Nicolás Maduro ha reconocido que no tiene la clave para neutralizar la desenfrenada crisis en Venezuela. En una cadena de radio y televisión, el jefe del Estado ha ordenado este viernes a sus ministros acatar las recomendaciones hechas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD) en un informe para mitigar la escasez de fármacos y el declive de los servicios de salud. “He pedido apoyo a Naciones Unidas para atender heridas económicas y sociales que golpean a nuestro pueblo por la guerra económica y la caída de los precios petroleros… He pedido ayuda para regularizar todo el tema de los medicamentos”, dijo.
El sorpresivo anuncio ha llegado tras una reunión entre Maduro y Jessica Faieta, subsecretaria general de la ONU y directora del PNUD para América Latina y el Caribe. Hace una semana, la Asamblea Nacional –controlada por la oposición– declaró la emergencia económica debido a que el país sufre una de las peores crisis de su historia. “La ONU (Organización de Naciones Unidas) cuenta con los planes más avanzados en el mundo para recuperar la capacidad productiva de la industria farmacéutica”, agregó el mandatario.
El déficit de medicamentos es una de las secuelas más estruendosas de la hecatombe de Venezuela. El pasado miércoles, más de 20 pacientes con enfermedades crónicas y varios activistas se encadenaron al lado de una farmacia dependiente del Instituto Venezolano de Seguros Sociales, en Caracas, para exigir una solución a la escasez. En esta protesta, los dirigentes de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida denunciaron que cinco personas han fallecido por no tener fármacos para atender una hipertensión pulmonar.