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General: ADAMAR ADAMAR LEVANTATE DE LA CAMA, ESTAMOS SALVADOS
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 20/08/2020 23:52 |
El título de este Tema está inspirado en
La vacuna cubana entra en fase 2 de pruebas
Cuba se suma con su Soberana 01
El gobierno de Cuba confirmó formalmente el desarrollo de Soberana 01, una vacuna propia contra el Covid-19 que en breve iniciará los ensayos clínicos de Fase II. Según el anuncio, esta etapa de prueba finalizará a principios de 2021, por lo cual la fase siguiente que abre paso a la producción se estima para mediados de ese mismo año.
De esta manera, la isla se suma al concierto de países que desde hace meses iniciaron las investigaciones para la obtención de un método de inmunización que le ponga freno a la pandemia que a diario causa miles en muertes en todo el mundo. Proyectos de ese tipo y con avances firmes ya fueron anunciados por Rusia, Estados Unidos, China, Gran Bretaña y Francia, entre algunos países.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, constató los avances del proyecto y mostró confianza en la respuesta de la ciencia nacional para prevenir el contagio del nuevo coronavirus. También resaltó la importancia de poseer un fármaco propio contra la covid-19 por una cuestión de soberanía, aunque otras naciones tengan el suyo.
Esta es la razón por la cual el nombre de la vacuna cubana será Soberana 01. Se trata de un desarrollo del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), que en las últimas horas aprobó someter a estudios FaseI/II un fármaco profiláctico contra el coronavirus SARS-CoV-2, desarrollado por el Instituto Finlay de Vacunas.
Ese proceso de ensayos sobre voluntarios comenzará el próximo 24 de agosto y terminará el 11 de enero del 2021, y se prevé que los resultados del ensayo estén disponibles el 1 de febrero para ser publicados el día 15 del mismo mes, según indicó el sitio web del Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos.
La información publicada por la agencia Prensa Latina indica que la investigación para desarrollar el medicamento inmunizador abarca a 676 personas de entre 19 y 80 años, y se realizará de forma “aleatorizada, controlada, adaptativa y multicéntrica con el objetivo de evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad del candidato en un esquema de dos dosis”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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Qué les pasa a los dos gusanetes principales ???
No tienen nada para decir sobre la SOBERANA 01 ???
Se quedaron mudos.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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Interioridades de cómo a la vacuna cubana contra la COVID-19 se le llamó Soberana 01
Apareció por vez primera escrito a mano y al final de un papelito con todas las informaciones que requería el ensayo clínico del primer candidato vacunal cubano contra la COVID-19. En esa misma hoja, se escribieron antes otros posibles nombres, asociados al SARS-CoV-2 que da origen a la epidemia y otras variantes; pero ninguna parecía funcionar.
Con tantas tensiones, propias del propósito de alcanzar en pocas semanas la obtención de una vacuna, empeño que habitualmente requiere de años de investigación, y ante la urgencia de parar una pandemia que arranca vidas todos los días en los más variados confines del planeta, el equipo de investigadores del Instituto Finlay de Vacunas, del Centro de Inmunología Molecular (CIM) y de la Universidad de La Habana probablemente no hubiera dedicado un minuto a pensar en el nombre que le pondrían a los candidatos vacunales, era mucho más importante darles vida, que nombrarlos; pero para registrar el ensayo clínico uno de los ítem a llenar era el nombre corto que recibiría el ensayo, no el candidato vacunal, y entonces eso obligaba a pensar.
La Dra. Meiby de la Caridad Rodríguez González, como jefa del ensayo clínico por parte del Instituto Finlay de Vacunas, estaba a cargo de llenar el expediente para su registro y ya no es un secreto el propósito que los animaba de que todo estuviera listo para el 13 de agosto, como regalo a quien inspiró el desarrollo científico de Cuba y especialmente en el sector de la biotecnología. Varias personas trabajaban tarde en la noche en su casa. Después de descartar otras variantes, emergió SOBERANA, como un regalo que los iluminaba a todos.
Dra. Meiby de la Caridad Rodríguez González, como jefa del ensayo clínico por parte del Instituto Finlay de Vacunas. Foto: Naturaleza Secreta
Obviamente, la solicitud del presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, realizada el pasado 19 de mayo, de obtener una vacuna cubana contra la Covid, independientemente de que otros países obtuvieran la suya, porque ello nos daba soberanía, subyacía en la aparición de este nombre. Y la idea era muy clara y convincente, y rápidamente se convirtió en el motor impulsor de un grupo de varias decenas de investigadores que se concentraron en cumplir con este propósito, no sin escollos adicionales, propios de nuestra condición de país bloqueado, pero los supieron vencer.
La Dra. Meibi (a quien pertenecen las fotos que acompañan esta publicación) hizo la propuesta de llamar SOBERANA 01 al primer ensayo clínico del primer candidato vacunal cubano al director general del Instituto Finlay de Vacunas, el Dr. Vicente Verez, al director adjunto de esta institución, el Lic. Yury Valdés Balbín, y a otros compañeros del equipo creador de la vacuna, y todos se miraron y asintieron. SOBERANA se impuso sin discusión, sin dudas. El 01 que la acompaña, señala que es el primer ensayo clínico de ese candidato vacunal.
El resto de la historia es conocida. La noticia de que Cuba tenía su propia vacuna a las puertas de un ensayo clínico rodó de voz en voz, en post compartidos que rápidamente se hacían virales, más que el propio SARS-CoV-2, alegrías que contagiaban más que la Covid y todos se apropiaban de SOBERANA 01 para llamar a la vacuna, cuando en realidad era el nombre del ensayo; pero cómo bien ha afirmado el Dr. Vicente Vérez, el pueblo se apropió de este resultado y nombró a la vacuna soberanamente, y ya ese es su nombre, no solo el del ensayo. Ahora, ni el segundo candidato vacunal, ni su ensayo clínico, se llamarán SOBERANA 02.
Pero volviendo a SOBERANA 01, y como la casa de Meibi fue el primer lugar de este alumbramiento, donde se reúnen habitualmente distintos compañeros del Finlay para prolongar las jornadas laborales, su hija −estudiante de arquitectura, quien ha desempeñado un rol de apoyo tremendo en el funcionamiento de su casa, cuando la madre llega todos los días a altas hora de la noche− jocosamente bautizó a la casa como el Hostal Soberana.
Costó trabajo componer esta historia, pues en el equipo de creadores de la vacuna cubana contra la COVID-19 nadie quiere adjudicarse algo individualmente, y evidentemente esta es una creación colectiva, a partir de un llamamiento presidencial que puso el pie para componer la décima. Y es difícil encontrar una mejor manera de llamar a esta hazaña de la ciencia cubana, bienvenida, entonces, la vacuna y su nombre: SOBERANA 01.
(Tomado de Naturaleza Secreta)
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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papiyo ni borracho me dejo poner esa vacuna ojalá tú lo hagas primero y así salvas al planeta yo no me vacuno estoy a prueba de balas mis antepasados tenían un human genoma superior.
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yo no me vacuno estoy a prueba de balas mis antepasados tenían un human genoma superior. (Adamar)
No seas caquita. Armate de valor y postulate como voluntario para probar la vacuna. Estarás ayudando a los científicos en sus ensayos. Y si hace estragos en tu organismo querrá decir que no sirve y habrás salvado a muchísimas personas.
Todo sea por la Patria, por el mundo y por la Humanidad ! ! ! !
No te comportes como un cagón, che ! ! ! ! !
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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Made in Cuba: la vacuna contra el coronavirus más avanzada de Latinoamérica
Si no fuese por la premisa no escrita del periodismo hegemónico de que todo lo bueno de Cuba no se cuenta, llamaría la atención que la noticia haya pasado prácticamente desapercibida: por estos días, la vacuna “Soberana 01” comenzó los ensayos clínicos en humanos y se convirtió en la primera de América Latina –y de todo el mal llamado “mundo subdesarrollado”- en avanzar a esa segunda fase.
Hasta ahora hay registradas 167 vacunas potenciales contra el Covid-19. La cubana se sumó a otras 29 que la OMS ya aprobó para estudios clínicos, seis de las cuales se encuentran en la fase 3, la de testeo en humanos a gran escala. En Latinoamérica hay otra docena de vacunas autóctonas en desarrollo pero, salvo la cubana, todas en fase preclínica.
El candidato vacunal que produce la isla camina a paso firme. Desde que arrancó los ensayos clínicos el 24 de agosto, “reporta cero evento adverso grave luego de la inyección de los primeros 20 voluntarios”, según tuiteó Dagmar García Rivera, directora de investigaciones del Instituto Finlay, el centro científico estatal cubano que dirige el proyecto. La muestra incluirá a 676 personas de entre 19 y 80 años y se prevé que los resultados estén el 1° de febrero. En caso de final feliz, Cuba tendrá su propia vacuna contra el coronavirus disponible para la población en el primer trimestre del 2021.
Camina a paso firme y acelerado. “Lo que normalmente se hace en años, se ha logrado en poco menos de tres meses -apunta Vicente Vérez Bencomo, director general del Finlay-. En la fase de desarrollo farmacéutico y estudios preclínicos en animales presentó bajos riesgos, pocas incertidumbres y alentadores resultados”. A partir de esos indicadores iniciales, el 28 de julio la vacuna fue probada en tres de sus investigadores, que también presentaron una alta respuesta inmune.
Que Cuba marche, una vez más, a la vanguardia en el campo científico- sanitario es fruto de una larga experiencia acumulada en medicina preventiva, inmunización masiva y el desarrollo de una industria biotecnológica de innegable prestigio internacional. Desde el triunfo de la Revolución en 1959 se impulsó la formación profesional desde las universidades y se creó un Polo Científico con la orientación de combinar investigación con producción.
La elaboración de vacunas es uno de los logros más significativos: Cuba produce ocho de las once vacunas de su programa nacional de inmunización, que tiene una cobertura superior al 98% y, naturalmente, es gratuita y universal. En 1962 se realizó la primera campaña de vacunación con la cual se convirtió en el primer país en erradicar la poliomielitis. Otro de sus hitos fue lograr, en 1990, una vacuna propia contra la Hepatitis-B, consiguiendo prácticamente la desaparición de esa enfermedad. Y un dato destacable: la plataforma de investigación médica cubana, compuesta por 32 empresas estatales con más de 10 mil trabajadoras y trabajadores dedicados a la producción de medicinas y vacunas, está integrada mayoritariamente por mujeres.
Soberanía, la palabra clave
Lograr una vacuna 100% nacional en un país con grandes limitaciones económicas -centralmente por el bloqueo de Estados Unidos- reviste una importancia vital. El presidente Miguel Díaz-Canel remarcó el concepto que nombra y descifra a “Soberana 01”: “El nombre de la vacuna recoge el sentimiento de patriotismo y de compromiso revolucionario y humanista con que se ha trabajado. Hazañas como estas nos reafirman el orgullo de ser cubanos”.
La política de fabricación y aplicación de vacunas es sólo una pata de un sistema sanitario integral ejemplo en el mundo. En 1959 Cuba contaba con apenas 6 mil médicos y hoy tiene más de 100 mil, el número por habitante más alto de América latina y uno de los más altos a nivel global. También es el único país de la región que eliminó la desnutrición infantil severa: ninguno de los 146 millones de niñes bajos de peso que viven hoy en el mundo es cubano.
El énfasis en la medicina preventiva fue clave también para el control del coronavirus. Tras casi seis meses de pandemia, Cuba registra poco más de 4 mil contagios y sólo 95 muertes; uno de los índices de mortalidad más baja del mundo con 8 fallecidos por millón de habitantes (el mayor es Perú con 871).
La formación sanitaria de la isla tiene su baluarte universal en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), donde en 20 años se graduaron 7.248 médicos de 45 países, incluidos unos 200 estadounidenses.
Quizá esa solidaridad internacionalista sea el sello principal del modelo cubano. Las brigadas médicas, que se despliegan desde hace seis décadas por todo el mundo, han puesto el cuerpo en todas las catástrofes naturales y epidemias (desde el terremoto en Chile de 1960 hasta el ébola en África). Previo a la pandemia eran unos 30 mil trabajadores y trabajadoras de la salud prestando servicio en 61 países, a los que se sumaron 46 brigadas que partieron este año para colaborar en la lucha contra el Covid-19. No suena alocada entonces la propuesta que viene tomando fuerza de otorgarle al “ejército de batas blancas” –como le llamó Fidel Castro- el Premio Nobel de la Paz.
* Editor de NODAL. Autor del libro “América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista”. Conduce el programa radial “Al sur del Río Bravo”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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