperación de la economía norteamericana, así como variar el perfil de su deuda externa.
La importancia de Arabia Saudita en el mercado petrolero mundial, está dada en el hecho de que en ese país es donde se extrae el denominado petróleo liviano, libre de azufre, que desde 1938 se ha convertido en el mayor proveedor de este, fruto de su producción diaria de más de 11 millones y con una reserva cercana a 280 mil millones de barriles, superado solo por Venezuela, con 100 campos petrolero, donde uno de ellos es el más grande a nivel mundial capaz de producir 75 millones de barriles que lo convierten en el mayor exportador mundial del crudo, generando un PIB a un ritmo de 10.8% y consolidación de su régimen monárquico, pero con altos niveles de desigualdad de la riqueza.
No obstante, el rol de EEUU en la actual coyuntura será determinante en el comportamiento de los precios del crudo si se toma en consideración la importancia para la economía mundial y la estabilidad del mercado frente a un conflicto que se deriva al este país apoyar a Israel, que siempre ha sido el punto discordante. Pero es que la oferta mundial de petróleo está concentrada en el oriente medio y una inestabilidad política en esa región se traduce en un alto riesgo en los precios del crudo ya sea con una baja o alza inestables, bajo ese enfoque es sabio el acercamiento de Obama con Arabia Saudita.
En el mercado mundial del petróleo se produce algo insólito ya que el mismo opera sin respetar las reglas básicas que establece la teoría económica, esto es, que las oscilaciones de los precios no obedecen a la oferta y la demanda, situación que ha prevalecido por más de cuatro década y es lo que explica en una alta proporción la inestabilidad que han registrado los precios de los carburantes.
La caída del precio de barril del petróleo parece dar la sensación de que estamos viviendo la era del petróleo barato y que se ha superado la era de la volatilidad de los precios, y donde los países importadores del crudo son los más beneficiados si se toma en cuenta la disminución del monto de la factura petrolera con un ahorro que gira alrededor 298 mil millones de dólares anual, equivalente a 0,6% del PIB mundial, lo que supone que se debe traducir en una carga más liviana en los alimentos, el transporte y la energía eléctrica.
Si partimos del hecho de que la Agencia Internacional de Energía, AIE, ha establecido de que la demanda global de petróleo registrara un incremento de 900 mil barriles diario de petróleo para este 2015, con una proyección de hasta 1,13 millones y que la OPEP prevé una contracción de la demanda global de alrededor de 92,26 millones de barriles diarios, entonces en el primer semestre de este año el mundo vivirá la era del petróleo barato, el cual encuentra eco cuando Arabia Saudita enarbola que “¡La OPEP ha decidido no recortar su producción!”.