Gobierno de Daniel Ortega reprime protestas contra la reforma al Seguro Social dictada por el FMI
El gobierno de Daniel Ortega reprimió brutalmente las manifestaciones y protestas llevadas a cabo en los últimos días en Nicaragua contra una reforma impuesta al sistema de Seguridad Social al estilo neoliberal siguiendo la línea impuesta directamente por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El objetivo del gobierno es evitar la quiebra del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) pero descargando tal crisis sobre el conjunto de sectores trabajadores y pensionados -quiebra que es producto de los manejos de la burguesía sandinista, entre ellos la privatización parcial del INSS-. Ésta reforma hace parte de una serie de recortes de beneficios y aumentos en las cuotas que viene haciendo el gobierno desde 2013 en detrimento del pueblo trabajador.
Las protestas y la represión
No es la primera vez que el gobierno de Ortega reprime las protestas por mejoras en la seguridad social. En 2013 las fuerzas de choque reprimieron las luchas que se llevaron a cabo para garantizar pensiones a los adultos mayores provenientes de los sectores más deteriorados de la clase trabajadora. De la misma manera lo ha hecho contra estudiantes, personas jubiladas, y feministas que se han opuesto a las medidas regresivas del gobierno en materia de seguridad social.
Según distintos medios de prensa, el gobierno cerró canales privados de televisión y las fuerzas de choque despojaron a 11 periodistas de sus herramientas de trabajo por cubrir los enfrentamientos entre manifestantes y la policía. Estudiantes, trabajadoras y trabajadores que han salido a las calles a luchar contra la reforma han llevado la peor parte. Mientras se redacta éste artículo se contabilizan tres estudiantes fallecidos y decenas de heridos. Aunque algunos sectores patronales se han opuesto a la medida de Daniel Ortega no es por las mismas razones por las que lo hace el pueblo trabajador. En las actuales manifestaciones y protestas es el pueblo quien pone la carne en los enfrentamientos.
Una Reforma que golpea a la clase trabajadora
Según la reforma, presentada por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI), los y las trabajadoras, que aportaban un 6,25% de su salario, ahora aportarán un 7%; mientras que el sector jubilado, que se podían pensionar con un 80% de su salario base, no podrá aspirar más que al 70%, además se le impondrá un aporte del 5% de su pensión para el seguro de salud, por lo cual se le ha dado el nombre de “la cotización perpetua” a tal medida, pues la pagarán hasta que fallecen.
La patronal, por su parte, pasará de pagar del 19 al 21 por ciento, y 1 punto porcentual más a partir del 1 de enero de 2019 y 0,5 puntos porcentuales a partir de 2020, hasta alcanzar un 22,5 por ciento. Aunque la edad de jubilación no se subió de 60 a 65 años como lo propuso FMI, los trabajadores y trabajadoras deberán pensionarse más tardíamente para completar cuotas y acceder a una mejor pensión.
La recarga sobre la patronal es una verdadera farsa, ya que el ajuste cae en esencia sobre el pueblo trabajador y jubilado. Actualmente los recursos que “aportan” las empresas luego le son devueltos a la burguesía por medio de las “empresas previsionales”- medida que consistió en la compra y administración compartida, entre el Estado y las empresas, de clínicas y hospitales privados en Nicaragua-, o de escudos fiscales donde se reconocen las cuotas pagadas por las empresas como gastos deducibles de impuestos sobre la renta según la Ley de concertación tributaria de 2012. En otras palabras, lo que gastan por un lado es reembolsado por el otro.
La cuestión de que tanto el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) como la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin) ha pedido al Gobierno local que suspenda las medidas, esto no se debe al aumento de lo que tendrían que cotizar, pues al final de cuentas se les es devuelto, sino a que no fuera completamente acordado con ellos lo que les impide sacar más beneficios. En este sentido lo que impone el gobierno de Ortega es un verdadero ajuste de corte neoliberal, dirigido por una entidad financiera internacional que condiciona el acceso del Estado a préstamos de inversión.
¡Basta de que sea el pueblo trabajador y pobre, junto a los sectores pensionados y jubilados quienes paguen la crisis!
Son el gobierno y la patronal los que tienen que pagar la seguridad social de las y los trabajadores, y ni un centavo debe salir del bolsillo del conjunto de las masas asalariadas que dejan sus vidas ganando salarios miserables, es un completo descaro que hasta a los pensionados y jubilados se les aplique un descuento de su ya paupérrima pensión.
Nicaragua posee una tasa de pobreza que ronda el 46%, según los últimos datos del Banco Mundial, tiene un sistema de seguridad social incompleto y con graves deficiencias en cuanto al abastecimiento de fármacos y acceso a la población. En medio de la situación económica del país y el deterioro acelerado de sus instituciones como resultado de la corrupción por parte de la burocracia sandinista y sus tratos con la burguesía, la clase trabajadora no sólo se enfrenta que le quiten una parte mayor de sus ingresos sino a un aumento en el desempleo producto de medidas en recorte de personal con las que amenazan algunas empresas ante el ajuste.
Pero las patronales no se habían negado a reformas anteriores que les resultaban beneficiosas, ni del bajo precio que pagan en el país centroamericano por concepto de mano de obra, cuyo salario mínimo es el más barato de la región Centroamericana y está por debajo de los 200 dólares mensuales de acuerdo a datos de la CEPAL.
Tanto el gobierno de Ortega como los patronos, no contentos con los altos niveles de explotación hacia las y los trabajadores, pretenden que sean las masas asalariadas, así como cuentapropistas del sector informal, quienes descuenten de sus ingresos los gastos por enfermedades y accidentes, afecciones que en la mayoría de los casos tienen que ver con las pésimas condiciones de vida que impone sobre sus hombros el capitalismo semicolonial centroamericano.
El gobierno busca descargar la crisis sobre el pueblo trabajador. Que sean los capitalistas y los empresarios que paguen la crisis, son ellos, junto con el Estado los que deben pagar los seguros de salud y las pensiones sin que les sea deducible de los impuestos sobre la renta u otra vía de subsidio a la patronal, no la clase trabajadora.
Es necesario luchar por una salida favorable para los trabajadores, los sectores populares y pensionados, la cual vendrá sólo de la movilización independiente, tanto del gobierno que hoy implementa planes como respecto de los sectores de la patronal. Por un seguro de salud digno y una pensión que cubra las necesidades fundamentales de los sectores trabajadores. ¡Por una clase trabajadora con acceso digno a la salud! ¡Basta de represión al pueblo trabajador, a la juventud, estudiantes y personas pensionadas!
El gobierno busca descargar la crisis sobre el pueblo trabajador. Que sean los capitalistas y los empresarios que paguen la crisis, son ellos, junto con el Estado los que deben pagar los seguros de salud y las pensiones sin que les sea deducible de los impuestos sobre la renta u otra vía de subsidio a la patronal, no la clase trabajadora. Por un seguro de salud dignos y una pensión que cubra las necesidades fundamentales de nuestro pueblo. ¡Por una clase trabajadora con acceso digno a la salud! ¡Basta de represión al pueblo trabajador, a la juventud, estudiantes y pensionados!
Ese es el problema de los gobiernos que traicionan a la clase trabajadora, se hacen los populistas,mienten, son "la izquierda teñida", pero continuan con los métodos capitalistas,ya que nunca han renunciado al capitalismo y esperan mágicamente que les brote de entre las baldosas,por arte de magia, el socialismo, pero "no taaan socialista". Eso Sí,cuando, lógicamente los reemplaza,la derecha , que ustedes restauraron, la culpa es de la izquierda "real".
De nicaragua, puedo hablar con conocimiento de causa, ya que dediqué años a investigar la Revolución sandinista, la que después de Fonseca, perdió su rumbo. Incluso ,nosotros, la raíz de mi partido,estuvo allá ,luchando en la revolución, con Nahuel Moreno, y la crisis comenzó,justamente cuando le recordamos que no se puede entregar una conquista popular, que se ganó por las armas y la sangre del pueblo, en una alianza espuria y mediante los votos y así fué el recorrido, lo único que falta, es que alguien que votó una alianza similar, venga a decirnos que es por culpa nuestra.
Si el gobierno de Ortega o de quién sea, utiliza prácticas , estrategias y métodos reaccionarios de la derecha capitalista, la coherencia exige, que alguien que se diga del lado del pueblo, lo repudie, es ridículo suponer que será el repudio y no la reforma laboral reaccionaria,lo que lo perjudique.
A los trabajadores quién los defiende entonces? Dónde está el internacionalismo?. Vos seguramente en diciembre,en vez de ir al Congreso a defender los jubilados, te quedaste en casa rezando.
Nicaragua: Ortega anuncia que revoca la reforma previsional, tras protestas y más de 30 muertos
Daniel Ortega no pudo frenar las protestas con la salvaje represión. Este domingo, con más de 30 muertos a manos de la policía, los grupos de choque y el ejército, anunció que revocó el decreto presidencial.
Durante los últimos siete días, la situación política en Nicaragua se puso al rojo vivo. El 17 de abril, el presidente Daniel Ortega firmó el decreto ejecutivo 03-2018, que establecía reformas en el Instituto Nicaraguense de Seguridad Social (INSS), mandatadas por el Fondo Monetario Internacional: aumento de las cotizaciones de trabajadores y empleadores, y deducción del 5% en las pensiones, con efecto retroactivo. Esto detonó protestas en la capital, Managua, y en todo el país, protagonizadas por la juventud estudiantil y sectores populares. El domingo por la tarde, el gobierno anunció que “se revocaban” las reformas, y volvió a atacar duramente a los manifestantes, llamándolos “pandilleros”.
El ataque a las jubilaciones en Nicaragua, no es un caso aislado en la región y el mundo. En Argentina el gobierno de Mauricio Macri implementó una reforma al sistema de pensiones y en Brasil el golpista Temer buscó hacer lo mismo. Las contra reformas contra el sistema de pensiones son parte de una política que impulsan los gobiernos y una exigencia de los capitalistas en todo el mundo.
Ante el aumento del promedio de la edad de vida los empresarios buscan aumentar sus ganancias, por ejemplo aumentando la edad jubilatoria mientras implementan políticas que rebajan al mínimo las pensiones.
El giro derechista del “progresismo” sandinista
En el 2016 la fórmula que Daniel Ortega compartió con su esposa Rosario Murillo obtuvo el 70% de los votos. Este resultado permitió la tercera presidencia consecutiva del líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), beneficiándose de la división de la derecha conservadora y de un crecimiento económico promedio del 5% desde el año 2011, debido al auge de las materias primas y las exportaciones a los Estados Unidos. Aunque esto permitió reducir algunos de los índices sociales más escandalosos y desarrollar determinados programas de asistencia social, a fines del 2017 un tercio de la población vivía en la pobreza, con una gran precarización laboral y bajos salarios de los que se beneficia la patronal nicaraguense y las empresas extranjeras, en particular en las llamadas zonas francas.
Durante los sucesivos mandatos y particularmente en los últimos años, Daniel Ortega dejó de lado la retórica izquierdista del pasado, concentró el poder político y una creciente influencia y beneficios económicos para su familia, apelando a métodos autoritarios contra las libertades democráticas y represión sobre los movimientos de protesta. Esto a la par que se favorecían los intereses de la burguesía, actuando su gobierno como administrador de los negocios capitalistas en el país. Eso fue expresión del giro a derecha que se dio en los últimos años en los proyectos llamados progresistas en nuestra región, como el que pretendía encarnar Ortega y la administración del FSLN, que asumió así un curso fuertemente bonapartista.
En los años previos, el gobierno utilizó la represión abierta para hacer frente a la lucha de diversos sectores. Fue el caso de los campesinos que protestaban en distintas provincias en defensa de sus tierras contra el multimillonario proyecto de canal interoceánico. O en el 2013, frente al movimiento #OcupaINSS, protagonizado por sectores de la juventud, el cual fue también duramente reprimido y que precedió a las recientes protestas.
Las movilizaciones juveniles enfrentan el ataque neoliberal
La reforma decretada por el gobierno de Ortega responde a las “recomendaciones” de los organismos financieros internacionales como el FMI. Si bien en los papeles parecería afectar también a las patronales, el hecho es que las mismas tienen garantizada la devolución del incremento de aportaciones por la vía de distintos mecanismos fiscales. No así en el caso de los aportes de los trabajadores, a lo que se suma la retención del 5% a los jubilados y pensionados.
A partir del anuncio del decreto presidencial, se desarrollaron la protestas y la represión. Un mitín de los estudiantes en la Universidad Centroamericana (UCA) fue atacado por fuerzas de choque de la Juventud Sandinista con palos y piedras. Las movilizaciones se extendieron a la Universidad Nacional Agraria (UNA),la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) y otras casas de estudio. Lejos de limitarse a Managua, se multiplicaron en otras ciudades del país: León, Masaya, Estelí, Jinotega, Granada y Matagalpa. Un indicador de la creciente impopularidad del gobierno, es que muchas de estas protestas se concentraron allí donde el Frente Sandinista obtuvo gran apoyo en el pasado.
El gobierno no se contentó con utilizar a la policía -secundadas por los grupos de la “juventud sandinista”-, sino que desplegó al ejército en varias ciudades. A pesar de la sangrienta represión -que provocó una treintena de muertos- las protestas le abrieron una importante crisis política al gobierno de Ortega. Amenazaban escalar y sumar a sectores que todavía permanecían pasivos, en particular a la clase trabajadora y el campesinado pobre.
Ante eso, el sábado Ortega manifestó que su único interlocutor eran los empresarios, a los cuales llamó al diálogo junto al cardenal Leopoldo Brenes. Mientras tanto, desde los canales de televisión afines al gobierno los saqueos eran presentados como impulsados “por la derecha”.
La patronal, congregada en el Consejo superior de la Empresa Privada (COSEP), venia de una larga relación “de consenso” con el gobierno. Desde que iniciaron las protestas contra la reforma al INSS, se distanció de aquel y propuso el “dialogo”. El viernes 20, ante la profundización de las mismas, demagógicamente “exigió” a Ortega que frene la represión como condición para sentarse a negociar. El empresariado quería erigirse en el interlocutor del gobierno y a la par ganar simpatía entre los sectores populares descontentos con la reforma. Su objetivo era contener la crisis y resguardar la ”estabilidad” bajo la cual el actual gobierno le garantizó sus ganancias y las de las transnacionales imperialistas.
Ante la gravedad de la situación, el propio Papa Francisco llamó al diálogo al gobierno, lo cual fue secundado por la jerarquía eclesiástica nicaragüense, que también se puso al frente de la satanización de los “violentos”.
En un sentido similar al Vaticano se expresó el Departamento de Estado estadounidense. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, afirmó en un comunicado que "Estados Unidos llama a un diálogo amplio que involucre a todos los sectores de la sociedad para resolver el conflicto actual".
United States calls for calm in #Nicaragua and a broad-based dialogue involving all sectors of society to resolve the current conflict and restore respect for human rights. https://go.usa.gov/xQZ2T
El domingo 22, en un discurso donde comparó a los manifestantes con “pandilleros”, Ortega anunció que “se echaba atrás” el decreto ejecutivo. La profundidad de la crisis, el peligro de que una mayor represión incendie el país, dictó este aparente retroceso coyuntural del gobierno. Sin embargo, Ortega ya adelantó que “buscaremos otras formas de darle estabilidad financiera al sistema de pensiones”. La mesa de diálogo con los empresarios y la Iglesia evidentemente pretende una salida “consensuada” para recargar sobre las espaldas de los trabajadores y los pensionados la crisis del INSS.
La corriente trotskista encabezada por Nahuel Moreno participó en la lucha militar contra la dictadura con una brigada internacionalista, la Simón Bolívar. En agosto de 1979 los comandantes sandinistas la expulsaron. La consideraban un escollo para su política de conciliación con la burguesía nicaragüense y el imperialismo, la cual finalmente frustró el avance revolucionario (Nota II).
Combatientes de la Brigada en Managua. En el centro, el colombiano Kemel George
En El Socialista anterior reseñamos la lucha del pueblo nicaragüense para echar al dictador Somoza, encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Dimos varios datos y ejemplos para mostrar que la política de Ortega y demás dirigentes sandinistas llevó a la parálisis y al retroceso a ese triunfo. Y anticipamos que recordaríamos en este número la experiencia de la Brigada Simón Bolívar.
Un ejemplo de unidad de acción internacionalista
La Brigada fue impulsada desde Bogotá, Colombia, por el dirigente trotskista argentino Nahuel Moreno y por el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) de Colombia. La corriente de Moreno venía desarrollando una campaña sistemática de apoyo a la lucha contra la dictadura de Somoza, y de solidaridad con el FSLN, para que triunfase y encabezara un gobierno propio, sin burgueses.
En junio de 1979 comenzó el reclutamiento, que tuvo mucho eco, ya que había una inmensa simpatía en Colombia y todo Centroamérica por la lucha antisomocista. El apoyo de un importante periodista, Daniel Samper, convocando desde su columna en el principal matutino bogotano, El Tiempo, fue un impacto. Más de mil voluntarios se anotaron en pocos días. Comenzaron las colectas para financiar el operativo, de sindicatos, otras organizaciones y mucha gente que contribuía en las alcancías.
Se retomaba la heroica tradición de las Brigadas Internacionales que pelearon en el bando republicano en la guerra civil española de la década del treinta, abandonada por los partidos comunistas desde entonces.
La Brigada se propuso participar en unidad de acción en la lucha militar y con una política independiente a la del FSLN (que por entonces formaba un gobierno en el exilio con sectores de la burguesía antisomocista). Había brigadistas colombianos, panameños, costarricenses, argentinos (Nora Ciapponi y Miguel Sorans, entonces dirigentes del PST) y de otras nacionalidades. También había nicaragüenses que estaban fuera de su país. Sólo una minoría era trotskista.
La Brigada también expresó la flexibilidad táctica que era característica de Nahuel Moreno, quien sistemáticamente había combatido las posiciones guerrilleristas y del foco guevarista. Junto con su corriente (que por entonces actuaba en el Secretariado unificado de la Cuarta Internacional que encabezaba Ernest Mandel) supieron ver que había en curso una lucha armada de masas, con miles de combatientes -los “muchachos”-, que contaban con la simpatía y apoyo activo de la mayor parte de la población. También estaban apoyando al FSLN gobiernos como el panameño de Torrijos (que mandó una brigada) y el costarricense, que le daba una frontera de apoyo, además del PC cubano y la socialdemocracia europea.
En el Frente Sur y Bluefields
El FSLN aceptó oficialmente la participación de la Simón Bolívar, pero no autorizó su funcionamiento como brigada independiente (como había ocurrido en la revolución española). La Brigada aceptó esa condición y numerosos brigadistas fueron incorporados individualmente a las filas del ejército sandinista en el Frente Sur. Allí participaron en los sangrientos enfrentamientos que se dieron contra los últimos focos de resistencia de la Guardia Nacional. Muchos de ellos fueron heridos, y tres cayeron en combate, dos colombianos y un nicaragüense que se enroló en Bogotá.
Sobre la Costa Atlántica, en la ciudad de Bluefields, la derrota y expulsión de los somocistas estuvo directamente en manos de una columna independiente de combatientes de la Simón Bolívar. En esa región, comunicada con Managua solo por barco o avionetas, la mayor parte de la población es negra y extremadamente pobre, aunque hay todo tipo de riquezas, que estaban en manos de los somocistas y las multinacionales. Partieron en barco desde Puerto Limón, en Costa Rica, donde contaban con el apoyo del Partido Auténtico Limonés y su dirigente, Marvin Wright. En un barco pesquero tomado, iba una columna de 70 hombres armados (M-16, escopetas, revólveres y cartuchos de dinamita). El 19 de julio, luego del desbande de la Guardia, la brigada y un sector sandinista local se hicieron cargo del control de la ciudad. Allí no se formó un gobierno como el que estaba siendo constituido nacionalmente, con partidos burgueses. El gobierno local era el grupo sandinista independiente apoyado por la Brigada. Se formaron milicias y empezaron a constituirse los sindicatos. Semanas después la Brigada encabezó una movilización para aplastar un intento de sublevación contrarrevolucionaria organizada por adeptos de Violeta Chamorro (miembro del gobierno nacional junto al FSLN) unidos a ex somocistas.
La formación de los sindicatos
Cuando se instaló en Managua, el 19 de julio, el Gobierno de Reconstrucción Nacional (GRN), integrado por los nueve comandantes y los conservadores Violeta Chamorro y Alfonso Robelo, la conducción sandinista comenzó a llevar a la práctica su política de conciliación con la burguesía, economía mixta capitalista y consenso con el imperialismo (ver Nota I en El Socialista Nº140, 15/7/09). Un objetivo central era desmovilizar a la población y desarmar a los milicianos y a los combatientes guerrilleros, para formar un ejército burgués “normal”.
Por su parte, la Brigada, que recibió dos amplias casas para instalarse por parte de la comandancia, se dedicó a apoyar la formación de los nuevos sindicatos. Entre Managua y Bluefields, la Brigada llegó a formar 110 organizaciones sindicales.
La expulsión
Esos sindicatos empezaron a pedir que a los brigadistas se les diera nacionalidad nicaragüense. El FSLN convocó el 14/8 a la Brigada al ex bunker. Una movilización obrera y popular la acompañó. Pero igual fue detenida y expulsada de Nicaragua por el FSLN. Con el apoyo del gobierno panameño, fue trasladada a ese país, y allí fue reprimida y encarcelada. Aunque los comandantes habían reconocido a la Simón Bolívar y la habían reivindicado públicamente, después del triunfo y de su participación en la lucha por derrotar a Somoza, había un enfrentamiento político decisivo. El FSLN quería acabar con las milicias populares, controlar burocráticamente la naciente organización sindical, gobernar con y para la burguesía, y no extender la lucha a El Salvador, donde estaba en jaque la dictadura genocida. Con su pequeña fuerza e influencia, la Brigada marcaba un camino opuesto. Ortega y compañía no estaban dispuestos a permitirlo. Y por eso la echaron (ver recuadro de Moreno).
En aquel momento, todas las organizaciones dirigidas o influenciadas por los partidos comunistas y el castrismo, así como sectores trotskistas, como el mandelismo (en una actitud sin principios y ajena a toda tradición obrera y revolucionaria), apoyaron la expulsión y criticaron a la brigada, por “apresurada”, o sectaria.
La derrota de la revolución de 1979 y el retorno de un Ortega que gobierna para los grandes empresarios y la Iglesia, mantienen la vigencia de aquella experiencia y aquellos debates.
Nahuel Moreno y la Brigada
Moreno impulsó y acompañó día a día la orientación política y el reclutamiento de la Brigada, así como su participación en la pelea militar. Una vez obtenido el triunfo, siguió con pasión los primeros pasos de aquella Nicaragua Libre que estaba naciendo, donde los trabajadores comenzaban a organizarse para vivir en un país mejor.
Años después, en un intercambio de cartas con el destacado dramaturgo y psiquiatra Eduardo Pavlovksy, le resumía en estas pocas palabras las razones de la expulsión.
“Nosotros fuimos expulsados, torturados, censurados y presos en Nicaragua, al igual que otro partido de ultraizquierda [el Frente Obrero], por una simple razón: denunciamos que la política «realista» del sandinismo de llevarse bien con la burguesía, los terratenientes y el imperialismo sería fatal para el pueblo nicaragüense, y mucho más grave aun que hicieran gobierno con la gran burguesía. Nuestra política alternativa era muy simple: profundizar la revolución en Nicaragua y extenderla a todos los países centroamericanos que sufrían dictaduras atroces. Aun suponiendo que estuviéramos equivocados, se nos debió tratar democráticamente.” (Carta del 11/9/86, publicada en La Brigada Simón Bolívar, mayo 1999, de próxima reedición).
Nicaragua 30 años después
Hace 3 años que Daniel Ortega volvió a ganar la presidencia. Lo hizo a través de un pacto con la reaccionaria jerarquía católica y el corrupto ex presidente Arnoldo Aleman. Nada ha cambiado desde entonces respecto de las penurias del pueblo nicaragüense. Luego de tres décadas de aquel inmenso triunfo de julio de 1979, con sandinistas y conservadores en el gobierno, Nicaragua sigue siendo el segundo país más pobre de América Latina. Más de la mitad de la población sigue en la pobreza, y un 25% de la población ha tenido que emigrar (a Costa Rica y Estados Unidos principalmente) para enviar algún dinero a sus familias.
Ese es el resultado de la política de Daniel Ortega y los sandinistas, que reconstruyeron el poder político, militar y económico del capitalismo, mientras prometían hacer el “socialismo con los dólares del imperialismo” y expulsaban a la Brigada internacionalista.
Eso Sí,cuando, lógicamente los reemplaza,la derecha , que ustedes restauraron, la culpa es de la izquierda "real". (Matilda)
Vos sí que me hacés reir ! ! ! ! !
Nosotros restauramos ????
USTEDES llamaron a votar en blanco, cuando era necesario evitar la llegada de Macri y sus secuaces ! ! ! ! !
Hacete cargo. Los trotskistas como vos pertenecen a la manada responsable de esta catástrofe.
Y no les alcanzará la vida a todos ustedes juntos, para pagar tanto daño.
Dejá de operar en contra de los gobiernos progresistas de la región. Los trotskistas no mueven el amperímetro, son pura teoría y si el Poder Económico les proporciona espacio y no los persigue es porque no lo incomodan.
Porqué no aprendés de Juan Marino ?????
Podría ser tu hijo, y a pesar de tener muchos menos años que vos, ya salió de la burbuja adormecedora trotska.
Es obvio no? Hablando de hacerse cargo, todo"progre" K que votó a la Alianza, al menos, que deben ser muuuchos, sostuvieron en la política a unos cuantos de los que están ahora, porque te recuerdo que la "florrr de alianza" incluïa a Patricia Bulrrich, D. Lopérfido, Nilda Garré , Diana Conti y más,incluso el maldito de Cavallo, yo en tu lugar estaba con la cara pegada a la pared,no sea cosa que se te caiga. Nosotros siempre hemos estado en la misma vereda y agitando la misma bandera, incluso hoy .
Por suerte a mi hijo lo eduqué muy bien ,en todos los sentidos y hoy es un hombre muy cuerdo ,razonable y coherente, y espero que no tenga que lidiar con dinosaurios como vos.
Cuando yo voté a la Alianza tuve la intención de que llegara al gobierno la gente del FREPASO para, desde ese lugar, tener más posibilidades de cambiar las cosas para bien.
No era lo mejor ir junto a la UCR y con Chupete como candidato a la Presidencia. Pero del otro lado estaba el "zabeca de Banfield". Era eso o lo otro. Y a riesgo de que los radichetas traicionaran... deposité mi voto con alguna esperanza. Pero siempre pensando en el pueblo y en su bienestar.
Vos al votar en Blanco y llamar a la gente a votar en Blanco, en el 2015, tuviste la intención de que ganara Macri.
Y ganó Macri y está reventando el país.
Dinosaurios son aquellos que posan hacia la Izquierda y viven ayudando a la Derecha.
Aprendé del trotsko-kirchnerista Juan Marino. Alejate de los agentes del Poder Económico disfrazados de "revolucionarios" que te queman la cabeza con un librito de Trotsky bajo el brazo.
Y HACETE CARGO.
La mortalidad infantil aumentó. HACETE CARGO.
El desempleo aumentó. HACETE CARGO.
Los viejos sin aportes suficientes ya no se pueden jubilar. HACETE CARGO.
Los jubilados cada vez ganan menos y el gobierno quiere quebrar al PAMI.
Las Paritarias se cierran a la baja. HACETE CARGO.
El poder adquisitivo decrece. HACETE CARGO.
Cierran PYMES a lo largo y ancho del país. HACETE CARGO.
Muchísima gente está sufriendo todo este desastre. HACETE CARGO.
no puedo opinar porque no entiendo y papiyo solo se rei so me imagino que esta hablando de la izquierda asquerosa que a destruido a un gran pais como argentina.