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PANEL DE BARILOCHENSE: LA MENTIRA DE MARIA EN EL CATECISMO
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 26/01/2022 18:49


ESCRITO ESTA EN LA SANTA BIBLIA ELLA RESPONDE  A LAS MENTIRAS DEL PAPADO EN EL CATECIMO.

Mateo 1-> Ver. Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.

[V.23-> Una virgen.- Literalmente, “la virgen”. En forma directa e indirecta Mateo y Lucas proporcionan la evidencia que confirma la verdad del nacimiento virginal. (1) Ambos afirman que Jesús nació del Espíritu Santo (Mat 1:18; Mat 1:20; Luc 1:35). (2) Declaran que María había de dar a luz un hijo que no sería el hijo de José (ver com. Mat 1:21), sino el Hijo de Dios (Luc 1:35). (3) María permaneció virgen “hasta que dio a luz” a Jesús (Mat 278:25). (4) María le afirmó al ángel que era virgen (Luc 1:34). Por todo esto se da testimonio pleno del nacimiento virginal de Jesús. Aun sin que se tome en cuenta la palabra “virgen”, podría probarse la virginidad de María aunque Mateo nunca hubiera empleado esa palabra en este contexto. Mateo y Lucas, escribiendo bajo la dirección divina, no hubieran narrado el relato del nacimiento virginal si no hubiera sido verídico. Bien sabían cómo los dirigentes judíos se habían burlado de Jesús por causa de las misteriosas circunstancias que rodeaban su nacimiento, y comprendían que al repetir el relato estaban proporcionando a sus críticos más oportunidad de ridiculizar la narración (ver DTG 662). No hay duda de que aquí Mateo emplea la palabra “virgen” en el sentido estricto del término, para referirse a María como una joven casta y soltera. Ver com. Isa 7:14 donde se trata la objeción de que la profecía de Isaías sólo tenía aplicación local en tiempos del profeta. Bajo la conducción del Espíritu Santo, Mateo aplica la predicción de Isaías a Cristo, y al hacerlo emplea la palabra parthenós, que significa estrictamente “virgen” y ninguna otra cosa. El problema de Isa 7:14 se estudia detalladamente en Problems in Bible Translation, pp. 151-169. Puesto que rechazan todos los milagros, los modernos críticos de la Biblia suelen desechar la idea de que pudo haber sido un nacimiento virginal, por considerarla indigna de una mente esclarecida. Dirigen la atención al hecho de que, de todos los autores del NT, sólo Mateo y Lucas mencionan la forma de la concepción. Hacen notar que ni Marcos, quizá el primero de los evangelistas, ni Juan, quien escribió para confirmar la divinidad de Jesús, ni Pablo, el gran teólogo del NT, hacen alusión al asunto. Los críticos llegan a la conclusión de que Marcos nada sabía de la virginidad de María y que Juan y Pablo consideraron que era una idea tan fantástica que no valía la pena mencionarla. Todos estos argumentos basados en el silencio, nada prueban. Mateo y Lucas se refieren a la virginidad de María como a un detalle del relato del nacimiento, y puesto que ni Marcos ni Juan registran esa narración, no tienen por qué referirse a este detalle específico. Lo mismo ocurre con Pablo, quien hace resaltar la encarnación, la unión de lo divino con lo humano, como el gran hecho céntrico implícito en el nacimiento de Jesús. En cierto sentido, el nacimiento virginal es sólo incidental frente a la verdad mayor, pues fue el medio por el cual se realizó la encarnación. El concepto paulino de la deidad de Jesucristo armoniza perfectamente con el nacimiento virginal (Fil 2:6-8; Col 1:16; Heb 1:1-9; etc.). Fuera de la encarnación, la crucifixión y la resurrección, Pablo no dice casi nada acerca de detalles de la vida de nuestro Señor. Trata esos tres acontecimientos sencillamente como hechos históricos. Los críticos destacan que los paganos atribuían la grandeza de hombres como Alejandro, Pitágoras, Platón y Augusto César al supuesto hecho de que descendían de los dioses y a un supuesto nacimiento virginal. Pero este argumento no tiene mayor valor que si se dijera que la existencia de monedas falsas y las falsificaciones de las grandes obras maestras del arte pictórico, prueban que no hay monedas ni cuadros genuinos. Si las afirmaciones de Mateo y de Lucas en cuanto al nacimiento virginal han de desecharse como inverosímiles, porque la verdad allí expresada trasciende el conocimiento y la experiencia del hombre, muchos otros pasajes de los Evangelios deben descartarse sobre la misma base. Si se coloca la mente humana como norma para determinar la veracidad de las Escrituras, la Biblia deja de ser la Palabra de Dios para el hombre y se transforma en un documento meramente humano. No debería olvidarse que todo el plan de salvación es un milagro, un “misterio” (Rom 16:25; Efe 1:9; Efe 3:9; Col 1:27; Col 2:2; Ap 10:7). En primer lugar, es un misterio que Dios pueda amar a los pecadores (Jn 3:16; Rom 5:8). Así también es un misterio que la sabiduría infinita pudiera formular un plan por el cual la misericordia pudiera combinarse con la justicia (Sal 85:10) a fin de poder responder a las justas exigencias de la santa ley de Dios y al mismo tiempo salvar al pecador del castigo que merece por haber quebrantado esa ley (Jn 3:16; Rom 6:23). Es un milagro que el hombre, que por naturaleza está enemistado con Dios (Rom 8:7), pueda llegar a vivir en paz con el Señor (Rom 5:1). Es un milagro que Cristo pueda librar del reinado del pecado y de la muerte a una persona inclinada a hacer lo malo (Rom 7:24; Rom 8:1-2), y la capacite para vivir una vida perfecta en armonía con el carácter divino (Rom 8:3-4). Es un milagro que una persona 279 pueda nacer de nuevo (Jn 3:3-9), que un hombre imperfecto (Rom 3:23) pueda ser transformado (Rom 12:2) por la gracia de Cristo en tan hombre perfecto (Mat 5:48) y se convierta en hijo de Dios (Jn 3:1-3). El nacimiento virginal, la vida perfecta, la muerte vicaria y la gloriosa resurrección de Jesús son misterios para la mente humana. La religión cristiana no pide disculpas por los grandes misterios del plan de la salvación, porque el amor redentor de Dios es en sí mismo el mayor de todos los misterios. La encarnación del Hijo de Dios es el hecho culminante de todos los tiempos, la piedra angular de la fe cristiana. Pero sin el nacimiento virginal no podría haber verdadera encarnación, y sin la encarnación y el nacimiento virginal la Biblia se convertiría en mera fábula y leyenda, el cristianismo no sería más que un engaño piadoso, y la salvación sería un espejismo decepcionante. Ver Nota Adicional com. Juan 1. Concebirá.- Por acción del Espíritu Santo, como también lo dice Lucas (Mat 1:35). “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo” (Gal 4:4), después de haberle preparado un cuerpo (Heb 10:5). Emanuel.- La transliteración griega del Heb. ‘immanu’el quiere decir “con nosotros Dios”. El Hijo de Dios no sólo vino a vivir entre nosotros, sino a identificarse con la familia humana (Jn 1:1-3; Jn 1:14; Rom 8:1-4; Fil 2:6-8; Heb 2:16-17; DTG 14-15; ver Nota Adicional com. Juan 1; com. Jn 1:1-3; Jn 1:14). “Emanuel” no era tanto un nombre personal sino un título empleado para describir la misión de Cristo (cf. Isa 9:6-7; 1Co 10:4).] 

   Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.   Mateo 1->

[V.25-> No la conoció.- La forma verbal en el griego no concuerda con la tradición católica de que María fue siempre virgen, porque implica que la virginidad de María sólo duró hasta el nacimiento de Jesús. Por otra parte, la palabra que se traduce como “hasta que” (Gr. héōs) no es definitiva, ni en favor, ni en contra de la virginidad perpetua. El significado más natural del Mat 1:25 es que, aunque María no vivió con José como esposa de él hasta el nacimiento de Jesús, lo hizo posteriormente. Comparar esto con el uso de la palabra héos en la LXX de Gen 8:7; 1Sa 15:35; 2Sa 6:23 y Mat 5:26; Mat 12:20; Mat 18:30; Mat 22:44. Jesús tenía hermanos y hermanas, pero, al parecer, al menos los hermanos eran mayores que Jesús, y por lo tanto eran hijos de José de un matrimonio anterior (ver com. Mat 12:46). El hecho de que Jesús encomendara a su madre al cuidado de Juan (Jn 19:29) podría indicar que María no tenía otros hijos. Por otra parte, bien podría haber tenido hijos que no estaban en condiciones de atenderla o que no hubieran simpatizado ni con ella ni con Jesús (ver com. Mat 1:18). Su hijo primogénito.- La evidencia textual tiende a confirmar (p. 147) la omisión de la palabra “primogénito”. Sin embargo, esta omisión no afecta en nada la seguridad de que Jesús fue el primogénito de María, porque los mismos manuscritos que aquí omiten la palabra “primogénito” la emplean en Luc 2:7. Entre los judíos con frecuencia se empleaba la palabra “primogénito” con un sentido técnico y legal. Como resultado de la liberación de los primogénitos de Israel de la plaga egipcia, Dios declaró que todos los varones primogénitos de Israel eran suyos (Exo 13:2; Num 3:13). En el Sinaí la tribu de Leví fue aceptada para servir en el santuario en lugar de los primogénitos de todas las tribus, pero el Señor exigió que todo hijo primogénito fuera redimido (Num 3:45-46). Literalmente, el primogénito podía también ser un hijo único. Le puso por nombre Jesús.- Se les ponía nombre en forma oficial a los niños a los ocho días de haber nacido (Luc 2:21). Sin duda, en ese momento Jesús fue anotado como hijo de María y de Jose.ver Mateo 1:1.


Mateo 1-> Ver. 1

Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

[V.1-> Libro de la genealogía. [Los antepasados humanos de Jesús, Mat 1:1-17 = Luc 3:23-38. Comentario principal: Mateo y Lucas.] Así titula Mateo el registro genealógico de Jesús, que aparece en los Mat 1:1-17. Las primeras palabras del Mat 2:1 sugieren que posiblemente Mateo quería que este título sirviera también para la narración de los acontecimientos que antecedieron al nacimiento de Jesús (Mat 1:18-25). Al redactar el relato de la vida de Jesús, dirigido en primera instancia a lectores de origen judío (ver p. 267), Mateo comienza en forma típicamente judía, dando el linaje familiar de Jesús. Debido a que la venida del Mesías había sido tema de muchas profecías, Mateo muestra que Jesús de Nazaret fue en verdad Aquel de quien Moisés y los profetas dieron testimonio. Puesto que el Mesías había de nacer de la descendencia de Abrahán (Gen 22:18; Gal 3:16), el padre de la nación judía, y de David, fundador del linaje real (Isa 9:6-7; Isa 11:1; Hch 2:29-30), Mateo presenta la evidencia de que Jesús cumple con las condiciones de ser descendiente de estos dos ilustres personajes. Si no existiera esta evidencia, sus afirmaciones de ser el Mesías de nada valdrían, y podrían desecharse todas las pruebas adicionales sin siquiera examinar la veracidad de lo que Jesús decía (cf. Esd 2:62; Neh 7:64). Cuando Mateo escribió, es probable que fuera posible verificar la genealogía de Jesús comparándola con los registros públicos entonces existentes. Buena parte de esta genealogía (Mat 1:2-12) podía compararse con las enumeraciones del AT (1Cr 1:34; 1Cr 2:1-15; 1Cr 3:5; 1Cr 3:10-19). El hecho de que, hasta donde se sepa, ningún contemporáneo de Mateo, ni siquiera los enemigos declarados de la fe cristiana, alguna vez pusieron en tela de juicio la validez de esta genealogía, es un excelente testimonio en favor de la autenticidad de la lista genealógica. Jesucristo. Nombre que consta de dos partes, que se considerarán en forma separada. Jesús. Gr. I’sóus, equivalente al nombre Heb. Yehoshua, “Josué”. (En el texto griego de Hch 7:45 y Heb 4:8, Lucas y Pablo se refieren a “Josué” como I’sóus). Por lo general se ha entendido que este nombre significa “Jehová es salvación” (Mat 1:21). Algunos estudiosos sugieren que debe traducirse “Jehová es generosidad”. El nombre original de Josué (ver t. 11, p. 173), Hoshea’ [Oseas] fue cambiado por Yehoshua’ [Josué] (ver com. Num 13:16). Después del cautiverio babilónico, cuando el arameo reemplazó al hebreo como idioma común de los judíos, este nombre se transformó en Yeshua’, que pasó al griego como I’sóus. En tiempos del NT, Yeshua’ era un nombre común entre los judíos (Hch 13:6; Col 4:11), y estaba en armonía con la costumbre hebrea de escoger nombres que tuvieran significado religioso (ver com. Mat 1:21). Hoy día, los nombres sirven mayormente como una identificación. Pero en tiempos bíblicos, se escogía el nombre con sumo cuidado porque daba testimonio de la fe y de la esperanza de los padres (PR 352), de las circunstancias del nacimiento del niño, de sus propias características, o se relacionaba con la misión de su vida, sobre todo cuando el nombre había sido ordenado por Dios. El nombre de Jesús está lleno de recuerdos históricos y vislumbres proféticas. Así como Josué había guiado a Israel a la victoria en la tierra prometida, así también Jesús, el Capitán de nuestra salvación, vino para abrirnos las puertas de la Canaán celestial. Pero Jesús no sólo es el Autor de nuestra salvación (Heb 2:10), sino que también es el “apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión” (Heb 3:1). El sumo sacerdote que volvió del cautiverio babilónico (Esd 2:2) se llamaba Josué (Zac 3:8; Zac 6:11-15). Así como Oseas amó a una mujer indigna y procuró, en vano, por algún tiempo ganar su afecto, y finalmente la compró de nuevo en el mercado de esclavos (Ose 1:2; Ose 3:1-2), así también Jesús vino para libertar a la raza humana de la esclavitud del pecado (Luc 4:18; Jn 8:36). El vocablo Cristo viene del Gr. Jristós, traducción del Heb. mashíaj (ver com. Sal 2:2). La palabra “Mesías” significa “ungido”. Antes de la resurrección, en los cuatro Evangelios se llama a Jesús “el Cristo” (o Mesías), usando el nombre más bien como título que como nombre personal. Después de la resurrección, el artículo suele desaparecer y “Cristo” 271 se transforma tanto en nombre como en título. En tiempos del AT el sumo sacerdote (Exo 30:30), el rey (2Sa 5:3; cf. 1Sa 24:6), y en algunos casos los profetas (1Rey 19:16) eran ungidos al ser consagrados al sagrado servicio. Esas personas se denominaban entonces mashíaj, “ungido” (Lev 4:3; 1Sa 24:6; 1Cr 16:21-22). En las profecías mesiánicas, el término pasó a aplicarse específicamente al Mesías, quien como Profeta (Deu 18:15), Sacerdote (Zac 6:11-14), y Rey (Isa 9:6-7), había sido constituido para que fuera nuestro Redentor (Isa 61:1; Dan 9:25-26). Como Profeta, vino a representar al Padre ante los hombres; como Sacerdote, ascendió para representar a los hombres ante el Padre; y como Rey, libera a los que creen en él, no sólo del poder del pecado en esta vida, sino también del reino del pecado, y habrá de reinar sobre ellos en el reino de gloria. La palabra Jristós viene del verbo jrío que significa “rozar”, “untar”. “ungir”. En el NT, se dice que Cristo fue “ungido” (Luc 4:18; Hch 4:27; Hch 10:38; Heb 1:9). Cuando se emplean juntos los dos nombres, Jesús y Cristo, se hace una confesión de fe en cuanto a la unión de la naturaleza divina con la humana en una Persona; se afirma la creencia de que Jesús de Nazaret, Hijo de María, Hijo del hombre, es en verdad el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios (Hch 2:38; etc.). Ver la Nota Adicional de Juan 1; com. Mat 1:23; Jn 1:1-3; Jn 1:14; Fil 2:68; Col 2:9. Hijo de David. Esta era la designación popular empleada por gobernantes (Mat 22:42; Mar 12:35; Luc 20:41) y la gente común (Mat 9:27; Mat 12:23; Mat 15:22; Mat 20:30-31; Mat 21:9; Mar 10:47-48; Luc 18:38-39; cf. Jn 7:42) para referirse al Mesías esperado. El empleo de esta frase como título mesiánico indica la comprensión de las profecías que predecían que el Mesías descendería de la familia de David. Para un pueblo cansado del yugo romano, también implicaba el retorno del reino judío a la independencia y la prosperidad del magnífico reinado de David. David mismo había entendido que la promesa de un hijo que se sentaría en su trono (2Sa 7:12-13; Sal 132:11) se cumpliría en aquel que habría de redimir a Israel (Hch 2:29-30; ver com. Deu 18:15). Vez tras vez los profetas de antaño hablaron de este Mesías (Isa 9:6-7; Isa 11:1; Jer 23:5-6; etc.). Los escritores del NT repetidas veces aplican el título “del linaje de David” a Cristo (Rom 1:3; 2Ti 2:8; etc.). Como el Hijo de David, Jesús era tanto heredero del trono de David como de las promesas mesiánicas dadas a David. Hijo de Abraham. Entre los héroes de la fe, Abrahán se destacó como “amigo” de Dios (Stg 2:23; cf. 2Cr 20:7; Isa 41:8). Debido a su fidelidad (Gal 3:7; Gal 3:9), se eligió a Abrahán para ser el padre del pueblo escogido de Dios. La promesa de que en su descendencia todas las naciones de la tierra serían bendecidas era, según Pablo, una clara predicción mesiánica (Gen 22:18; cf. Gal 3:16). En consonancia con su propósito de convencer a los judíos de que Jesús era el Mesías, Mateo, a propósito y en forma muy apropiada, hace remontar la genealogía de Jesús hasta Abrahán, mientras que Lucas, que escribió para los cristianos gentiles, consideró que era esencial llevar la genealogía de Cristo hasta el padre de la raza humana. El propósito de Mateo era el de mostrar que Jesús era descendiente de Abrahán, y que por lo tanto podía ser considerado como posible heredero de las promesas que le habían sido hechas al patriarca. Ver com. Jn 8:35; Jn 8:39. En com. Luc 3:23 se tratan las diferencias entre la enumeración de Mateo y la de Lucas.]LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO Todo el mundo le verá—“Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre”. Mateo 24:27... No se puede remedar semejante aparición. Todos la conocerán y el mundo entero la presenciará.CRISTO NO REGRESA CON SU MADRE MARIA NI ELLA REGRESA POR SEGUNDA VEZ A ESTE MUNDO A BUSCAR A SUS HIJOS POR LOS CUALES MURIO Y RESUCITARA .






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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 26/01/2022 19:41
LOS ADORADORES DE MARIA RECIBEN LAS PLAGAS DEL APOCALIPSIS 16Cap 9:20,21.

Apocalipsis (de Juan) 16-> Ver. 2
[V.2-> El primero. Los adjetivos ordinales para cada ángel implican que las plagas serán sucesivas (ver com. Ap 16:1; Ap 16:11). Ulcera. Gn hélkos, “úlcera”, “llaga”, “herida supurante”. En la LXX hélkos se usa para designar los tumores que se produjeron en los egipcios (Exo 9:9-10), la “úlcera” que no podía curarse (Deu 28:27) y la sarna maligna que azotó a Job (Jnb 2:7). El renombrado poder milagroso de los espíritus que cooperarán con la cristiandad apóstata del papado y sus aliados  (Ap 13:13-14; Ap 18:2; Ap 19:20), evidentemente resultará vano contra esta “úlcera maligna y pestilente” (ver com. Ap 16:14). Queda al descubierto de manera innegable la falsedad de la confianza que los hombres han depositado en un poder obrador de milagros como la virgen María en el catecismo en el papado ni sus santos (cf. Exo 8:19). Maligna y pestilente. O “dolorosa y grave”, “penosa y molesta”. Los hombres. Esta primera descarga de la “ira de Dios las plagas ” (Ap 16:1) caerá sobre los que no han prestado atención ni al mensaje del tercer ángel que les advertía contra la adoración de “la bestia y su imagen” (Ap 14:9,10,11 )-, ni a la exhortación final de Dios para que salieran de la Babilonia simbólica  los protestantes apóstatas ,paso espiritismo  (Ap 18:1-4). Esta plaga  será universal (ver CS 686). Marca de la bestia santificar las fiestas catecismo domingo LAUDATO si cambio climático COP25,26  Ver com. Ap 13:16. Adoraban su imagen protestantismo apóstata EEUU UNION MUNDIAL REYES PRESIDENTES RICO POBRE NIÑOS ETC . Ver com. Ap 13:14-15. ] Apocalipsis (de Juan) 9-> Ver. 20

[V.20-> Los otros hombres. La mayoría de los hombres no fueron destruidos por este terrible castigo, pero a pesar de lo que habían sufrido sus prójimos, no aprendieron la lección como debieran haberlo hecho, ni se arrepintieron. Las obras de sus manos. Específicamente 810 los ídolos que habían hecho (ver Deu 4:28; Sal 135:15; Jer 1:16). Los hombres que dan ahora a las obras de su genio inventiva más importancia en sus vidas que la que dan a Dios y su reino, están igualmente condenados. Las comodidades materiales modernas -las obras de las manos humanas- no son malas, pero a menudo pueden llenar tanto la vida de los seres humanos que se convierten en ídolos, así como lo eran los antiguos dioses de madera, piedra y metal. Cf. com. Jn 5:21. Demonios. Gr. daimónion (ver com. 1Co 10:20). Se refiere a la adoración de los espíritus, común en los tiempos antiguos y que aún se encuentra ampliamente difundida entre muchos grupos paganos. Imágenes. En contraste con la adoración de los espíritus, se condena la adoración de objetos concretos, pero inanimados. Oro. Oro, plata, bronce, piedra y madera: se enumeran en el orden descendente de su valor como materiales. No pueden ver. Una dramática presentación de la insensatez de su idolatría, porque estos objetos, adorados como dioses, no tienen ni siquiera las facultades propias de un animal, mucho menos las de un hombre (ver Sal 115:4-7; Jer 10:5; Dan 5:23). ] 
Apocalipsis (de Juan) 9-> Ver. 21

[V.21-> Homicidios. El pecado de la idolatría contra Dios a menudo lleva a cometer crímenes como los que aquí se detallan (Ap 21:8; Ap 22:15; cf. Gal 5:20). Hechicerías. Ver com. Ap 18:23. Fornicación. Gr. pornéia, “prostitución”, “libertinaje”, término genérico que indica toda clase de relación sexual entre hombre hombre mujer con mujer niños  ilícita. Hurtos. Cf. 1Co 6:10. ] 
La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, y escaparon muy pocas personas”  “El terror del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina”. EL PAPADO EN SU JURAMENTO JESUITA TRATA DE EXTIRPAR AL PUEBLO DE DIOS CRISTO DE LA BIBLIA  CON SU JURAMENTO EN EL NOMBRE DE MARIA EN NOMBRE DE DIOS EN NOMBRE DE LOS APOSTOLES ESTO EL PAPADO LO LLAMA INQUISICION EN LA BIBLIA LE LLAMA ACESINATO AL PUEBLO DE DIOS Y DE LOS SANTOS APOC 13:7CAP 13:15CAP 17:6CAP 18:24 .




Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 01/02/2022 19:30



LOS REYES DE LA TIERRA NUEVO ORDEN MUNDIAL GOBERNANTES ENTREGARAN EL PODER AL PAPADO PARA QUE GOBIERNE Y TODO QUIEN ACEPTE EL PAPADO TENDRA LA MARCA DEL PAPADO DE LA BESTIA SATANAS POR LO TANTO LAS PLAGAS Y LA MUERTE ETERNA.SANTIFICAR LAS FIESTAS CATECISMO ES LA MARCA EE LA BESTIA 666.LAUDATO SI CAMBIO CLIMATICO LA MISA 666 .

2 con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.»


Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 2
[V.2-> Han fornicado prostituido han aceptado el papado el catecismo . Gr. pornéuō, verbo afín de pórn’ (ver com. Ap 17:1). Esta expresión equivale a “fornicar” en el AT (cf. Eze 23:30; Ose 4:12). Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor satanás  que no es Cristo. En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata papado  (ver com. Ap 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa 23:15; Isa 23:17. Reyes de la tierra todo gobernante . Es decir, poderes políticos (ver com. Ap 17:12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la “gran ramera Vaticano papado ” (Ap 17:1; ver com. Ap 17:13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios del Sinaí  (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14) y gobernar a los “moradores de la tierra con el catecismo misa 666” (cf. Ap 17:8). Los “reyes de la tierra” serán sus cómplices en ese crimen. Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados con la marca de la bestia papado santificar las fiestas catecismo Domingo 666 (cf. com. Ap 17:8) para que cooperen con la política de la gran ramera papado vaticano (cf. Ap 13:8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos. Embriagado que obedecerán al catecismo papado la marca de la bestia 666. Una embriaguez completa con la marca de la Bestia 666 . Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida. Cf. Jer 51:7; 2Ts 2:9-10; Ap 13:3-4; Ap 13:7; Ap 13:18; Ap 14:8; Ap 18:3; Ap 18:23; Ap 19:20. Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia y los reyes de la tierra. Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados con la marca de la Bestia del papado satanás muerte eterna (CS 682). Con el vino catecismo . O sea al beber el vino. Este “vino” es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las “señales espiritismo con la  virgen María ” con las cuales promueve su política (cf. Ap 13:13-14; Ap 18:23; Ap 19:20). De su fornicación. O, es decir, “su prostitución”. La alianza entre el cristianismo apóstata y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo. ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 3

[V.3-> Me llevó. La sensación de movimiento tenía sin duda el propósito de ayudar a Juan a hacer la transición mental desde su tiempo y lugar hasta el tiempo y lugar del cumplimiento de la visión (cf. Eze 3:12-14; Eze 8:3; Eze 40:2-3; Ap 21:10). En el Espíritu. Literalmente “en espíritu” (ver com. Rev_1 10; cf. Ap 4:2; Ap 21:10). La ausencia del artículo definido destaca la cualidad o naturaleza de esta experiencia. Al desierto. Gr. ér’mos, “lugar desolado” (ver com. Ap 12:6). El verbo afín que se usa en Ap 17:16, significa “desolar”, “desnudar”, “abandonar”. Un “desierto” era una región deshabitado donde un ser humano podía sostenerse con dificultad y peligro, un lugar donde el alimento y aun el agua eran difíciles de obtener y se corría el peligro de fieras y quizá de asaltantes. Por esta razón algunos consideran. que cuando “desierto” se usa simbólicamente como aquí, se refería a una situación llena de dificultades y peligros, evidentemente para el pueblo de Dios (cf Ap 17:6; Ap 17:14). La ausencia del artículo definido antes del sustantivo “desierto”, hace que el término sea claramente cualitativo y descriptivo; en otras palabras, especifica una condición antes que una ubicación particular. En vista de que el cap. 17 parece tratar más particularmente con el tiempo de las siete plagas postreras del Apocalipsis los que tendrán la marca de la bestia  (ver com. Ap 17:1), algunos sostienen que este “desierto” simboliza la situación del pueblo de Dios durante ese tiempo. La situación que aquí se describe es semejante, aunque no idéntica, a la del “desierto” del Ap 12:6; Ap 12:13-16. Mujer. Los profetas del AT repetidas veces comparan al pueblo de Dios que ha apostatado con una ramera (cf. Eze 16:15-58; Eze 23:2-21; Ose 2:5; Ose 3:1; etc.). Esta “mujer” la “gran ramera papado ” (Ap 17:1), la simbólica “Babilonia la grande papado espiritismo Protestantismo apostata EEUU ” (Ap 17:5) -, es culpable de “la sangre... de todos los que han sido muertos en la tierra” (Ap 18:24) sin duda a través de la historia. La Babilonia simbólica constituye la oposición religiosa organizada contra el pueblo de Dios de los mandamientos  del Sinaí del sábado séptimo día , probablemente a través de toda la historia pero aquí específicamente en el tiempo del fin (ver com. Ap 17:5). Sentada. La flexión del verbo denota una acción continuada. En el Ap 17:1 se presenta a la “gran ramera” ejerciendo dominio religioso directo sobre los seres humanos; aquí, dirigiendo la política del gobierno civil de EEUU Y DE TODAS LAS NACIONES  (ver com. Ap 17:18). Una característica continua del cristianismo apóstata ha sido la de unir la iglesia con el Estado para consolidar el dominio religioso sobre la política SOBRE EL MUNDO (cf. t. IV, p. 863). Compárese con la declaración de nuestro Señor de que su “reino” no es “de este mundo” (Jn 18:36). Bestia PAPADO Y PROTESTANTISMO APOSTATA LOS REYES DE LA TIERRA . En la profecía bíblica las bestias generalmente representan poderes políticos (Dan 7:3-7; Dan 7:17; Dan 8:3; Dan 8:5; Dan 8:20-21 ; cf. Ap 12:3; Ap 13:1). El color de esta bestia puede insinuar que es el compendio del mal, así como los nombres de blasfemia que la cubren indican que se opone a Dios. Por lo tanto, esta bestia puede ser identificada como Satanás que obra por medio de esos instrumentos políticos, que se han sometido a su dominio a través de la historia. Esta bestia se parece en ciertos aspectos al gran dragón bermejo del Ap 12:3, y en otros, a la bestia semejante a un leopardo del Ap 13:1-2 . El contexto hace parecer más estrecha esta última relación. La diferencia principal entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente. Escarlata. O “carmesí”, un color brillante que llama la atención. En Isa 1:18 el carmesí es el color del pecado. Compárese con el “gran dragón escarlata” de Ap 12:3. Llena. La apostasía catecismo  y la oposición a Dios serán totales. Nombre de blasfemia. O “nombres blasfemos” (ver com. Mar 2:7; Mar 7:22). En Ap 13:1  los nombres están sobre las siete cabezas   ; aquí se hallan esparcidos por toda la bestia papado . Estos nombres indican el carácter satánico de la bestia papado vaticano ,  papado intenta usurpar las prerrogativas de la Deidad de Cristo del padre celestial y espíritu Santo . El hecho de que esté “llena” de nombres blasfemos papado sumo pontífice  vicario de Cristo , indica que está completamente dedicada a lograr sus propósitos. Cf. Isa 14:13-14; Jer 50:29; Jer 50:31; Dan 7:8; Dan 7:11; Dan 7:20; Dan 7:25; Dan 11:36-37. Siete cabezas. Ver com. Ap 17:9-11. En cuanto a la bestia de siete cabezas en la mitología antigua, ver com. Isa 27:1. Diez cuernos. Ver com. Ap 17:12-14; Ap 17:17. ] 




 
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