El orden divino es la energía que mantiene la estructura del universo. Los planetas siguen sus órbitas alrededor del sol. Las estrellas mantienen su lugar asignado. El sol sale y se pone; y las horas que pasan reflejan este orden. Sin embargo, existen momentos en los que siento que tengo puesto un letrero que dice “fuera de orden”.
Si esto ocurre, pasar un momento en oración ayuda a que me alinee de nuevo con el orden del universo. Dejo de prestarle atención al caos aparente y sosiego mis pensamientos. Inhalo paz, y me calmo permitiendo que la Verdad llene mi mente. ¡Yo soy uno con el orden divino del universo! Mantengo presente esta afirmación durante el día. Estoy atento al ritmo de la vida y doy gracias por cada demostración de orden.