No se la llevaron bien. Ambos se arrojaron veneno mutuamente. Fueron primero enemigos. Acérrimos. Luego tras la aparente muerte de Vargas Vila en un naufragio en Grecia Rubén Darío elogió su escritura. Y a cambio, Vargas Vila decidió alabar su genio. Elevó el carácter débil y humano del poeta. Así nació la amistad entre estos dos grandes; una amistad que se refleja en el presente libro, en donde Vargas Vila disecciona la labor creadora de ese amable enemigo para presentarnos una obra de amor, amistad y admiración , que acepta las debilidades del nicaragense sin someterlo a juicios morales .
Rubén Darío José María Vargas Vila Editorial Panamericana 166 págs.