El sobrino del ex secretario, conocido como Freddie, fue un activo militante de la campaña de Donald Trump en 2016, tras lo cual resultó recompensado con un puesto en el Departamento de Estado. Era funcionario de la cartera diplomática cuando, el 6 de enero pasado, las cámaras lo captaron como parte de la turba que ingresó a la fuerza en el Congreso de los Estados Unidos mientras se certificaba la victoria electoral de Joe Biden. En base a las filmaciones, el FBI dio a conocer su rostro y pidió datos para su identificación. Klein quedó a disposición de la fuerza policial en Virginia hace dos semanas.
Un trumpista tras las rejas
El pariente de uno de los hombres fuertes del bloque civil durante la dictadura afronta cargos por haber irrumpido en el Capitolio y amenazado a un policía con un arma. Según la Fiscalía, Freddie Klein "se involucró física y verbalmente con los oficiales que estaban en la línea". De acuerdo a los videos, atacó a un oficial y le quitó su escudo antidisturbios, para luego forzar una puerta y permitir el ingreso de más insurrectos."¡Necesitamos gente nueva, necesitamos gente nueva!", se escuchaba gritar a Klein, ataviado con una gorra roja con la sigla MAGA (“Make America Great Again”), mientras forcejeaba con los policías.
Klein, de 42 años, reside en Annandale, Virginia. Sirvió en los Marines y estuvo en Irak. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad George Mason en Fairfax. Colaboró en varias campañas republicanas, como la de John McCain, el derrotado por Barack Obama en 2008 y fue delegado en la convención del Partido Republicano de Virginia. Una vez que llegó al Departamento de Estado, trabajó en la Oficina de Asuntos Brasileños y del Cono Sur y más tarde fue asistente especial en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental. La Argentina, el país de su familia, está dentro de esa área.
Su arresto fue significativo porque él fue la primera persona con un cargo en la administración Trump en ir a la cárcel por su rol en los hechos del 6 de enero. El viernes 5 de marzo compareció ante una jueza que fijó audiencia para el martes siguiente. Klein dijo lo siguiente ante la corte: "Me pregunto si hay un lugar en el que pueda permanecer detenido donde no tenga cucarachas arrastrándose sobre mí mientras trato de dormir. Realmente no he dormido mucho, señoría. Sería bueno si entre ahora y el martes pudiera dormir en un lugar donde no haya cucarachas por todas partes”. Su preocupación por las buenas condiciones de detención no se condecirían con las opiniones respecto del régimen al que sirvió su tío. Finalmente, se le negó la libertad bajo fianza. "Había enemigos en el corazón de la democracia estadounidense, y una persona que hizo un juramento cambió de bando", dijo la magistrada Zia Faruqui al procesarlo y remarcar que Klein violó la Constitución que juró defender.
De posiciones extremas
VICE News recogió testimonios del paso de Klein por el Departamento de Estado. “Tenía sentimientos cálidos sobre la junta argentina. Su padre es argentino y expresó cierta frustración por cómo la historia recuerda esa brutal dictadura”, aseguró un ex funcionario que había escuchado a Klein elogiar a la Junta. De hecho, el medio norteamericano consultó a Robert Cox, el editor del Buenos Aires Herald que debió exiliarse en 1979 por las amenazas ante la labor que el diario anglófono hacía en defensa de los derechos humanos. Cox alegó haber tratado a Guillermo Walter Klein y a su hermano Federico, padre de Freddie, que nació en los Estados Unidos en 1978, y dijo que no estaba "nada sorprendido” por su participación en los hechos del 6 de enero, dados los antecedentes familiares. “Existe la creencia de que si se puede usar la fuerza militar, hay que hacerlo. Eso lo creen en su familia”, apuntó.
De acuerdo a los testimonios que VICE News recogió de sus ex compañeros, Klein destacó por su falta de formación y la incapacidad para realizar las tareas asignadas. A lo que se sumaba que “estaba muy paranoico” y que “le preocupaba que hubiera una purga de lo que él llamaba 'los verdaderos leales a Trump'”. Así las cosas, terminó en un área más burocrática, referida a la aplicación de la Ley de Libertad de Información, adonde iban a parar los funcionarios de menos luces.
Acorde a sus simpatías pro-Trump, Freddie Klein manifestó en su trabajo opiniones abiertamente conservadoras respecto de temas como la inmigración y el aborto, pero sus ex compañeros recuerdan un tema en el que se expresaba con particular entusiasmo: la dictadura argentina. Uno de ellos señaló que en una ocasión dijo que “el recuento de cadáveres forma parte de la lucha legítima contra la guerrilla”. Según este funcionario, “sus puntos de vista expresaban mucha simpatía hacia un régimen notorio por sus abusos de derechos humanos y que había llegado al poder por un golpe de Estado”.
Otro antiguo compañero recordó que Klein se lamentaba porque “ahora todo se ha ido cuesta abajo” en la Argentina. "Cuando vi la noticia de que estaba involucrado en los hechos del 6 de enero, no me sorprendió en absoluto", añadió.
VICE consultó a Cecilia Klein, la madre de Freddie. La cuñada de la mano derecha de Martínez de Hoz afirmó que nunca escuchó a su hijo expresarse en favor de la dictadura y que había que tomar en cuenta la manera en que se expresó. “Lo que probablemente les estaba explicando a sus amigos en la oficina del Cono Sur era que el contexto resultaba propicio para la toma del poder. Yo no creo que fuera una gran idea. Pero deberían investigar un poco lo que estaba pasando antes de que llegara el gobierno de Videla”. A su declaración, VICE le agregó la palabra “militar”, entre paréntesis, después de “gobierno”.
Una familia conservadora
Guillermo Walter Klein se llama igual que su padre, abuelo a su vez de Freddie. El patriarca fue asesor gubernamental en la Década Infame y luego funcionario del FMI. Klein Jr. y su hermano Federico Germán se formaron en universidades norteamericanas. Federico Germán Klein se radicó en Washington en 1968, una década antes del nacimiento de Freddie, cuando se incorporó al Banco Interamericano de Desarrollo. Falleció en 2018.
Robert Cox apuntó que los Klein eran muy conservadores. “Quiero ayudar, quiero poder retribuir a mi país”, afirma que le expresó Guillermo Walter Klein cuando regresó de Harvard. “Entró en varios gobiernos. Desafortunadamente, todos eran gobiernos militares. Dijo que era necesario, que pensaba que si podían hacer que la economía argentina funcionara, entonces podrían preocuparse por los problemas de derechos humanos”, contó. Klein sinceró que las reformas económicas eran "incompatibles con cualquier sistema democrático y solo se podían aplicar si estaban respaldadas por un gobierno de facto".
Su cuñada Cecilia lo define como un tecnócrata ajeno al terrorismo de Estado. “Él era economista, y yo estaba allí cuando él era economista para ese gobierno, y puedo asegurarles absolutamente que no se involucró en la desaparición de personas”, dijo a VICE. El medio norteamericano consultó a Mark Healey, profesor de historia de la Universidad de Connecticut. “Martínez de Hoz, el jefe de Klein, es ampliamente considerado como la máxima figura oscura de la dictadura, el iniciador de las reformas neoliberales en la Argentina y el arquitecto directo o indirecto de una amplia variedad de delitos”, indicó. Healey fue más allá sobre el derrotero de los Klein: “No me sorprende de ninguna manera que su sobrino sea un entusiasta de las dictaduras militares”.
De acuerdo a Cox, Klein padre, el pater familias que llegó al FMI, le dijo que “la única forma de lidiar con los terroristas es mirarlos como piedras y arrojarlos a un pozo sin fondo”, una frase que remite a los vuelos de la muerte. Cox manifestó que los hermanos Guillermo y Federico no tenían una buena relación, pero que no diferían en sus posiciones políticas. “Con solo hablar con él, quedó bastante claro que apoyaba mucho al régimen militar en la Argentina”, afirmó a VICE sobre Federico, cosa que niega su viuda, la madre de Freddie, aunque con una posición no muy lejana a la del procesismo. “Podrían investigar al gobierno anterior a Videla antes de sacar de contexto cualquier comentario que alguien pudiera haber hecho. Hubo una insurrección armada en las calles antes de que intervinieran los militares. Los cuerpos se amontonaban, la economía estaba en el fondo. Espero que, si alguna vez llegamos a ese punto, alguien piense en cosas nuevas".
El sobrino de uno de los hombres clave en el proyecto económico de una dictadura brutal del Cono Sur, cuyas posturas no parecen ser muy diferentes de las expresadas por aquellos que sirvieron al régimen y lo reivindican, espera ahora su destino desde una celda, convertido en el primer funcionario del gobierno de Trump detenido por un hecho sin precedentes en la democracia más antigua del otro extremo del continente.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)