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General: MADURO: EL STALIN EN VERSIÓN TROPICAL
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De: CUBA ETERNA (Mensaje original) |
Enviado: 11/10/2018 15:37 |
NICOLÁS MADURO
Maduro se rige por el principio estalinista de muéstrame el hombre y te encontraré el delito. Estados Unidos responsabiliza a Maduro por su implicación» en la muerte del concejal detenido y ha pedido la liberación inmediata de todos los presos políticos venezolano.
NICOLÁS PODRIDO
El Camarada Stalin en versión tropical
La sistemática violación de derechos fundamentales forma parte de los grandes «éxitos» logrados por el socialismo del siglo XXI en Venezuela. Cuanto más han cuestionado los propios venezolanos al chavismo, el régimen ha demostrado su disposición a emplear toda la fuerza necesaria para conseguir su objetivo fundamental que no es otro que preservarse en el poder. Desde hacer la vida imposible a los líderes de la oposición al asesinato de docenas de manifestantes en las protestas del año pasado, el Stalin en versión tropical que es Maduro ha demostrado con creces su falta de escrúpulos.
La muerte del concejal Fernando Albán mientras se encontraba detenido en el Helicoide, la siniestra sede caraqueña del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), habría sido un paso más en el descrédito de un régimen del que ya no se sabe muy bien si es más corrupto que sanguinario. La defenestración de disidentes es algo que los venezolanos asocian con las dictaduras militares que sufrieron múltiples países iberoamericanos en los años setenta. Un pasado muy obscuro cuya denuncia ha servido al régimen de Maduro para obtener bastante millaje populista.
Ante las dudas y las condenas generadas dentro y fuera de Venezuela, el fiscal jefe Tarek William Saab ha intentado cerrar lo ocurrido con ayuda de una versión oficial que tiene más agujeros que un queso suizo: Albán se suicidó saltando del décimo piso del SEBIN donde se le estaba interrogando por su supuesta implicación en el atentado con drones-bomba perpetrado el pasado agosto contra Maduro.
Los líderes de la oposición, con el respaldo de múltiples gobiernos extranjeros, no se creen tanta patraña y acusan al régimen de torturar y asesinar al político detenido en el aeropuerto de Maiquetía al retornar de un viaje a Estados Unidos. Es más que notorio el historial de ensañamiento contra alcaldes y concejales venezolanos que intentan mantener una mínima resistencia democrática. Desde hace tiempo, el régimen se rige por el espeluznante principio estalinista de «muéstrame el hombre y te encontraré el delito».
EE.UU. responsabiliza a Maduro por su «implicación» en la muerte del concejal detenido
La Casa Blanca ha condenado este miércoles «la implicación» del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la muerte del opositor Fernando Albán, que perdió la vida el 8 de octubre cuando estaba bajo custodia de las autoridades del país.
«Estados Unidos condena la implicación del régimen de Maduro en la muerte del concejal opositor venezolano Fernando Albán», señaló la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado.
La portavoz recordó que las autoridades venezolanas detuvieron a Albán el pasado 5 de octubre, a su regreso de la Asamblea General de las Naciones Unidas, «donde habló al mundo sobre la importancia de devolver la democracia al pueblo de Venezuela».
Tres días más tarde, mientras estaba bajo la custodia del servicio de inteligencia de Venezuela, falleció.
La versión del Gobierno venezolano es que Albán se suicidó, pero el Parlamento de este país, de mayoría opositora, responsabilizó el martes al Ejecutivo de Maduro del «homicidio» del concejal y pidió a la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA) investigar su muerte.
Después de este suceso, la Casa Blanca pidió hoy «la liberación inmediata de todos los presos políticos venezolanos» y exigió a Maduro que «tome medidas directas y creíbles para restablecer la democracia en Venezuela».
«La Administración Trump continuará incrementando la presión sobre el régimen de Maduro y sus integrantes hasta que se restablezca la democracia», indicó Sanders.
Una fuente de la Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense declaró a Efe que el Ejecutivo de EE.UU. solicita una «investigación independiente» de los hechos.
El concejal opositor fue encarcelado en las dependencias del Servicio Bolivariano de Inteligencia por su supuesta responsabilidad en el atentado fallido contra Maduro del pasado 4 de agosto.
La Fiscalía venezolana informó ayer de que el edil supuestamente implicado en el ataque se suicidó lanzándose desde el décimo piso de un edificio policial cuando iba a ser trasladado a tribunales.
Albán era concejal en el municipio caraqueño de Libertador, sede de todos los poderes públicos y territorio considerado bastión del chavismo gobernante.
PEDRO RODRÍGUEZ, OCTUBRE DE 2018
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De: Quicor |
Enviado: 13/10/2018 20:38 |
Habrían muchos de labarse la boca antes de hablar del gran Stalin.
Es posible que el hobre de hierro no dudara en eliminar a todo aquel que pusiera, voluntariamente o no, en peligro la Revolución Soviética, pero de ahí a tildarlo de asesino va un gran trecho que el fascismo y su cara "amable" el capitalismo, quieren minimizar para así mostrar al gran Stalin como el mayor asesino del mundo y de ésta manera callar sus asesinatos en masa de toda la larga historia de la era capitalista en sus diferentes formas, desde la negra noche de los tiempos cuando el hombre arrebató a las madres el control de la sociedad. |
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Quicro tu serias una victima si huvieses vivido en ese tiempo stalin no soportaba lame culos como ustedes....... |
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Trump ha encontrado en Maduro a su alma gemela disfuncional
Momentos antes de que, de manera inesperada, Trump le tendiera la mano al asediado presidente venezolano, repitió que no dejaría de considerar una “opción militar” contra Venezuela. Declarar que podrías invadir un país para derrocar a su gobernante y, acto seguido, que te gustaría reunirte con ese líder podría parecer ilógico. Sin embargo, tratándose de Donald Trump, la impulsividad es su estilo y la falta de visión, su referente.
TAL PARA CUAL - PERFECT FOR EACH OTHER
Chávez, Maduro y Trump: Historia de tres presidentes
Durante una conferencia de prensa en las Naciones Unidas en septiembre de este año en Nueva York, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que si el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, estuviera ahí, estaría dispuesto a reunirse con él. A pesar de sus incesantes diatribas contra el “imperio estadounidense”, Maduro no podría rechazar esa tenue oferta de encontrarse con un presidente estadounidense amistoso con los líderes autócratas.
Momentos antes de que, de manera inesperada, Trump le tendiera la mano al asediado presidente venezolano, repitió que no dejaría de considerar una “opción militar” contra Venezuela. Declarar que podrías invadir un país para derrocar a su gobernante y, acto seguido, que te gustaría reunirte con ese líder podría parecer ilógico. Sin embargo, tratándose de Donald Trump, la impulsividad es su estilo y la falta de visión, su referente. Trump ha encontrado en Maduro a su alma gemela disfuncional.
Venezuela está pasando por la peor crisis política y económica de su historia. El Fondo Monetario Internacional ha estimado que la inflación en Venezuela llegará a su punto máximo de un millón por ciento para fin de año, un panorama inimaginable a la distancia, pero muy real para los venezolanos. Un ejemplo: en 2006, el precio que pagué por un apartamento de tres recámaras en una zona de clase media en Caracas hoy sería equivalente a menos de un dólar y no me alcanzaría ni para comprar un rollo de papel de baño en Venezuela, si acaso se pudiera encontrar uno.
Los informes recientes de las Naciones Unidas muestran que los venezolanos están sufriendo —incluso muriendo— debido a la falta de acceso a suministros médicos y medicamentos básicos. Más de dos millones de venezolanos han huido del país en busca de alimentos, tratamientos médicos y oportunidades económicas en los últimos tres años. La enorme diáspora de venezolanos ha desbordado a la región a tal grado que países vecinos como Ecuador, Colombia y Panamá han implementado controles fronterizos más estrictos.
Aunque Maduro había declarado que dudaba asistir a la reunión anual de las Naciones Unidas por cuestiones de seguridad, escuchó la invitación de Trump, se subió a su avión presidencial y aterrizó unas cuantas horas después en Nueva York. En su apuro, Maduro no se coordinó con Trump. Por supuesto, el presidente de Estados Unidos no iba a reunirse con su homólogo venezolano; su sugerencia no era un comentario premeditado. Pero, para Maduro, era una gran oportunidad. Si el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, podía reunirse con Donald Trump, él también.
Como Kim Jong-un, Maduro es uno de los jefes de Estado que enfrentan sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos. Justo antes de su llegada a Nueva York, el Departamento del Tesoro estadounidense impuso nuevas sanciones contra la esposa de Maduro, Cilia Flores, la vicepresidenta Delcy Rodríguez y otras personas de su círculo cercano. El cerco se estaba cerrando en torno al presidente venezolano, y vio a Trump como su salida. Si “Donald Trump y yo nos vemos cara a cara, […] estoy seguro de que sería para bien”, dijo después de reunirse con Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Aunque algunos creen que Maduro heredó un gobierno tiránico de su predecesor Hugo Chávez, yo discrepo. Fui confidente cercana de Chávez y estuve ahí durante su ascenso y su caída.
El Hugo Chávez que conocí creía en la justicia social, la igualdad y las libertades fundamentales. Ganó de manera aplastante varias elecciones. Incluso fue reelecto cuando estaba muriendo de cáncer —así de popular era en Venezuela—. Chávez perdonó a muchos de sus adversarios, incluso a aquellos que trataron de derrocarlo mediante un violento golpe de Estado.
¿Tenía tendencias autoritarias? Sus antecedentes militares le habían inculcado una firme creencia en la jerarquía. Cuanto más tiempo estuvo en el poder, más se atrincheró, lo que evidencia que los límites a los periodos presidenciales y los contrapesos son básicos para tener una democracia saludable.
Sin embargo, Chávez sentía una enorme empatía hacia los pobres y los marginados. Durante su mandato implementó muchos avances con los que ayudó a millones de personas.
Es cierto, cometió muchos errores. Chávez aspiraba a que su modelo de nación fuera sostenible, pero murió sin tener éxito. Su costumbre de elegir la lealtad por encima de la competencia fue un error garrafal. También se equivocó en dejar muchas responsabilidades en manos de un pequeño círculo de personas sin preparación y que no estaban dispuestas a tomar decisiones difíciles. Esto contribuyó a crear un ambiente de secretos y falta de rendición de cuentas, un escenario que puede poner en riesgo la democracia.
He visto el mismo comportamiento en Donald Trump, quien se ha rodeado de familiares, dándoles empleos para los cuales no tienen experiencia ni preparación. Es una táctica autócrata clásica para mantener un estricto control sobre el poder, derivada de la paranoia que genera la adicción al poder y de la creencia narcisista de que nadie puede hacer mejor las cosas.
En marzo de 2018, durante el quinto aniversario de la muerte de Hugo Chávez, una mujer sostiene fotografías del expresidente y del actual presidente venezolano Nicolás Maduro. Credit Fernando Llano/Associated Press
Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, sino un presidente sin popularidad, con legitimidad dudosa, acusado de violaciones generalizadas a los derechos humanos, corrupción y fraude electoral. Aunque trata de emular a Chávez, es más parecido a su homólogo del norte, Donald Trump.
Igual que Trump, Maduro crece con el engaño, la exageración y las mentiras. Niega que exista una crisis humanitaria en Venezuela y culpa a Estados Unidos de su propia catástrofe. ¿Se le debería destituir con un golpe de Estado, aislarlo con sanciones económicas o derrocarlo mediante una invasión extranjera? No. Los problemas de Venezuela han de resolverlos los venezolanos. En lugar de considerar la posibilidad de una intervención militar para quitar a Maduro, Washington debería concentrase en sortear su propia cleptocracia en ciernes liderada por otro aspirante a autócrata.
Ningún presidente debería gobernar sin contrapesos. Ninguna persona debería tener rienda suelta para ignorar los principios básicos de la sociedad, la ley y el orden, la libertad y el respeto. El pueblo es quien debe hacer que sus gobernantes rindan cuentas mediante la participación activa y la supervisión minuciosa, siempre atento a los peligros y tentaciones de la corrupción generalizada y la adicción al poder.
Maduro regresó a Venezuela con las manos vacías. No se reunió con Trump, no consiguió una reducción de las sanciones ni que disminuyeran las tensiones. Sin embargo, al más puro estilo trumpiano, apareció en la televisión nacional para jactarse de su viaje e hizo comentarios grandilocuentes.
“Si hubiéramos tenido el petro hubiéramos pagado el hot dog que nos comimos en la Quinta Avenida en petro”, dijo Maduro en referencia a la dudosa criptomoneda venezolana que creó para disminuir la dependencia del dólar estadounidense. La mayoría de los expertos financieros considera que se trata de una estafa.
Al igual que Trump, Nicolás Maduro prospera en un mundo paralelo de mentiras y argucias. Pero a diferencia de Venezuela, Estados Unidos aún tiene tiempo para revertir la pendiente resbaladiza hacia el autoritarismo.
Eva Golinger es una abogada y escritora que reside en Nueva York. Su libro más reciente es “Confidante of ‘Tyrants’“, unas memorias sobre el tiempo que pasó como asesora del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
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el que trae esto aqui tiene que tener el cerebro cerca del culo,porque hacer esa comparacion...... |
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