Los residentes de Maracaibo, una ciudad conocida en su día como la Arabia Saudí de Venezuela por su vasta riqueza petrolera, hacen ahora fila para comprar carne podrida. Los refrigeradores fallan por los cortes de electricidad que sufren desde hace nueve meses y que recientemente fueron a peor.
Algunos caen enfermos por tomar la carne estropeada, que se vende a precios muy bajos y es la única forma de poder comprar proteína ante la profunda crisis que vive el país.
“Me dio miedo que se enfermaran porque están pequeños”, apuntó. “Pero sólo le cayó mal al pequeñito, que le dio diarrea y vómito”.