Hasta ahora la principal linea investigativa se basaba en el testimonio de Martín Lanatta, uno de los partícipes necesarios del crimen, pero tras una ardua investigación periodística, RapiDiario pudo acceder a material exclusivo (nunca antes visto en otros medios) que prueba sin lugar a dudas que Anibal es la Morsa.
Las evidencia es tan contundente que no resiste ningún análisis, y el lector podrá notarlo a simple vista:
Recuerde que todos los viernes podrá encontrar las publicaciones más graciosas en nuestrasección humor, para terminar la semana con una sonrisa.
Cuando apareció en la televisión el asesino Martín Lanatta (el flaco), entrevistado por el periodista mercenario Jorge Lanata (el gordo), el candidato a Gobernador por la provincia de Buenos Aires del FpV se encontró envuelto en una operación muy pesada de Clarín y sus secuaces.
El escándalo se multiplicó por todos los Medios de Desinformación masivos.
Y como siempre hay imbéciles que gustan comprar pescado podrido, tiempo después, la dupla Aníbal Fernández - Martín Sabbatella perdía las Elecciones a manos de una inoperante María Eugenia Vidal, soldadita de Macri.
Y la sorpresa fue para propios y extraños.
Hasta los de CAMBIEMOS quedaron con la boca abierta.
La Operación había dado resultados excelentes.
El Frente para la Victoria había perdido la provincia más importante del país, gobernada justamente y hasta entonces por el actual candidato a la Presidencia : Daniel Scioli.
Como efecto dominó, muchos Municipios cayeron en manos de la Derecha y Mugricio Macri salió favorecido para enfrentar la 2° Vuelta que se haría en noviembre.
Matilda, como buena trotskista y fiel a su objetivo de "ser siempre funcional a la Derecha" echaba más leña al fuego abriendo este Tema.
Era obvio que el criminal Lanatta acusaba a Aníbal Fernandez para obtener algo a cambio. Semejante mentira no podría ser de gratis.
Pero qué beneficio podría obtener un reo condenado a Cadena Perpetua ???
La pregunta me quedó picando en aquel momento... hasta que hoy me desayuné con esta noticia :
Domingo, 27 de diciembre de 2015
Vidal removió a la cúpula del servicio penitenciario bonaerense
Se fugaron los condenados por el triple crimen
Los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci, condenados por el triple crimen de General Rodríguez, se fugaron esta madrugada de la cárcel de General Alvear. Martín Lanatta fue protagonista durante la campaña electoral al denunciar en una entrevista un supuesto vínculo entre el exjefe de Gabinete y excandidato a gobernador Aníbal Fernández con el tráfico de efedrina y con los homicidios de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Los tres hombres fugaron de la Unidad Penal 30 de General Alvear a las 3 de la mañana y habrían utilizado ropas oscuras similares a las del servicio penitenciario, luego de amenazar con un arma de fuego a los guardias. Los prófugos habían sido condenados a prisión perpetua por los asesinatos de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, ocurridos el 13 de agosto de 2008 en General Rodríguez.
Ante esta situación, el gobierno de María Eugenia Vidal dispuso la remoción de las autoridades del SPB al igual que el jefe de la Unidad Penal. En un comunicado anunciaron que "el nuevo jefe del Servicio es Fernando Díaz, subjefe del servicio penitenciario nacional". Además de la remoción de autoridades, el gobierno resolvió que se inicie una investigación interna.
En tanto, personal de Fuerzas Federales, Interpol, la Agencia Federal de Inteligencia y la Policía de la provincia montaron operativos para tratar de dar con los tres fugados.
Durante la pasada campaña electoral el triple crimen de General Rodríguez volvió al centro de la escena cuando uno de los hermanos Lanatta, Martín, vinculó al ex jefe de gabinete Aníbal Fernández con ese caso. El condenado declaró en el programa televisivo de Jorge Lanata que el ex candidato a gobernador bonaerense le pidió que gestionara armas y permisos ante el RENAR (Registro Nacional de Armas) para allegados y dirigentes políticos y gremiales, entre los que nombró a Sebastián Forza, uno de los muertos de General Rodríguez. Hasta entonces, Lanatta había negado durante seis años cualquier vínculo con el jefe de Gabinete de Ministros de Cristina Kirchner.
"Quien dio la orden (de la matanza) es Aníbal Fernández", dijo Lanatta ante las cámaras, y días después ratificó la denuncia ante la Justicia. "Forza (el empresario asesinado) fue un estorbo para el negocio vinculado con el precursor químico" efedrina, completó. Aníbal rechazó las acusaciones y sostuvo que era "cien por ciento mentira". "El objetivo directo es que yo no llegue a la provincia de Buenos Aires", afirmó entonces.
Por sus acciones los conocereis.
Una prueba más que nos gobierna una poderosa Mafia.
Otro sospechoso de oficiar de Agente del Poder Económico (el participante Anti-gusano) quien en los últimos años se dió vuelta como una media, también acercó leña al fuego, montándose sobre la mentira disparada por un asesino condenado a Cadena Perpetua:
Estos mensajes pertenecen a un Tema que inició Rubén, que hablaba de la campaña sucia hecha por un sector de la Iglesia argentina en contra de Aníbal Fernández:
Según un condenado, fue el autor intelectual de la matanza de General Rodríguez
Lunes 03 de agosto de 2015
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A casi siete años de la muerte de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, cuyos cuerpos fueron encontrados en un zanjón en General Rodríguez (hecho conocido como el "Triple crimen"), nuevos testimonios involucraron al jefe de Gabinete y precandidato a gobernador de Buenos Aires, Aníbal Fernández, con la causa que investiga esas muertes por el negocio del tráfico de efedrina.
Según Martín Lanatta, condenado a prisión perpetua como partícipe necesario de las muertes. Aníbal Fernández fue el autor intelectual del triple homicidio. Su testimonio y el de otras personas se conocieron anoche en una investigación del programa Periodismo para todos(PPT), de Jorge Lanata.
"Quien dio la orden [de ejecutar la matanza] es Aníbal Fernández", dijo Lanatta (sin parentesco con el periodista), que se desempeñaba en el Registro Nacional de Armas (Renar). Aníbal Fernández ya había sido acusado por la legisladora porteña Graciela Ocaña, que era ministra de Salud cuando se produjo el triple crimen.
Lanatta habló desde la cárcel con PPT.Foto:Imagen de TV
Lanatta fue entrevistado en la cárcel bonaerense de General Alvear, y anticipó que presentará pruebas en la Justicia. "Forza fue un estorbo para el negocio vinculado con el precursor químico", reveló.
El otro testimonio es el del ex policía José Luis Salerno, dedicado luego a la actividad farmacéutica y ex socio de Ferrón, que también implicó al jefe de Gabinete en el tráfico ilegal de la efedrina. Dijo que el financista Esteban Pérez Corradi, hoy prófugo, le confió que Aníbal Fernández estaba al frente de la banda que conducía las operaciones.
Según los testimonios ofrecidos ayer en PPT, el triple crimen de General Rodríguez respondió a una disputa por el control de ese negocio, que lideraba una banda ligada con agentes policiales y la ex SIDE.
El informe provocó la reacción de Aníbal Fernández, quien aún antes de la emisión del programa radicó una denuncia por extorsión ante la Justicia. Lo hizo luego de mantener durante la jornada un fuerte cruce por las redes sociales con el periodista Nicolás Wiñazki, quien participó de la realización del informe. Publicó, además, una cadena de tuits, en los que descalificó los testimonios y acusó a PPT de querer perjudicarlo.
"Yo no tengo precio, otario, tengo convicciones", escribió, acompañando un tuit con la foto de Jorge Lanata. "Me pregunto nuevamente por qué sale esto al aire hoy, un hecho que tiene 7 años, y a 7 días de las elecciones PASO", se preguntó.
"Uno está detenido con perpetua y otro es un ex comisario de la policía. Los dos tienen vinculación con el tema del triple crimen y acusan a Aníbal Fernández de ser el autor ideológico. Ellos explican por qué y ellos van a dar las pruebas", resumió el periodista Lanata antes de presentar el informe.
El detenido Lanatta relató que conoció a Aníbal Fernández en 1995, cuando comenzó a trabajar informalmente en el Renar, a través de Alejandro Meiszner. Admitió que su función era facilitar trámites a gente que necesitaba acceder al registro de portación de armas y tenía alguna dificultad para hacerlo. Lo hacía desde un bar, a metros de la sede del organismo.
En sus tuits, Aníbal Fernández dijo, en cambio: "Martín Lanatta nunca fue empleado del Renar ni de ninguna dependencia bajo mi órbita funcional. Reitero, no lo conozco".
Sin embargo, el detenido contó que en una ocasión se presentó Forza, a quien él mismo conectó con el funcionario. "Para sentarse a hablar conmigo tiene que poner 250.000 dólares", fue la respuesta que recibió Lanatta cuando le planteó a Fernández la inquietud. Dijo que él mismo recogió el dinero en la casa de Forza y que ambos se lo llevaron al entonces ministro, durante una visita que hizo al Departamento de Policía.
Lanatta indicó que el ministro le dijo a Forza que en adelante tomara contacto con un agente de inteligencia, de nombre Máximo, quien se involucró luego en el negocio de la efedrina.
Afirmó también que la viuda de Forza, Solange Bellone, estaba al tanto de que su marido había hecho un pago por recibir protección. Se mostró, así, el testimonio de Bellone en el juicio, cuando declaró: "A Sebastián lo seguían, no sé si la Policía o quién, pero le pedían información y plata. Él [por Sebastián Forza], me dice que arregló para que no lo molestaran más con alguien que le decían «La Morsa», alguien que tenía bigote. La persona con la que trató para el pago".
En un testimonio posterior, el ex policía Salerno dijo que el financista Pérez Corradi le confió: "«La Morsa» es Aníbal Fernández".
En el informe de PPT también habló Diego Ferrón, hermano de otra de las víctimas del triple crimen. Dijo que las muertes destaparon "otras causas, como la de la efedrina, la cocina de Maschwitz, la mafia de los medicamentos y los aportes a la campaña" presidencial (la de 2007)de Cristina Kirchner. Tanto el hermano de Ferrón como Lanatta señalaron que Forza aportó $ 200.000 a la campaña.
El detenido también reveló en el informe del programa que en dos ocasiones el funcionario recibió dinero del narcotráfico, por US$ 2 millones y US$ 3,2 millones, respectivamente. "En la primera gestión, me dio a mí 20.000 dólares", señaló.
Al mostrarse dispuesto a llevar la denuncia a la Justicia, Lanatta dijo que no habló antes por la magnitud del caso y "por la persona que está enfrente [por Aníbal Fernández]".
Salerno, en tanto, fue presentado como socio y amigo de Ferrón "desde los 15 años". Heredó de su padre el negocio farmacéutico, al que se dedicó tras dejar la policía "porque era más rentable". Conoció, así, a Pérez Corradi, quien en un momento le comentó que su socio Ferrón lo estaba traicionando.
El ex uniformado sostuvo que la mano de obra en el triple crimen fue "la que hoy está detenida" y que el autor intelectual "es la competencia que está más arriba de Pérez Corradi".
De existir pruebas serias y merecedoras de credibilidad,ya la justicia , claramente prevaricadora en varios casos contra todo lo que atañe a Cristina , tuviera a Aníbal F. entre rejas hace mucho tiempo .-
Pero como cualquier ciudadano puede y tiene la obligación de denunciar a un delincuente si tiene pruebas contra él ...el curita pepe ..o cualquier periodista lacayo de clarín o cualquier facho enemigo de los K debe ir de inmediato ante el juez competente y denunciar ....
Si alguien es indagatoriado en un caso de homicidio se le puede decir que es sindicado , o imputado o presunto homicida ...pero no homicida o asesino ... sin existir contra él una sentencia condenatoria ejecutoriada ...por aquello de la presunción de inocencia mientras el Estado no demuestre en un fallo judicial que es culpable .-
Los responsables del crimen de General Rodríguez se escaparon de un penal de máxima seguridad
Triple fuga de la cárcel con un arma de juguete
Los prófugos son Víctor Schillaci y los hermanos Cristian y Martín Lanatta, quien en plena campaña electoral había vinculado a Aníbal Fernández con el crimen. La gobernación bonaerense removió a la cúpula penitenciaria y ofreció una recompensa.
La Unidad 30 está ubicada en General Alvear y cuenta con múltiples instancias de seguridad y vigilancia.
María Eugenia Vidal experimentó ayer su primer tembladeral como gobernadora bonaerense. Tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez se fugaron de la cárcel de máxima seguridad de General Alvear. Se trata de Víctor Schillaci, Cristian y Martín Lanatta. Este último fue quien acusó, pocos días antes de las elecciones primarias del 9 de agosto, al ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández de ser el autor intelectual del asesinato. En ese entonces, Fernández era candidato a gobernador y competía con Vidal, quien centró buena parte de su campaña en aquella denuncia. Tras la fuga, la gobernadora bonaerense evitó responder a las insinuaciones del kirchnerismo de que hubo una evidente conexión entre la denuncia de campaña y el escape de los presos. Reaccionó con la remoción de la cúpula del Servicio Penitenciario bonaerense, inició una investigación interna y ofreció una recompensa de dos millones de pesos por información sobre los prófugos. “Que salgan como panchos por su casa de la cárcel es bastante extraño”, opinó la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich.
Los Lanatta y Schillaci se fugaron cerca de las 2.30 del domingo, del sector de sanidad de la cárcel de General Alvear. Los tres prófugos estaban cumpliendo su condena a prisión perpetua por el asesinato en 2008 en General Rodríguez de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, vinculado al tráfico de efedrina.
Según la versión oficial, los presos redujeron y maniataron a dos guardias y los ocultaron en uno de los baños. Luego transitaron los pasillos vestidos con ropa oscura –similar al uniforme de los penitenciarios– hasta que llegaron al exterior. Es decir que, literalmente, salieron caminando de la cárcel. Tanto el abogado de los prófugos como los de las víctimas hablaron de connivencia de las autoridades. Allí se subieron a un Fiat Uno de uno de los penitenciarios y avanzaron unos 200 metros hasta el puesto de guardia 1. En ese lugar, redujeron al custodio y lo amordazaron. Se lo llevaron en el auto hasta Villa Belgrano, un barrio que está a algunas cuadras del penal. Lo dejaron atado en el auto. Poco después consiguió pedirles ayuda a los vecinos.
Una cámara de seguridad captó su paso a las 2.45 por Belgrano y 9 de Julio. En esa imagen se observa una camioneta negra que dobla a gran velocidad hacia la Ruta 205. Los investigadores asumen que es el vehículo en el que continuaron la fuga.
En el auto que usaron para salir de la cárcel, la policía encontró una réplica de un arma de fuego (un arma de juguete realista), con la que los presos habrían amenazado a los guardias. La causa judicial que se abrió quedó en manos del fiscal Cristian Citterio, con intervención del juez de garantías de Azul, Federico Barberena.
Fuentes judiciales advirtieron sobre lo inverosímil de la información oficial respecto de la fuga. La Unidad 30, explicaron, posee tres sectores con nueve módulos, y en cada uno de ellos se dispone un “imaginaria de módulo” más otro en cada “pasillo de conexión”; además, todos esos “pasillos de conexión” conducen a un sector común asegurado por cuatro rejas custodiadas por más guardias. Así, quien intente fugarse debe reducir al guardia de su módulo y al del pasillo, atravesar esa fortaleza enrejada y neutralizar a los penitenciarios que la custodian. Finalmente, al salir se encontraría con una garita externa de control. La misma fuente precisó que, desde las 20, los presos están encerrados en sus celdas. Y concluyó: “Es imposible que tres tipos se escapen por el frente a las 2 de la mañana”.
Cúpula removida
En respuesta a la fuga, Vidal desplazó del cargo a la jefa del Servicio Penitenciario Bonaerense, Florencia Piermarini –quien había presentado su renuncia el miércoles 23 de diciembre, pero no se la aceptaron– y a la plana mayor, compuesta por el director general de Coordinación, inspector general Claudio Cardo; director general de Asistencia y Tratamiento, Carlos Russo; al director general de Seguridad, inspector general Marcelo Rotger; el director general de Instituto, inspector general Gabriel de Murtas, y al subdirector general de Recursos Humanos, Alberto Paez. También removió a los responsables de la Unidad 30 de General Alvear: el director, prefecto mayor Manuel Guevara, y al subdirector, prefecto Ariel Elichelibeti.
Según fuentes cercanas a la ex directora del SPB, ella había intentado renunciar apenas asumió Vidal, pero le pidieron unos días. Lo volvió a intentar el miércoles 23. Desde el gobierno bonaerense confirmaron que recibieron ese pedido, pero indicaron que no se le aceptó la renuncia y que le informaron que el SPB no podía quedar acéfalo. Conocida la fuga, Vidal resolvió cesantear a Piermarini. “Estaban a cargo los del gobierno anterior y estábamos en proceso de transición”, se desligó el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.
Vidal también inició una investigación interna. Como nuevo titular del SPB designó a Fernando Díaz, que era subjefe del Servicio Penitenciario Federal. Además, la gobernadora nombrará como nuevo subsecretario de Política Penitenciaria a Juan Baric, que reemplazará a César Albarracín. Según señalaron en un comunicado, ese funcionario sciolista “cesó en el cargo el 10 de diciembre pasado”.
Ritondo estuvo reunido ayer en Puente 12, en La Matanza, con la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich. Ambos evaluaron las alternativas de la búsqueda que llevan adelante diversas fuerzas federales, la AFI e Interpol. “No vamos a descansar hasta que regresen a donde la Justicia dictaminó que deben estar”, indicó Ritondo, quien firmó un decreto por el que ofreció el máximo dinero posible de recompensa por datos sobre el paradero de los prófugos: dos millones de pesos. También dispuso que los familiares de las víctimas de los condenados tengan custodia, al igual que uno de los abogados.
En el gobierno bonaerense se ocuparon de remarcar que la semana pasada enviaron al Congreso provincial un proyecto de ley que declara la emergencia penitenciaria por un año, lo que habilitaría al Ministerio de Seguridad a hacer compras y contrataciones con menores controles y convocar a personal de entre los retirados de la Policía bonaerense y entre los penitenciarios pasados a retiro.
Réplicas
Si ya de por sí la fuga de tres condenados de una cárcel de máxima seguridad garantizaba el escándalo, a eso se sumó que uno de ellos fue el protagonista de una de las denuncias más resonantes de la campaña para gobernador bonaerense. “El que dio la orden fue Aníbal Fernández”, sostuvo Martín Lanatta en un programa de televisión, cuando se refirió al asesinato por el que está condenado. Durante los seis años previos, el ahora prófugo había negado cualquier vinculación de Fernández con el caso. Tampoco aparecieron entrecruzamientos telefónicos ni otros elementos que le dieran, hasta ahora, solidez a esa denuncia.
Aníbal Fernández salió a hablar ayer: “Cuando pasó esto, lo poco que le pude contar a la sociedad argentina es que yo no sé quiénes son estas personas, que no tenía nada ver con ellos. Que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo no voy a cambiar mi manera de vivir porque se hayan fugado estos personajes. No tengo nada que ver con eso”, indicó el ex jefe de Gabinete.
“Otra barbaridad más de Aníbal Fernández –reaccionó Ritondo ante una pregunta que le hicieron–. La causa de la efedrina no se la inventó nadie. Tiene que dar respuestas al juez”. “Hay ganas de ensuciar la cancha. Habría que ver qué declararon esas personas para ver a quiénes les convenía que no siguieran declarando”, insinuó el ministro de Seguridad bonaerense. “El narcotráfico manda mensajes todo el tiempo, pero a nosotros no nos van a amedrentar. Vamos a llegar hasta donde haya que llegar”, prometió la ministra de Seguridad nacional.
Desde el kirchnerismo, diferentes voces señalaron que, detrás de la increíble fuga de los detenidos, habría una “devolución de favores” del macrismo por la oportuna denuncia de campaña.
La fuga de Martín Lanatta, Víctor Schillaci y Cristian Lanatta de una cárcel denominada de alta seguridad, en la que se había informado que tenían custodia permanente y eran monitoreados sin interrupciones desde un circuito cerrado de televisión es una de las noticias más inverosímiles aún en un país habituado a los actos de brujería. Los tres fueron condenados en 2012 por el asesinato cometido en 2008 contra los empresarios farmacéuticos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron hallados en General Rodríguez. Según el fallo judicial que los condenó a prisión perpetua, los sicarios los mataron para eliminarlos como competencia en el mercado mexicano ilegal de la efedrina.
Este año, durante la campaña electoral, Martín Lanatta dijo en el canal de televisión del Grupo Clarín que quien les dio la orden de ejecutarlos fue el ministro Aníbal Domingo Fernández. Luego el mismo Lanatta grabó un video con cámara oculta en el que se escenifica el ofrecimiento de una suma de dinero para que se retracte de aquella declaración. Hasta su abogado defensor, Roberto Casorla Valet, lo refutó. “Miente. Supongo que lo hace porque le habrán ofrecido algún beneficio. Martín Lanatta, según lo que dijo en el juicio y lo que siempre me contó a mí, no conoce a Aníbal Fernández. Buscó llegar a él, e incluso le mandó un mail, pero no lo consiguió, no lo vio jamás de acuerdo con lo que me contó”, le dijo a este diario.
Hasta hoy es incierto quien y con qué propósito autorizó el ingreso de las cámaras visibles e invisibles a la unidad penitenciaria, pero está fuera de discusión el efecto electoral de esa denuncia estridente y sin ninguna prueba que la sustentara. El eje de la campaña de Cambiemos fue la vinculación del candidato del FpV a la gobernación bonaerense con el comercio de drogas ilícitas. En forma insidiosa se preguntaba con quién dejaría los chicos si tuviera que salir, con Aníbal o María Eugenia. Este efecto fue potenciado por las exhortaciones en las iglesias de la provincia a no votar por el candidato oficialista. En las elecciones de octubre se produjo el corte de boleta más grande de la historia provincial, que llevó a la gobernación a Vidal. Esto, a su vez, provocó un deslizamiento de voluntades para la segunda vuelta de la elección presidencial y permitió el acceso a la presidencia por un exiguo margen de votos del candidato derrotado en la primera vuelta, el actual presidente Maurizio Macrì.
¿Cuál era el beneficio que según su abogado defensor le ofrecieron por ese servicio que resultó tan decisivo? La sospecha es inevitable una vez producida la fuga increíble. Lo sepan o no los prófugos, ahora su vida corre peligro. Su muerte, ya sea en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que fueron lanzadas a perseguirlos o por cualquier otro medio que la imaginación aborigen pueda concebir, cerraría un círculo siniestro. Se sabe que los muertos no hablan. En su aparición con vida se juega la credibilidad de que puedan gozar los gobiernos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires.
El día que aparecieron estos afiches pegados por todas partes, me causó mucha gracia porque Vidal parecía Caperucita y el pobre Aníbal el lobo feroz.
Pero después comprendí, tras la derrota del FpV en la provincia de Buenos Aires, que habían resultado muy efectivos. Y me dí cuenta que existían muchos imbéciles en la Argentina dispuestos a comprar pescado podrido.
El ex jefe de Gabinete se refirió a los condenados por el triple crimen de General Rodríguez, que habían participado de una operación de Clarín y Cambiemos en su contra, durante la campaña electoral por la provincia de Buenos Aires.
El domingo a la madrugada se conoció la noticia sobre la fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta, ambos condenados por el triple crimen de General Rodríguez; y de Víctor Schillaci Bonini, imputado por tráfico de efedrina.
Al respecto, el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no descartó que esta fuga pueda tratarse de una “recompensa” por haber participado de una operación en su contra durante la campaña electoral, donde era candidato a gobernador bonaerense.
“Cuando pasó esto, lo poco que le pude contar a la sociedad argentina es que yo no sé quiénes son estas personas, que no tenía nada ver con ellos”, explicó el ex funcionario nacional en referencia a Schillaci y los Lanatta.
A 7 días de las elecciones PASO, el Grupo Clarín, a través del programa de Jorge Lanata y con complicidad de la por entonces precandidata a presidenta por Cambiemos, Elisa Carrió; emprendió una vergonzosa operación contra el entonces jefe de Gabinete, que contó con una entrevista a Martín Lanatta, preso por homicidio y por sus vínculos con una banda que traficaba efedrina, quien intentó vincular a Aníbal con dichos crimines.
Consultado por Infobae, Fernández se refirió al eventual vínculo entre la fuga y la denuncia, y señaló: “Que cada uno saque sus propias conclusiones; yo no voy a cambiar mi manera de vivir porque se hayan fugado estos personajes; yo ando solo”.
“En general, lo primero que se hace cuando ocurren situaciones de estas características es preocuparse y andar con una custodia”, insistió Aníbal, aunque aclaró: “Yo no lo voy a hacer porque no tengo nada que ver con eso”.
El ex jefe de Gabinete había sido acusado, a partir del informe del programa Periodismo Para Todos, de ser el “autor intelectual” de los asesinatos de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, algo que, según el propio Fernández, favoreció su derrota frente a la actual gobernadora, María Eugenia Vidal.
“Estos tipos no tienen nada que perder porque su condena tiene características de cosa juzgada”, había advertido el ex funcionario durante la campaña, y concluyó: “Seguramente les han prometido dinero; alguien que está con condena a prisión perpetua no tiene nada que perder, sus dichos son mendaces del primer momento hasta el último”.