Querido Dios:
Hasta ahora mi día ha sido bueno.
No he estado chismeando; no he perdido la paciencia;
no he sido codiciosa, sarcástica, malhumorada,
aburrida ni irónica;
he controlado mi estrés menopáusico;
no he rezongado ni reclamado; no he dicho palabrotas;
no he gritado; no he tenido ataques de celos;
no he comido chocolate en exceso;
tampoco he usado mi tarjeta de crédito
ni he dado cheques botadores.
Pero pido tu protección,
Señor, porque...
¡estoy por levantarme de la cama
en cualquier momento!
Amén.