En la isla caribeña están en Fase II de investigación la Soberana 1 y 2 y en breve inician otras dos, Abdala y Mambisa, esta última para aplicarse por vía nasal. En el país persa comenzaron la aplicación de prueba con la COV Irán Barkat. Las dificultades para poder pagar por vacunas en el mercado internacional cuando los bancos involucrados pueden ser sancionados por organismos de EEUU.
Por Alberto López Girondo para Tiempo Argentino
Los comunicados militares acostumbran aludir a los efectos producidos con alguna operación como un suceso inesperado y poco feliz, un daño colateral. Quizás también deban computar entre esos resultados no previstos de los bloqueos contra naciones puestas en la lista negra por Estados Unidos al desarrollo de las vacunas contra el coronavirus de científicos cubanos e iraníes.
En la isla caribeña, atacada ferozmente por el gobierno de Donald Trump desde que hace cuatro años llegó a la Casa Blanca, el Instituto Finlay de Vacunas informó que tiene no uno, sino dos desarrollos que pronto ingresarán en la Fase 3 de pruebas y podrían comenzar a aplicarse en la población. La llamada Soberana 1 ya superó el primer paso de las pruebas y la Soberana 2 esta un escalón más arriba, con lo que las autoridades esperan que en el primer semestre del 2021 puedan ser utilizadas para inmunizar a la población cubana.
La Soberana 2 se aplicó en un centenar de voluntarios en esta etapa de la investigación, y cuando se ingrese en la Fase 3 se hará sobre unas 150.000 personas. Se trata de una vacuna innovadora, según explicó al diario cubano Granma, Vicente Vérez Bencomo, el director del Instituto, ya que se combinan el antígeno del virus y el toxoide tetánico. Fue registrada por la OMS en noviembre pasado.
En Cuba tambièn se están desarrollando otros dos modelos de vacunas contra el Covid-19, en este caso a cargo de expertos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB): Abdala y Mambisa. La primera puede aplicarse por via intramuscular, la otra por vía nasal.
Cuando se presentó pa primera de las vacunas en estudio, allá por agosto, el presidente Miguel Díaz-Canel dio cuenta de la estrategia detrás del protecto ante un grupo de científicos. "Aunque existan vacunas de otros países, nosotros necesitamos la nuestra para tener soberanía", les dijo.
Si se tiene en cuenta las dificultades crónicas que atraviesa Cuba desde que en 1961 se instauró el bloqueo económicio -y sobre todo el modo en que se fue profundizando durante estos cuatro años- se entiende no solo el desafío sino la necesidad de poder contar con una vacuna propia y evitar de ese modo recurrir a mercados paralelos o triangulaciones altamente onerosas para proveerse de medicamentos, como en la práctica sucede con cualquiuer transacción comercial con el resto del mundo.
Lo mismo sucede en Iran, que también padece las consecuencias de las sanciones comerciales que impiden incluso la llegada de insumos esenciales, ya que no es fácil poder pagar por ellos, habida cuenta de que los bancos internacionales no quieren recibir penalidades por tener tratos con el gobierno de la República Islámica.