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General: La Derecha argentina no quiere a los médicos cubanos
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 27/04/2020 02:40

Médicos cubanos, derecha alborotada y agenda pos-pandemia

Qué dicen los medios de comunicación y por qué Macri se acerca a la derecha intelectual en plena pandemia.

No se sabe si vendrán muchos o pocos médicos cubanos al país para colaborar en la lucha contra la pandemia. Serán muchos o pocos, vendrán ahora o dentro de un tiempo.  Lo único que se dijo desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires es que no habría obstáculos para que vinieran, en caso de ser necesario. Parece bastante sensato todo…

Sin embargo, la campaña contra “los médicos cubanos” ya está lanzada. ¿Por qué no tendrían que venir? Puede empezarse por el siempre desopilante Ricardo Roa : “Si algo se necesita son terapistas y los cubanos son generalistas en el mejor de los casos”, dijo en su columna en Clarín.  Es decir que se rechaza a los médicos cubanos porque son generalistas... Hablando en serio, lo que está clarísimo en estos días es el estado de irritación y agresividad en el que la derecha –a través de los grandes emporios mediáticos- ha entrado en los días del coronavirus.  En ese clima resucita un vocabulario macartista propio de los tiempos de la guerra fría.

El ex presidente Macri es el militante argentino más intenso de esa irritación y esa agresividad. No hay que olvidar nunca el clima que rodeó su acceso al gobierno en 2015. Era la gran oportunidad  de la derecha argentina de construir una referencia electoral duradera capaz de sostener el tránsito sin regreso al dominio irrestricto del gran capital local y global sobre el territorio argentino. Ahora Macri es, para la mayoría de los argentinos y argentinas, un pasado al que no se quiere volver. No dirige ni a su propio partido. De ahí en adelante los dos caminos que se le abren son el regreso pleno al mundo privado –con el riesgo de que debilitado políticamente, sus asuntos empresariales y judiciales empiecen a no funcionar de modo tan aceitado como hasta ahora-, o la pelea por permanecer en el centro de la escena política. En esa lucha política que ahora insinúa tiene que resolver un problema principal: la parte de su fuerza que tiene poder territorial ha decidido no apostar al envilecimiento del clima político en el contexto de una importante amenaza a la vida de muchos argentinos y argentinas. Por eso alrededor de Macri solamente permanece un puñado de ex altos funcionarios durante su presidencia, que lo secundan en su arremetida contra el gobierno. Gobernadores e intendentes han entendido que una oposición dura contra el gobierno podría distanciarlos irreparablemente del estado de ánimo popular y además Macri no es un compañero de ruta ideal en esta coyuntura. Habrá que ver cómo evolucionará la relación de fuerzas entre los legisladores de la derecha.

Por eso Macri prefiere la cercanía con Vargas Llosa y el grupo de políticos e intelectuales que claman contra el populismo y sostienen una visión del mundo completamente funcional a los grupos poderosos del régimen capitalista con centro en el sistema financiero en el que hoy vive gran parte del mundo. Nada de intervención del estado, defensa irrestricta del “mercado”, rechazo de la redistribución, impulso de la precarización laboral son parte del santo y seña de este grupo. El enemigo es el  populismo, concepto que incluye a todos los gobiernos más o menos independientes de Estados Unidos y a las corrientes políticas, intelectuales  y sociales que desafían al neoliberalismo, incluido el Papa Francisco. Desde esa trinchera el ex presidente argentino confía en reunir a la parte de la sociedad –hoy circunstancialmente muy pequeña- que está dispuesta a cualquier cosa con tal de derrotar al populismo. Hasta ahora la expresión de este núcleo duro ha sido de resonancias muy pobres: unos pocos caceroleros en reducidos espacios de la ciudad de Buenos Aires.

Pero la apuesta de los halcones macristas está en la esperanza del desgaste del gobierno en un proceso que augura grandes dolores completamente inhabituales para la población. Ya la cuarentena es un escenario altamente sensible. Y ya nadie espera que sea una cuestión de días o de semanas como la ilusión de muchos pudo haber imaginado. Y nadie debería confundir un buen desempeño general del gobierno y el pueblo con la garantía contra pérdidas que serán costosas. Hemos entrado en un camino largo y doloroso. Propicio, por lo tanto para mechas que puedan atraer al incendio. El documento de Macri no le interesa hoy a casi nadie, pero nada asegura que no sucedan hechos que puedan ayudar a recuperar su imagen.

El país va a ser más pobre en esta etapa. Por lo menos desde el punto de vista del PBI. Pero tal vez sea interesante pensar si no podemos ser más ricos después de esta experiencia. Claro que esto no vale solamente para nuestro país, pero es interesante pensar el futuro global desde nuestro modesto rango de influencia. Y el futuro no es “lo que nos pase” sino lo que estamos en condiciones de hacer y decidamos hacer. ¿Cómo seríamos más ricos y en qué sentido? Tendríamos que proponernos salir de la crisis más ricos en solidaridad, capacidad de acción colectiva, sentido de pertenencia nacional, conciencia sobre la realidad del país, capacidad crítica de nuestro propio modo de vida. Más ricos, políticamente, en el sentido más amplio y más elevado de la palabra.

La derecha ha puesto a la libertad en el centro de su discurso. Y tal vez sea la libertad el gran centro de una discusión nacional y global. La civilización capitalista y neoliberal es el modo histórico más antagónico con la libertad y más antagónico con la vida. Es el reino de la libertad de las mercancías (que viajan por el mundo en su forma material o virtual, sin restricciones de ningún tipo). Pero no es la libertad de los seres humanos. Ni la libertad de las naciones. Es, por el contrario, el reino de los automatismos, de lo infinitamente igual aunque se vista de las más diversas formas. Es la civilización más desigual que ha conocido la historia. Nunca tan pocos se quedaron con tanto, nunca tantos se quedaron con tan poco.

Estamos frente a una gran contradicción. El futuro depende de la acción colectiva. Y estamos en cuarentena. Hasta el punto que la cuarentena se convirtió en una forma de acción colectiva y hasta en un orgullo de pertenencia al sector de los que están obsesionados por salvar vidas (incluida la propia) y no al de aquellos “racionales” que quieren proteger los recursos materiales (que a veces ni siquiera son propios) a costa de poner en riesgo su vida y la de sus familiares. Defender la vida no es solamente evitar la muerte. Defender la vida también es sentirse parte de algo que nos excede, de una comunidad de sentido y de destino. Es defender derechos, defender libertades, defender proyectos personales y colectivos. Pero no podemos ocupar las calles. Ni hacer grandes asambleas barriales. Tal vez tengamos que adiestrarnos en la construcción de asambleas virtuales (de hecho las hay y en números importantes) y contribuir desde ahí a elaborar la agenda nacional pos-pandemia para actuar en un mundo que ya no será el mismo.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)        



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 27/04/2020 02:50

Argentina. Recogida urgente de firmas: Bienvenidos sean los cooperantes médicos cubanos y de cualquier otra nacionalidad

La cruda realidad de la pandemia Covid 19 nos demanda pensar en términos de unidad y solidaridad entre pueblos y naciones. Nos convoca y obliga a entender la salud como un derecho humano universal y a reforzar la cooperación internacional, aun reconociendo las diferencias políticas que en otros temas pueden separarnos.

Hoy se trata de preservar la vida de millones de personas, sin excepciones, y esto es lo que cobra la mayor importancia.
El virus mata sin respetar fronteras ni ideologías.

En Argentina estamos sobrellevando esta desgracia con acertadas medidas que reducen los riesgos de contagios y muertes. Se están habilitando nuevos centros de salud y preparando cantidad de camas para los momentos más duros que pueden llegar.

Pero necesitaremos más personal médico y de enfermería y para ello no podemos descartar que necesitemos recurrir a la cooperación internacional.

Se ha informado de una posibilidad cierta de que podamos contar con el aporte de 200 profesionales de la salud procedentes de Cuba.

Y ello ha desatado voces que anteponen prejuicios ideológicos y consideraciones absolutamente fuera de lugar, como los intereses comerciales privados, en esta hora de grave emergencia global.

Cuba ha acumulado durante décadas experiencia en el desarrollo de la cooperación internacional en materia de salud, reconocida por las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y muchos gobiernos del mundo.

Cuba es uno de los países que ha demostrado mayor coherencia con el Compromiso de Buenos Aires para la Cooperación Sur-Sur

Son conocidos los resultados de Cuba en el enfrentamiento al ébola en África, el dengue y la ceguera en América Latina y el Caribe, el cólera en Haití y en Desastres y Grandes Epidemias en Pakistán, Indonesia, México, Ecuador, Perú, Chile y Venezuela, entre otros.

En el actual escenario Cuba ha destinado ya más de una veintena de brigadas y más de 2 mil profesionales de la salud para sumarse a los esfuerzos nacionales en más de dos decenas de países, incluidas naciones con condiciones económicas mucho más favorables como Italia, Andorra o Qatar.

También ha colaborado con países de los cinco continentes y salvado millones de vidas aportando los inobjetables desarrollos de su industria médico-farmacéutica y biotecnológica, algo de lo que por fortuna no se han excluido las empresas y laboratorios públicos y privados de la Nación.

Cada país batalla contra la pandemia de la manera que considera más efectiva.

Al igual que cualquier otro país del mundo, el gobierno de Argentina y sus autoridades provinciales o municipales tienen el derecho constitucional y el respaldo legal para solicitar a quien consideren la ayuda que requieran en cualquier momento.

Nosotros como pueblo tenemos el derecho de exigir a las autoridades que acudan a todos los medios posibles, incluida la solidaridad y la cooperación internacional, para la satisfacción de sus derechos básicos, en primer lugar, el derecho a la vida y la salud, tan relevante en las actuales circunstancias.

El rechazo a la sola posibilidad de que vengan médicos cubanos se alinea con la campaña de Estados Unidos contra la colaboración médica cubana en el mundo, que hoy es parte de la agresividad y recrudecimiento del bloqueo contra ese hermano país. Descalificar, mentir y atacar algo que no ha ocurrido, pero que pudiera ocurrir como parte de la estrategia del gobierno nacional, o de los gobiernos provinciales y municipales para enfrentar la pandemia de Covid-19, es, cuando menos, un acto criminal que daña a todas y todos y, de paso, enrarece las relaciones internacionales de nuestro país.

Firmar Solicitud
(Favor incluir nombre, apellido y profesión)
La adhesión puede ser enviada a medicosdecubasi@gmail.com
y por whatsapp al +549116765-9554

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)           



 
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