Las madres cubanas necesitan de todo
Los entrevistados coinciden en lo caro que resulta hacer un regalo
Ana León y Augusto César San Martín | La Habana
Cada año, el segundo domingo de mayo, se celebra en Cuba el Día de las Madres; aunque el ajetreo que caracteriza a tan distinguida jornada comienza desde mucho antes. El Estado, que aprovecha cualquier ocasión para exprimirle el dinero al pueblo, provee a los establecimientos comerciales de artículos —principalmente electrodomésticos— que durante el resto del año son difíciles de encontrar. Es el momento perfecto para invertir en mamá y su comodidad, con el objetivo de que se sienta a gusto cocinando, lavando, o fregando.
Sea porque la lucha contra el hábito de “pasar de trabajo” se ha intensificado, o porque la mayoría de los cubanos consideran que un regalo utilitario es justo lo que cualquier madre necesita, lo cierto es que cuando se les pregunta qué quisieran regalar o recibir en el Día de las Madres, la respuesta más común es “no sé, tal vez algo para la casa”. El machismo latente en los cubanos de uno y otro sexo impide desligar a la madre del entorno doméstico; de ahí que la mayoría acepte que el regalo para el hogar sea el regalo para mamá.
Prácticamente ninguno de los entrevistados por CubaNet, a propósito del tema, dijo que le gustaría regalarle, por ejemplo, un par de zapatos, una prenda de vestir bonita, un cake o llevarla a cenar. De hecho, uno de los factores que dificultan la elección del regalo es que, como expresó en cámara una entrevistada: “Las madres cubanas necesitamos de todo”.
Teniendo en cuenta el escaso salario que perciben los cubanos, el obsequio ideal, además de los adornos para la casa, las flores —siempre bienvenidas— y el amor, es aquel que le sirva a mamá y al resto de la familia. La idea, per se, no está mal; pero quizás, en un día que es solo para ellas, las madres deberían ser contempladas como seres individualizados con sus preferencias, placeres y expectativas. El problema es, en ese caso, poder complacerlas.
Con el fin de “satisfacer” las expectativas de las madres cubanas, cada año se organiza la feria Arte para Mamá, en el recinto ferial Pabexpo. Allí acuden miles de cubanos para comprar algo diferente, con un valor estético que equilibre la perniciosa omnipresencia de lo puramente funcional. Sin embargo, nadie puede ocultar su frustración ante los precios. La publicitada feria Arte para Mamá está destinada, al igual que sus homólogas Arte en la Rampa y FIART (Feria Internacional de Artesanía), a la exhibición de artículos horriblemente caros.
CubaNet visitó Pabexpo solo para comprobar que numerosos stands venden las mismas mercancías que el público pudo apreciar y adquirir durante la pasada edición de FIART, en diciembre de 2016. La gente paseaba entre ellos sin detenerse realmente a mirar, con la pereza de quien ya ha tenido suficiente. En los sets para la venta de mobiliario muchas mujeres hacían un alto para admirar los juegos de sala o comedor, y espantarse al ver que un simple colgador (o percha) de madera barnizada cuesta 70 CUC, casi cuatro veces el salario promedio mensual de una madre trabajadora.
Y es que Arte para Mamá no es una feria dedicada a todas las madres cubanas, sino a esa minoría que tiene mucho dinero y vive en casas enormes. No resulta extraño que aquellos artículos que podrían considerarse “asequibles” a la población sean de una fealdad insultante. Es un estigma estético que ha marcado a la clase trabajadora; desde los edificios “de micro” hasta las horribles espigas artificiales que la gente compraba por cantidades es un stand identificado con el irónico slogan: “Para satisfacer su elegancia”.
Es una falta de sensibilidad y respeto dedicar una feria tan cara al Día de las Madres, en un país cuya pobreza de salarios es tan aguda que no se puede colocar la comida en la mesa sin sentir zozobra por el día de mañana. Cualquier madre que no tenga un elevadísimo poder adquisitivo puede darse por excluida del público meta de este tipo de ferias, donde un sencillo juego de comedor vale 500 CUC.
Por ello las madres cubanas, en su inmensa y humilde generosidad, solo desean tener el amor y la compañía de sus hijos en este segundo domingo de mayo. Otras, como explicó una de las entrevistadas, solo quisieran tener a mamá de vuelta consigo, para ahuyentar esa terrible sensación de orfandad y desamparo que sobreviene tras la pérdida de la mujer que nos dio la vida.
Para ellas —dentro y fuera de la Isla—, que han soportado la distancia y la soledad impuestas por el exilio, las que han soportado los rigores de un gobierno destructor de hogares, las que a diario trabajan sin descanso y se arriesgan para alimentar y vestir a sus hijos, las que se vuelven leonas ante el sufrimiento de sus seres amados, las que sufren en silencio pérdidas irreparables… A todas ellas, muchas felicidades en su día y un abrazo sincero del equipo de CubaNet.
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Domingo 14 de mayo 201