Por momentos, Hernández me hace acordar a Carlos Saúl Menem en sus años de decrepitud cuando ocupaba una banca en el Senado.
Aunque el argentino, era más simpático (corresponde aclararlo, para aquellos que no lo conocieron).
Rodolfito, además de prepotente y violento, es un mamarracho total, que hasta la misma Derecha colombiana, por estas horas, debe sentir vergüenza de tenerlo como candidato.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)