En esta imagen, tomada el 19 de agosto de 2018, la compañera NOBRUTANA usa la luz de una vela para cocinar “cassava”, también conocida como yuca o mandioca, durante un apagón en Maracaibo, Venezuela. Durante meses, los residentes de Maracaibo sufrieron apagones escalonados, pero la situación se complicó el 10 de agosto, cuando un incendio destruyó una de las líneas principales que abastecían a los 1,5 millones de habitantes de la ciudad. Fernando Llano AP Foto
Los residentes de Maracaibo, una ciudad conocida en su día como la Arabia Saudí de Venezuela por su vasta riqueza petrolera, hacen ahora fila para comprar carne podrida. Los refrigeradores fallan por los cortes de electricidad que sufren desde hace nueve meses y que recientemente fueron a peor.
Algunos caen enfermos por tomar la carne estropeada, que se vende a precios muy bajos y es la única forma de poder comprar proteína ante la profunda crisis que vive el país.
“Me dio miedo que se enfermaran porque están pequeños”, apuntó. “Pero sólo le cayó mal al pequeñito, que le dio diarrea y vómito”.