Después del veto a la primera disposición ejecutiva del 27 de enero, el jefe de Estado insistió con una propuesta revisada que firmó hace 10 días.
A juicio del mandatario republicano, la nueva orden migratoria corregía aspectos poco claros de la primera versión y por lo tanto sería prácticamente imposible que una corte la suspendiera.
Sin embargo, eso no sucedió así y las intenciones de impedir la entrada de refugiados a Estados Unidos durante cuatro meses e imposibilitar la entrega de visas a ciudadanos de seis países de mayoría musulmana por 90 días quedaron suspendidas.
En un primer momento las prohibiciones de obtener dichos permisos afectaban a los ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria, Yemen e Iraq, pero posteriormente este último país fue excluido de la relación.
La víspera, el juez federal Derrick Watson del estado de Hawái bloqueó el decreto migratorio después de la celebración de una audiencia en la cual escuchó la demanda del fiscal general del territorio, Douglas Chin, y del imán Ismail Elshikh.
Ellos argumentaron que la disposición presidencial viola la cláusula de establecimiento de la Constitución que impide la discriminación religiosa.
Asimismo afirmaron que se interrumpen las funciones de compañías, instituciones de caridad, universidades públicas y hospitales que tienen relaciones profundas fuera de Estados Unidos.
Tal dictamen, consistente en una orden de restricción temporal, estará en vigor mientras que el propio Watson considera el caso con mayor detenimiento.
Después de conocer la decisión, el gobernante emitió críticas sobre ella y manifestó que buscará revertirla.
Este fallo nos hacer ver débiles, vamos a combatir esta terrible resolución y vamos a llevar el caso tan lejos como sea necesario, incluso a la Corte Suprema de Justicia, puntualizó.
Vamos a ganarlo, vamos a aplicar inteligencia y sentido común, y nunca nos vamos a rendir, agregó Trump durante un acto masivo, al estilo de su campaña electoral, en el estado de Tennessee.
También el juez federal del estado de Washington James Robart, quien bloqueó el primer decreto migratorio, decidió una suspensión temporal de 14 días del nuevo antes las demandas de ese territorio y de Oregón.
Por su parte, a primeras horas de este jueves, Theodore Chuang, colega de Robart y Watson en Maryland, acogió un pedido de grupos de activistas de frenar la medida por considerarla discriminatoria contra los musulmanes.
Las decisiones de estos jueces solo pueden ser apeladas ahora en instancias superiores.
De acuerdo con el sistema judicial estadounidense, un juez federal puede suspender parcial o completamente la aplicación de un decreto, en una decisión que tiene alcance nacional.
El fiscal general de Nueva York, Eric T. Schneiderman, calificó el fallo de Watson de nueva victoria para la Constitución y el Estado de Derecho.
Además, la Unión Americana de Libertades Civiles celebró que otra vez se haya puesto el freno a 'la vergonzosa y discriminatoria prohibición migratoria'.
Para abogados de la administración, Trump está ejerciendo sus poderes de seguridad nacional y ningún elemento de la orden ejecutiva, tal como está escrito, podría interpretarse como una discriminación religiosa contra los viajeros.
Juristas demócratas y organizaciones de derechos civiles sostuvieron que la medida es inconstitucional, sobre todo tras los comentarios realizados por el mandatario durante la campaña electoral de prohibir la entrada de musulmanes a esta nación. ocs/dsa