Cristina sumó más bancas que los gobernadores y complica el rearmado del peronismo
LPOGanó bancas en casi todas las provincias y se proclamó jefa de la oposición. La interna que viene.
"Unidad
Ciudadana será la base de la construcción de la alternativa a este
gobierno", anunció Cristina Kirchner desde el palco, tras reconocer la
derrota en la provincia de Buenos Aires en manos de Cambiemos.
Los
números la avalan: aun perdiendo Buenos Aires sumó 3 diputados más que
los que arriesgó (13 contra 10), 1 más en la Ciudad (3 contra 2) y
agregó 2 santafesinos y bancas puras en Salta, Córdoba, Tierra del Fuego
y Neuquén, entre otros, que le permitirán proyectar cerca de 70 bancas.
A los gobernadores que la torearon les fue bastante mal.
Juan Manuel Urtubey sólo ganó una banca, Juan Schiaretti 3 pero perdió
por 20 con Cambiemos y hubo derrotas en Gustavo Bordet (Entre Ríos) y
otras inesperadas como las sufridas por Domingo Peppo (Chaco), Sergio
Casas (La Rioja) y Gustavo Bordet (Entre Ríos).
Como
explicó LPO, muchas derrotas de los mandatarios fueron posibles porque
candidatos kirchneristas armaron sus listas y le restaron votos. Chaco y
Salta fueron dos casos.
El futuro del peronismo quedó en un limbo indescifrable, que Cambiemos imagina aprovechar para captar voluntades sueltas.
El
Bloque Justicialista, arma de gobernadores y sindicatos creada el año
pasado como escisión del FpV, tiene 17 bancas y no superaría las 20 con
los números de esta noche.
Aun golpeado por la derrota en
Buenos Aires, Sergio Massa conservará una veintena de diputados y su
socio Juan Schiaretti otros tres, un número nada despreciable e
imposible de ignorar por los gobernadores, si mantienen la idea de tener
un bloque propio. Ya hablaban de ofrecerle la jefatura Graciela Camaño
para que no se les escapen.
Con su discurso de esta noche,
Cristina buscó acorralar a José Luis Gioja, diputado y presidente del
PJ, promotor de una fuga al bloque Justicialista junto a sus coterráneos
y sus pares chaqueños, formoseños, entrerrianos y tucumanos. El pedido
de desafuero a Julio De Vido del miércoles, iba a ser el punto de
partida.
Peor no juntaría más de una decena de compañeros
y podrían dejar un bloque más chico del que dejen. Para evitarlo,
necesitarían agregar otros aliados como los 5 diputados del Movimiento
Evita o socios de partidos provinciales, que estaban más interesados en
tener espacios propios para negociar.
Los misioneros lo
anunciaron antes de las elecciones y los santiagueños lo hicieron
siempre y no cambiarán tras la aplastante victoria de Gerardo Zamora.
Con
estas cifras aislar a Unidad Ciudadana no será una tarea fácil para los
gobernadores, o al menos tendrá costo, porque los dejaría como una
minoría, capaz de ayudar al Gobierno para el quórum pero no
necesariamente para complicarle las sesiones.
En el
Senado, el FpV-PJ redondearía 29 bancas, Miguel Pichetto anunció varias
veces que romperá con Cristina Kirchner y sus aliados, pero sí lo hace
dejará de ser la primera minoría y le regalará esa condición a
Cambiemos.
No sería una decisión fácil, porque le
permitiría al oficialismo sumar un voto en el Consejo de la
Magistratura. Cristina, de mínima, arrastraría a otro bloque a Anabel
Fernández Sagasti (Mendoza), Ana Claudia Almirón (Corrientes), Marcelo
Fuentes (Neuquén), Ana Ianni (Santa Cruz), Nancy González (Chubut) y tal
vez María Pilatti de Vergara (Chaco).
Para no sufrir ese
costo, Pichetto podría improvisar una alianza con peronistas que por
ahora no se mezclaron con su bloque, como los 2 pampeanos, el cordobés
Carlos Caserio o el chubutense Alfredo Luenzo.
Pero estos
dos últimos, como anticipó LPO, en agosto anunciaron que prefieren un
interbloque de partidos provinciales, alejados de la dinámica peronista.
Tal vez la sangre no llegue al río y los gobernadores logren un pacto de convivencia con Unidad Ciudadana.
Uno
de los interesados es el formoseño Gildo Insfrán, quien este domingo
ratificó sus 2 senadores. Con un peronismo tan menguado, se harán
sentir.