A veces, un sueño se siente muy lejano, un obstáculo muy grande o una meta imposible de alcanzar. Creer más en los problemas que en las posibilidades me desanima. En esos momentos cuando necesito tener confianza en mí y en el poder de mis sueños, me apoyo en la facultad de mi fe. La fe está en mi poder para creer, lo que me lleva a lograr todo lo que me propongo.
Creer en posibilidades no visibles, abre mi camino hacia el bien. La fe me asegura que hay una solución para cada problema y un remedio para cada dolor. La fe me mantiene optimista de que las cosas buenas que hay en mi vida pueden ser aún mejores y que mi fe en mí mismo me puede llevar lejos.