Dos candidatos de signos diametralmente opuestos compartían la delantera en las preferencias electorales en Chile para las presidenciales de hoy, seguidos por una tercera candidata, más cerca de uno que de otro en proyectos, ideas y representación. El joven diputado de izquierda Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), el ultraderechista llamado el “Bolsonaro chileno”, José Antonio Kast (Frente Social Cristiano) y Yasna Povoste (Nuevo Pacto Social) ocupan el podio de las mediciones, pese a que hace 15 días están prohibidas, según la ley electoral chilena, y a que se calcula una muy amplia porción de indecisos y ausentes. Por eso y porque ninguno parece estar en condiciones de superar los 30 puntos, es que un cuarto candidato se ilusiona con un escenario similar al de Perú en abril pasado, cuando “el último resultó primero” y el maestro campesino Pedro Castillo accedió a la posibilidad de disputar la segunda vuelta y finalmente llegar a la presidencia.
Quien piensa así es el cineasta del Partido Progresista Marco Enríquez-Ominami, quien va por su tercer intento de ingresar a la Moneda y se ve con chances para la segunda vuelta del 19 de diciembre. Los cuatro mencionados y dos más de los siete aspirantes, el oficialista Sebastián Sichel (Chile Podemos Más) y Eduardo Artés (Unión Patriótica) realizaron el jueves los actos de cierre de campaña. El séptimo, el liberal Franco Parisi (Partido de la Gente), no lo hizo por la curiosa situación de encontrarse en los Estados Unidos con la imposibilidad de un regreso inmediato por causa de un contagio de Covid, lo que le impedirá también votar. A modo de reemplazo, sus seguidores realizaron algunos banderazos en diversas ciudades.
Acaso por su juventud, por sus orígenes en la protesta estudiantil junto con la también diputada Camila Vallejo, o por ser parte del movimiento que logró romper la inercia de una Constitución vetusta hecha a medida del poder concentrado y la dictadura de Pinochet, posiblemente sea Boric (que en Chile pronuncian “Borich”) el que logró acaparar la mayor representatividad del espacio progresista y de izquierda en el país, que en otro tiempo se vio refugiado en la hoy reconvertida Concertación, que llevó a la presidencia a Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, entre otros. En su acto de cierre, el diputado de 35 años exhibió el apoyo explícito del expresidente de Uruguay, José Mujica, que envió un video en el que afirma que “Boric importa no solo porque tiene la piel joven. Tiene el coraje de tener utopía, de pensar en un mundo mejor”.
Con una plataforma que recoge demandas populares, una agenda verde y diversa, afirmó en su acto de cierre: “Cuando el pueblo se organiza y se impulsan los cambios, hay unas minorías que también se organizan para resistirlos”. Los análisis electorales afirman que la participación juvenil podría inclinar la balanza en favor del candidato de Apruebo Dignidad, una coalición entre el Frente Amplio, el Partido Comunista de Chile y Federación Regionalista Verde, entre otros.
Kast se despidió de la campaña inspirado en “Dios y la patria” y con llamados al “orden”. Hasta el silencio de encuestas, la mayoría lo daban por favorito. Le asignan un promedio de un 20% de los votos, para disputar una segunda vuelta frente a Boric. Es abogado y militó durante 20 años en el partido ultraconservador Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta que en 2019 creó el Partido Republicano que hoy lo lleva a su segundo intento electoral. Casado y con nueve hijos, es un activo miembro del movimiento católico conservador Schoenstatt. Pide que no lo traten de ultraderechista “porque no lo soy”, dice, aunque en los debates televisivos y entrevistas no ocultó su apoyo explícito al pinochetismo y sus posiciones reaccionarias. Propone recortar el gasto público, reducir impuestos y eliminar ministerios, entre ellos el de la Mujer. También el Instituto Nacional de Derechos Humanos. Quiere militarizar el conflicto mapuche, como intentó el mismo Piñera.
La senadora Provoste representa a la coalición Unidad Constituyente y es la única mujer entre los aspirantes a la Presidencia. Abanderada de la centroizquierda, también se adjudica apoyos de personalidades como la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, y la senadora Isabel Allende, una de las hijas del presidente derrocado en 1973. Su presentación tiene un cierto sabor a revancha, por haber sido destituida por el Congreso cuando era ministra de Educación en 2008. En las primarias que refrendaron su candidatura participaron los partidos de la antigua Concertación, la coalición de centroizquierda que gobernó Chile por 20 años. “Soy heredera de una coalición que enfrentó momentos bien difíciles tras la recuperación de la democracia; nos tocó recibir un país con un 40% de pobreza que se logró disminuir a un 3%. Los niveles de desempleo cayeron a los límites de la normalidad”, reivindicó.
Quince millones de chilenos están llamados a votar. Las estimaciones decían que el 50% del electorado no tenía decidido por quién o no estaba convencido siquiera de ir a hacerlo.
Piñera solitario y final
Empieza a sellarse el final del mandato de Sebastián Piñera en Chile. El conservador culmina su segundo mandato no consecutivo con la peor imagen, por debajo del 12%, y su candidato, Sebastián Sichel, tiene una de las peores mediciones en las encuestas. Piñera transita los últimos días de una presidencia atravesada por movilizaciones populares; un deficiente manejo temprano de la pandemia, luego corregido, y un juicio político en el que, si bien, le permitió evitar la destitución, puso de relieve el rechazo popular contra el uso de off shores y paraísos fiscales, tal como se lo señala en los Pandora Papers.
Si triunfa una propuesta de izquierda o centro izquierda y esa vocación electoral se confirma en el balotaje, el nuevo Chile estará a tono con las demandas de los últimos tiempos. La huella de Piñera también quedará “vieja” si en cambio triunfa la ultraderecha representada José Antonio Kast, el “Bolsonaro chileno”, Piñera puede quedar ante este sector que entusiasma a lo más rancio de la derecha chilena apenas como un tibio “socialdemócrata”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)