A Nairo Quintana le llegó el momento de comenzar a descontarle tiempo al holandés Tom Dumoulin, quien se ve fuerte en ese liderato, pero al que debe hacer sufrir, apurarle el ritmo en esta última semana en la que la montaña será la protagonista.
Este sábado, con la etapa entre Castellanía y Oropa, de 131 kilómetros, y con final en premio de montaña de primera categoría, será una buena opción para probar al holandés, para sacarle segundos de cara a lo que viene.
La semana final del Giro pinta bien; en ella se presentarán sin duda batallas, ataques en los que Nairo, el mejor escalador del mundo, debe demostrar de qué está hecho, si tiene con qué ganar su segundo título en la prueba. Tiene además el mejor equipo, el más fuerte, que no lo abandonará.
Hay que tener en cuenta que la subida de hoy no es tan dura ni se puede esperar que luego de esta jornada, las diferencias que le saquen a Dumoulin sean muchas, porque la subida será de 11,8 kilómetros, con un 6,2 por ciento de promedio de exigencia en las rampas.
En el kilómetro 8,5 del premio se encontrarán las rampas más fuerte, que llegan a tener 14 por ciento de inclinación. En el kilómetro final hay una rampa del 11 por ciento. Desde abajo, desde el pie de monte, el paso debe ser fuerte para mermar las fuerzas, y en eso el Movistar tiene experiencia y sabe lo que hay que hacer.
Nario ha estudiado cada curva y cada rampa, por eso desde este viernos planteó batalla. “Me gusta la subida. Es una etapa particular porque es muy corta y solo tiene el puerto final. Por eso la entrada al inicio de la subida será bastante divertida. Esperamos poder empezar adelante, y después será casi una cronoescalada hasta la meta”, dijo. En el 2014, cuando quedó campeón, la carrera llegó a Oropa, ganó Enrico Bataglin, Nairo fue 15 a 39 s y le recortó 25 s a Rigoberto Urán, que era el líder. Subió a 21,73 kilómetros por hora.
Movistar es el equipo que deberá echarse la carrera al hombro porque el Sunweb del líder estará presto a cubrir a Dumoulin, ya que los que deben hacer el esfuerzo de descontar son los demás. Además, el elenco de Eusebio Unzúe tiene una carta más entre los seis mejores de la general: el costarricense Andrey Amador, que sube bien y a quien le rinde al reloj.
El holandés es optimista ante la cita de montaña. "Es una subida que me viene bien, así que espero volver a llevar la camiseta rosa el domingo”, aseguró el corredor de 26 años.
Pero, Nairo no solo debe pensar en Dumoulin, hay otros corredores que tienen su plan, que también quieren marcar diferencias, entre ellos el italiano Vincenzo Nibali, quien en el papel será clave en esta última semana.
“Me siento bien, estoy sensible; la primera parte de la carrera me lo confirmó, pero creo que Quintana es el hombre a batir en las montañas. No es casualidad que en el pasado ya nos ha derrotado, tanto a mí como a Chris Froome”, dijo el corredor de 32 años.
Falta saber qué harán Bauke Mollema, quien poco ataca, y el francés Thibaut Pinot, que también tiene sus intereses.
La carrera entra en su etapa clave, en su semana final, y allí es donde no se puede fallar; no hay que hacer locuras, hay que atacar con inteligencia y no hay que cometer errores de los que se puedan arrepentir más adelante.
LISANDRO RENGIFO