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General: Johnson, Bolsonaro y Trump : LOS NEGACIONISTAS
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 03/10/2020 02:30
Estos Tres Chiflados, desde el primer momento, negaron el peligro que implica el virus y lo ningunearon.
 

Por culpa de ellos murió muchísima más gente de la que podría haber muerto si ellos hubieran tomado las medidas aconsejadas por el mundo científico.

Primero se infectó el "pirata" Boris Johnson.
Después se contagió el "mesías" Jair Bolsonaro.
Y ahora enfermó el "emperador" Donald Trump.

Boris pasó un buen susto.
Jair comprobó que no era una gripezinha.
Donald la tiene complicada, por su edad y por su exceso de grasa.
 
La Derecha es una ideología repugnante y causa mucho daño, a extraños y a propios. Inclusive a sus hijos predilectos.
 
De estos tres impresentables que hicieron todo mal, no se podía esperar otro desenlace.
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe.
De manual.
 
SALUDOS REVOLUCIONARIOS 
(Gran Papiyo)         


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 03/10/2020 03:05

También están más preocupadas por el cambio climático

Las personas de izquierda confían más en la ciencia que las de derecha

Las diferencias quedaron expuestas en la última encuesta del Centro de Investigación Pew. La brecha es notable en Estados Unidos, donde llega a 42 puntos.

 

 
Las personas de izquierda confían en la más ciencia que las de derecha. En algunos países como Estados Unidos, la diferencia es muy notable y llega a 42 puntos, mientras que en otros, como España, la diferencia es tan solo de 10 puntos. Los datos surgen de la última encuesta del Centro de Investigación Pew.

En Estados Unidos donde el 62% de los votantes de izquierda muestran mucha confianza en los científicos frente al 20% de los de derecha. En Canadá el 74% de quienes votaron opciones de izquierda confían en la ciencia contra el 35% que aquellos que eligieron a la derecha, y en Reino Unido la diferencia es de 27 puntos entre los de izquierda y los de derecha.

En Alemania, la brecha baja a 17 puntos, a 15 en Suecia y a 10 en España, donde la confianza en la ciencia está más equilibrada (54% los de izquierda y 44% los de derecha).

La encuesta, realizada a 35.000 personas de Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón, Malasia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rusia, Singapur, Suecia y Taiwan, analiza la actitud de las personas con la ciencia y los investigadores.

Las entrevistas se realizaron entre finales de 2019 y principios de 2020, antes de que el brote de covid-19 se convirtiera en una pandemia mundial.

La encuesta revela que salvo en dos campos científicos concretos (la inteligencia artificial y los alimentos genéticamente modificados), la confianza en la ciencia es general.

Los científicos están muy bien considerados y el 36% de los consultados tiene "mucha" confianza en ellos. Se trata de un apoyo mucho más alto que el de los líderes empresariales, funcionarios gubernamentales y medios de comunicación.

La posición frente a las vacunas

Por ámbitos científicos, el respaldo del público a las vacunas es mayoritario, especialmente en las infantiles como la del sarampión, las paperas y la rubeola, que se consideran "relativamente seguras y eficaces". La encuesta advierte que "minorías considerables de todo el público mundial tienen dudas sobre esta herramienta clave de la medicina moderna".

Los más convencidos de la seguridad las vacunas son los ciudadanos de Suecia, España y Australia, donde ocho de cada diez ciudadanos respaldan sus beneficios. En Japón, Malasia, Rusia, Corea del Sur, Francia y Singapur consideran que el riesgo de las vacunas como medio de prevención de enfermedades es "medio o alto".

El sondeo señala que los votantes de derecha en Europa son los que ven menos beneficios y más riesgos en las vacunas, especialmente en Países Bajos, Reino Unido y Francia.

Preocupaciones disímiles frente al cambio climático

Las preocupaciones del público en torno a la crisis climática y la degradación del medioambiente siguen estando muy extendidas, según la encuesta. La mayoría considera que la emergencia climática es un problema muy grave y que su gobierno no está haciendo lo suficiente para frenarlo. Los encuestados citan preocupaciones ambientales de sus países, como la contaminación del aire y del agua, los vertederos sobrecargados, la deforestación y la pérdida de especies vegetales y animales.

Siete de cada diez personas advierten que el cambio climático está teniendo efectos en su comunidad local. Y, en algunos lugares como Italia, España y Brasil, el 58% de los encuestados están alarmados por el impacto de la crisis climática en su comunidad.

La demanda ambiental más citada es el aumento de las energías renovables -como la eólica y la solar- en detrimento de los combustibles fósiles (el 86% frente al 10% que opina lo contrario).

La encuesta advierte también de que las opiniones sobre el cambio climático están "fuertemente vinculadas a la ideología política", especialmente en Estados Unidos, donde las divisiones ideológicas son mayores que en cualquier otro país.

Según Pew, los australianos de izquierda tienen más del doble de probabilidades que los australianos de derecha de decir que el cambio climático es un problema muy grave (79% frente a 36%), igual que los canadienses de izquierda, que son 38 puntos más propensos que los de derecha a decir que el cambio climático es un problema muy grave (82% frente a 44%).

 Y en cinco países europeos (Suecia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Polonia), los de izquierda son 20 o más puntos más propensos que los de derecha a decir que el cambio climático es un problema muy grave. 

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)        


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 04/10/2020 00:10

Donald Trump y Jair Bolsonaro: el ídolo copió al discípulo

Desde Río de Janeiro.Jair Bolsonaro jamás ocultó su fascinación por Donald Trump, y trata de imitarlo sin ningún límite. A ejemplo de su mentor, ignoró la pandemia, llamó a la covid-19 de "gripecita", instó a todos que mantuviesen una "vida normal", combatió y combate ferozmente las medidas de aislamiento social.
 
 
 
 
 
 
Sigue defendiendo enérgicamente el uso de cloroquina como medida eficaz de control del coronavirus (el pasado jueves llegó al colmo de decir que se trata de "un regalo de Dios"), pese a que Trump ya había dado vuelta atrás y abandonado su defensa.

Tal como Trump, su imitador persiste en negar lo que dice la ciencia y desprecia frontalmente a los supuestos débiles que usan mascarilla. Los dos presiden los países con mayor número de víctimas fatales de la pandemia: más de 200 mil en Estados Unidos, más de 145 mil en Brasil. Son ejemplos redondos de conducción criminal frente a una enfermedad devastadora.

La vida, en todo caso, tiene sus ironías: ahora, le tocó a Trump seguir a su más dedicado imitador. Tanto él como su mujer, Melania, fueron alcanzados por el covid-19, como había ocurrido con Bolsonaro y Michelle.

Hay, sin embargo, diferencias profundas entre ídolo y discípulo, a empezar por la edad: Trump tiene 74 años, su reflejo tropical 65. Además, es obeso, y por eso más susceptible a que la enfermedad se agrave. Ah, sí: no usó cloroquina.

Trump ocupa la presidencia de la nación más rica y poderosa del planeta. Su imitador barato preside un país cada vez más paria en el mundo. Trump es peligrosísimo para el mundo. Bolsonaro también es peligrosísimo, pero solo para Brasil: más allá de las fronteras, es una figura patética.

Trump es candidato a la reelección, y es imposible saber qué consecuencias sufrirá junto al electorado a partir de la noticia de que él, que jamás adoptó alguna medida preventiva, está infectado por la “gripecita”.

Y ese punto es vital para el aprendiz de genocida brasileño: una victoria del demócrata Joe Binden llevaría a un vuelco drástico en las relaciones bilaterales.

De la vejaminosa sumisión frente a Whashington se pasaría a una nueva etapa, de claro alejamiento o quizá antagonismo.

En el tumultuado debate de la noche del pasado martes Binden externó duras críticas a la cuestión ambiental en Brasil. Llegó a aventar la posibilidad de sanciones económicas.

Bolsonaro le contestó al día siguiente, negando una vez más lo que es palpable y visible: dijo que no ocurre lo que está ocurriendo.

Luego sustentó la necesidad de preparar las Fuerzas Armadas frente a eventuales amenazas “de alguna potencia extranjera que pretenda hacer tonterías por aquí”.

En sus más desvariados delirios de imaginación, Bolsonaro siempre hizo alarde de una fuerte amistad con su ídolo. Nunca obtuvo siquiera vestigios de ventaja en la relación bilateral – todo el revés – por la sencilla razón de que tal amistad nunca existió.

La eventual victoria de Binden tendrá consecuencias duras e inmediatas en las relaciones con Brasil. La manera vejaminosa con que Bolsonaro miente con relación a lo que ocurre en la Amazonia y en la vasta área del Pantanal mientras su gobierno avanza en la anulación de una serie de medidas de protección que se refieren al medioambiente no será ignorada.

Solamente en septiembre hubo un aumento de 180% en focos de quemadas en el Pantanal, la mayor región inundada del mundo y que abriga una flora y una fauna riquísimas, que están siendo diezmadas. Fueron 8.106 focos, marca histórica.

Lo peor es que existe un decreto firmado por el gobierno hace dos meses, prohibiendo rigurosamente incendios en la región. Una vez más, queda claro que la hipocresía es parte de los hábitos cotidianos del ultraderechista que preside este pobre país.

La acción cada vez más descontrolada y predatoria de madereros y mineros en reservas indígenas y áreas de protección ambiental en medio a la pandemia trágica provocará reacciones duras de Washington, en caso de victoria del demócrata, tal y como el mismo Binden dejó más que claro en una serie de duros pronunciamientos sobre el tema.

Las mentiras delirantes de Bolsonaro ya no pasarán en blanco como ocurre con Trump.

Al discípulo tropical le queda una esperanza: que su ídolo se recupere. Y que, tal como ocurrió con el británico Boris Johnson, quien también hizo poco del covid-19 hasta parar en una unidad de terapia intensiva, recupere popularidad.

No deja de ser una esperanza para el aprendiz de genocida, quizá la única. Pero mejor que nada.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)          



 
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