“Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible”. Esta cita célebre de Plutarco, uno de los ensayistas griegos de más renombre, puede resumir perfectamente cómo nos sentimos en muchas ocasiones las personas a la hora de buscar la felicidad. Y es que, muchos de nosotros pensamos que solo podemos encontrarla a través del amor, el dinero o los bienes materiales.
Sin embargo, muchas veces no somos conscientes que la felicidad es algo que depende únicamente de nosotros mismos, y que no hace falta complicarse la vida para ser un poco más felices. ¿Sabes de qué estoy hablando? Pues son nada más y nada menos que de los pequeños pero grandes placeres que nos da la vida que están ahí siempre para sacarnos una sonrisa en cualquier momento y lugar. Aquí os dejo algunos consejos para que disfrutéis mejor de ellos.
Los pequeños placeres dependen de cada uno
Podría empezar aquí a escribir páginas y páginas sobre la cantidad de pequeños placeres que existen. Muchos ya sabemos cuáles pueden ser. Desde leer un libro, oler la comida recién hecha, hasta disfrutar de la belleza de una puesta de sol… Obviamente esto son unos bonitos momentos que seguro disfrutarán, pero dependiendo de la persona, unos lo harán menos y otros más. Por esta razón, es importante fijarse en los gustos de cada uno, y a partir de ahí se puede conocer mejor qué placeres podemos disfrutar
Así mismo, también es importante distinguir en qué momento de la vida nos encontramos. Y es que no es lo mismo por ejemplo de una película en pareja, que hacerlo solo. O que salir a tomar una cerveza con los amigos, que con los compañeros de trabajo.
Disfruta del momento
Seguro que muchos de ustedes se preguntarán. “¿Pero cómo hago para disfrutar de los placeres de la vida?” Pues lo primero de todo no hay que buscarlos, ni que planificarlos en ningún momento porque así solo conseguiremos el efecto contrario.
En mi caso, a mí me encanta llegar a casa, ponerme el pijama y disfrutar simplemente de una buena canción mientras me como una galleta de chocolate. También disfruto el momento en el que me compro un juego o CD nuevo y le voy quitando ese plastiquito que lo envuelve. Así se crea mucha más expectación.
Pero como os he dicho, esto depende de cada uno. Simplemente hay que percatarse de cuando están ocurriendo, y así la siguiente vez que “aparezcan” en nuestra vida, los podremos disfrutar mucho mejor. Cuenta cada segundo como si fuese el último, y así te percatarás de la gran magia del momento.
En definitiva, con estos pequeños placeres que te aportan la vida, tan solo hay que aplicarse un poco de ese dicho latino que dice “Carpe Diem” para que así los disfrutemos en su máximo esplendor.