En 2009, el elusivo Satoshi Nakamoto, pseudónimo usado por parte de una o varias personas para mantener su anonimato, publicó un artículo en el que describía cómo crear el equivalente al dinero en metálico en formato digital, y lanzó el software que creó el bitcoin, la primera criptomoneda.1 Desde entonces, las criptomonedas han proliferado y su valor de mercado ha crecido de forma vertiginosa. En este artículo, miraremos en detalle qué son las criptomonedas, en qué consiste la tecnología que las hace posibles y cuáles son las perspectivas que ofrecen. Tal y como veremos, aunque nos mostramos escépticos respecto a los fundamentos que sostienen el crecimiento de las criptomonedas, la tecnología que subyace bajo ellas presenta un amplio recorrido en aplicaciones alternativas.
Empecemos con un breve repaso de la evolución del mercado de las criptomonedas. Tal y como mostramos en la tabla, el valor de mercado de las criptomonedas ha experimentado un fuerte aumento en los dos últimos años. Sin embargo, esta euforia se disipó, al menos de forma parcial, tras los rumores a mediados de enero de 2018 de que las autoridades de Corea del Sur y China planeaban introducir limitaciones en su uso. Asimismo, a pesar del fuerte crecimiento de las criptomonedas, la elevada volatilidad mostrada por este mercado dista de suscitar demasiadas preocupaciones a nivel de estabilidad macrofinanciera. Ello es debido a que las criptomonedas aún representan una fracción muy pequeña del PIB mundial. En su cénit, apenas representaban un 1% del PIB, lo que contrasta, por ejemplo, con las cotizaciones de las compañías tecnológicas durante la euforia de las dotcom, que alcanzaron un valor aproximado del 30% del PIB mundial