- Marine Le Pen. Partido: Frente Nacional
La hija del fundador del partido de extrema derecha Frente Nacional es otra de las grandes favoritas. Le Pen, de 48 años, defiende la política de "los franceses primero", un formato que ya utilizó el presidente estadounidense, Donald Trump, en campaña. Así, propone acabar con la libre circulación de personas, limitar la llegada de inmigrantes, erradicar el islamismo, abandonar el euro y un referéndum para la salida de Francia de la Unión Europa.
Además, Le Pen defiende un fuerte proteccionismo económico frente a la globalización, a la que culpa de la situación económica del país. En este sentido, contempla la creación de una tasa del 10 por ciento a las empresas instaladas en Francia que contraten trabajadores extranjeros - ya sean de la Unión Europea o extracomunitarios - y la imposición de un impuesto del 3 por ciento a la importación de bienes y servicios.
Otras de las propuestas de la candidata, que llega a las elecciones salpicada por un escándalo de empleos ficticios en el Parlamento Europeo, son recortar los precios regulados de gas y electricidad un 5 por ciento, bajar el impuesto sobre la renta un 10 por ciento, derogar la última reforma laboral y mantener la jornada de 35 horas semanales, así como bajar la edad de jubilación a los 60 años.
- François Fillon. Partido: Los Republicanos
El ex primer ministro de Nicolas Sarkozy durante cinco años se postulaba hace unos meses como el candidato preferido hasta que se destapó el caso sobre los supuestos empleos ficticios de su mujer y sus hijos, además de ser imputado por malversación de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales.
El candidato conservador, de 63 años, presenta un programa liberal en el que promete rebajas de impuestos por importe de 50.000 millones de euros. Fillon promete una reducción de un 25 por ciento de los impuestos empresariales y recortes en la fiscalidad de los hogares, así como un aumento del IVA y elevar la edad de jubilación más allá de los 65 años.
Una de sus propuestas más impopulares es la supresión de 500.000 puestos de funcionarios, además de proponer recortes en el gasto público, liberalizar las leyes laborales y combatir el poder sindical. También propone reducir el desempleo hasta el 7% y aumentar la jornada laboral a 39 horas.
- Jean-Luc Mélenchon. Partido: Francia Insumisa
La gran sorpresa de estas elecciones, ya que su candidatura se ha posicionado con fuerza en las últimas semanas y las encuestas lo sitúan entre los cuatro favoritos. Sus ideas de justicia tributaria, poner fin a la austeridad y crear un nuevo orden ecológico, que incluiría sacar a Francia de la energía nuclear, lo han convertido en el candidato preferido de los jóvenes.
Antiguo ministro socialista y eurodiputado en coalición con el Partido Comunista, Mélenchon, de 65 años, también ha propuesto un referéndum sobre la salida de Francia de la Unión Europea en caso de que fracasen las negociaciones con el bloque para la revisión de los tratados europeos, entre otros.
Por otro lado, propone un incremento del gasto público de 27.000 millones de euros y un plan de 100.000 millones en inversiones, que se financiarían principalmente a través de la lucha contra la evasión fiscal, el crecimiento económico y nuevos impuestos. Además, entre sus propuestas destacan el incremento del 15 por ciento en el salario mínimo francés, la reducción del paro hasta el 6 por ciento para 2022, una semana laboral de 32 horas y reducir la edad de jubilación a los 60 años.
Las encuestas: Macron y Le Pen, favoritos
Los sondeos que se han realizado esta última semana revelan un empate técnico entre los cuatro aspirantes al Elíseo, aunque Macron y Le Pen siguen encabezando la intención de voto de los franceses. Según la encuesta de Cevipof para 'Le Monde', publicada el miércoles, los dos candidatos serían los ganadores de la primera vuelta con un 23 por ciento y un 22,5 por ciento de los votos, respectivamente. Sin embargo, el 7 de abril, en unos comicios ya solo entre ambos, Macron conseguiría la Presidencia francesa con más del 60 por ciento de los votos.
No obstante, hay que tener en cuenta que la diferencia que tienen Macron y Le Pen con Mélenchon y Fillon es de entre solo tres y cuatro puntos, es decir, es ligeramente superior al margen de error que tienen las encuestas, aunque tras el Brexit y la victoria de Trump estas no gocen en los últimos tiempos de mucha credibilidad.
Así, lo que parecía que iba a ser una contienda entre dos ideologías antagónicas, el liberalismo de Macron frente al proteccionismo de Le Pen, se ha convertido en una lucha a cuatro con un final impredecible. Lo único que está claro es que ninguno de los candidatos a la Presidencia conseguirá la mayoría necesaria (50%) este domingo, por lo que se celebrará una segunda vuelta el 7 de abril con los dos candidatos más votados.
Además, una encuesta de Odoxa para France Info, publicada el 14 de abril, sitúa la tasa de indecisos en el 32 por ciento, lo que aumenta aun más si cabe la incertidumbre sobre el resultados de la primera vuelta. A este hecho, se suma que solo el 66 por ciento de los votantes están seguros de a qué candidato van a votar, según otra encuesta de Ipsos Sopria-Steria para Le Monde. Este datos está muy por debajo del 79,5 por ciento de participación en la primera ronda de las elecciones de 2012.
La crisis política francesa
Así, Francia llega a estas urnas con tres candidatos aspirando a la presidencia que no forman parte de los partidos tradicionales. Esta crisis política es la consecuencia directa de una situación económica en la que nada ha mejorado ni nada ha cambiado para los franceses en los últimos tiempos: uno de cuatro jóvenes franceses están desempleados y, de los que tienen un puesto de trabajo, pocos pueden gozar de la calidad de vida que disfrutaron sus padres.
Para Miguel Ángel Benedicto, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, hay una crisis política que afecta, sobre todo, "a la socialdemocracia europea". "Lo vimos con el Pasok en Grecia, recientemente en las elecciones holandesas, en las que el Partido Socialista se desplomó, y lo estamos viendo ahora en Francia, donde las encuestas auguran al candidato socialista un batacazo enorme".
A pesar de que muchos de los problemas que tiene Francia no son nuevos y llevan gestándose durante décadas, ni la derecha ni la izquierda tradicionales han sido capaces de enfrentarse a ellos. Además, los recientes atentados terroristas en suelo francés han alterando los nervios de los ciudadanos, que se han visto obligados a vivir bajo un estado de emergencia casi permanente.
Le Pen, Macron y Melenchon son fruto de esa inactividad política, ofreciendo sus particulares soluciones desde ideologías completamente antagónicas. "Hay una crisis de los partidos tradicionales. La gente parece que está castigando a lo que han sido las élites políticas tradicionales, y eso podemos verlo claramente en estas elecciones", explica Benedicto.
Unos comicios clave para la Unión Europea
Por su parte, la UE está muy pendiente de los resultados de estas elecciones. Después de que los británicos votaran en referéndum su salida del bloque, una victoria de Le Pen o Mélenchon, que contemplan la posibilidad de seguir esta misma senda, supondría un duro golpe para las instituciones europeas.
Así, el triunfo de Macron sería una gran noticia para los dirigentes europeos, después del voto proteccionista que dio la victoria en 2016 al Brexit y a Donald Trump. "Apuesta por una UE más integrada, apuesta por esa UE a varias velocidades y por una mayor integración económica y política de la UE. Claramente es el favorito de las instituciones europeas", asegura Benedicto.
En el lado contrario, Marine Le Pen y Melenchon, cuya victoria haría temblar de nuevo los cimientos de la UE, además de los mercados, ya que confirmaría el auge de los partidos 'antiestablishment'. Además, los 27 difícilmente podría soportar otro referéndum para abandonar el bloque, cuando todavía tienen por delante la difícil tarea de negociar con Reino Unido su salida de la Unión.
María Jesús Vigo Pastur