Trump mueve ficha sobre las armas - LA CUBA DEL GRAN PAPIYO

Mientras un centenar de estudiantes de Parkland (Florida) ponía rumbo a Tallahassee (la capital del estado) para demandar cambios legislativos y un mayor control sobre las armas tras el tiroteo masivo en el instituto Marjory Stoneman Douglas en el que murieron 14 alumnos y tres profesores, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciaba este martes su primera medida en relación con el debate anti armas que se ha resurgido en el país.

"He firmado una circular ordenando al fiscal general que proponga regulaciones para prohibir todos los dispositivos que convierten armas legales en ametralladoras", dijo en la Casa Blanca durante una ceremonia de entrega de medallas al valor. En las primeras filas se encontraba el máximo representante de la Justicia en EEUU, Jeff Sessions, al que se dirigió Trump para instarle a "finalizar pronto" esa labor.

Una tarea en la que, según indicaba en el memorándum, ya estaba trabajando su administración desde diciembre de 2017. Después del tiroteo masivo en un concierto en Las Vegas (Nevada), en el que murieron 59 personas por los disparos realizados desde un hotel con un arma semiautomática convertida en automática, Trump había pedido a su equipo que revisase cómo la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos regulaba esos dispositivos. Un trabajo que, supuestamente, se completó a finales de enero.

En la nota remitida al Departamento de Justicia, el presidente aprovechó para criticar a la Administración Obama asegurando que su predecesor "repetidamente concluyó que era legal comprar y poseer los dispositivos 'bumb stock'". La anterior administración intentó en numerosas ocasiones endurecer las medidas de control de las armas, especialmente tras el tiroteo en el colegio de primaria Sandy Hook(Connecticut) en el que murieron 20 niños y seis miembros del la plantilla del colegio en 2012.

Desde el pasado miércoles, cuando se produjo la masacre en Parkland, Trump no había hablado públicamente de las armas. En el discurso oficial que pronunció en la Casa Blanca no se refirió en ninguna ocasión a ellas. "Estamos comprometidos con los líderes locales y estatales para ayudar a hacer seguras nuestras escuelas y afrontar el difícil asunto de la salud mental", apuntó un día después de que se produjera el tiroteo masivo, uno de los peores de la historia reciente de EEUU.

Antes, vía Twitter, el presidente había lamentado las múltiples señales de que "el tirador tenía problemas mentales". Trump también ha cargado en las redes sociales contra el FBI por dedicar más recursos a investigar la trama rusa -y a él- en vez de investigar los avisos que recibieron sobre el autor de la masacre, Nikolas Cruz.

El paso dado por el presidente, instando la prohibición de los dispositivos que hacen automáticos rifles semiautomáticos -que no fue utilizado en el tiroteo de Parkland-, es un avance, pero se encuentra lejos de las demandas que piden los activistas por el control de armas.

La senadora demócrata Dianne Feinstein, que introdujo el año pasado una proposición en el Senado para prohibir esos dispositivos, cuestionó la viabilidad de la regulación que demanda el presidente. "La legislación es la única respuesta", subrayó atendiendo a las limitaciones de la Agencia para impedir la venta de esos 'aparatos' que aceleran la velocidad durante el disparo.

Tras el último tiroteo se han alzado numerosas voces reclamando que se vuelvan a prohibir las armas de asalto entre los civiles. Este lunes, Trump anunció que apoyaba los esfuerzos de varios senadores del Partido Republicano y el Demócrata para mejorar el sistema de verificación de antecedentes para los compradores de armas.

La Casa Blanca tiene previsto encuentros con padres, profesores y estudiantes de Parkland así como de otros centros que han sufrido tiroteos en las últimas décadas. Los supervivientes de la masacre en Florida siguen organizando la 'Marcha por nuestras vidas' el próximo 24 de marzo con Washington DC en el horizonte.

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