|
General: NÍ SIQUIERA LOS EX PRESIDENTES ESTÁN POR ENCIMA DE LA LEY
Elegir otro panel de mensajes |
|
LA HISTERIA DEL PARTIDO REPUBLICANO POR EL
ALLANAMIENTO A TRUMP ES UNA INVITACIÓN A LA VIOLENCIA
NÍ SIQUIERA LOS EX PRESIDENTES
ESTÁN POR ENCIMA DE LA LEY, Y LOS REPUBLICANOS DEBERÍAN SABER ESO
POR JUNTA EDITORIAL DEL MIAMI HERALD Y EL NUEVO HERALD
Apenas había terminado la redada del FBI en la mansión de Donald Trump en la Florida, aparentemente destinada a encontrar documentos confidenciales que el ex presidente pudiera haberse llevado de la Casa Blanca, cuando se alzaron los gritos del Partido Republicano: Abuso de poder. Desfinanciar al FBI. Investigar al Departamento de Justicia. Esto, desde el partido que no condenó el ataque del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos como un intento de derrocar al gobierno, incluso cuando la turba amenazó con colgar al vicepresidente Mike Pence.
Esto, desde el partido que fue contra los demócratas por intentar “desfinanciar a la policía”. Esto, desde el partido que pretende girar totalmente en torno de la ley y el orden.
Y esto, desde un partido que se reúne en torno a un hombre que mostró tal desprecio por la Ley de Registros Presidenciales de su propio país que rutinariamente rompió documentos oficiales y aparentemente incluso trató de tirarlos por los inodoros en el Air Force One.
La Ley de Registros Presidenciales exige la conservación de los memorandos, cartas, notas y otras comunicaciones de un presidente para que se guarden en los archivos como registros históricos. Los registros presidenciales pertenecen al pueblo, no a ningún presidente en particular. Y, sin embargo, los intentos de Trump de destruir documentos presidenciales fueron tan habituales que el gobierno tuvo que emplear a personas para que volvieran a pegar esos papeles con regularidad.
Su desprecio por la ley era ampliamente conocido. ¿Pero es el registro de su casa de Palm Beach –donde las autoridades sabían que ya había guardado erróneamente otros documentos de máximo secreto– lo que constituye un abuso de poder?
QUINCE CAJAS DE DOCUMENTOS
Todavía no sabemos qué encontraron los agentes cuando ejecutaron la orden y registraron la casa del ex presidente y su caja fuerte el lunes por la noche. Pero sí sabemos, como se informó anteriormente, que los Archivos Nacionales tuvieron que arrancarle a Trump en enero al menos 15 cajas de documentos que supuestamente contenían documentos clasificados y otros papeles presidenciales importantes, como la correspondencia con el líder norcoreano Kim Jong Un, la carta del ex presidente Barack Obama a Trump y aquel infame mapa “Sharpie” sobre la trayectoria del huracán Dorian.
En aquel momento, Trump dijo que no había ninguna intención nefasta e insistió en que había mantenido conversaciones “colaborativas y respetuosas” con los Archivos Nacionales. Pero, ¿cuánto tiempo podían durar las discusiones “colaborativas”? Para entonces ya llevaba un año fuera del cargo. ¿Y por qué tenía los documentos, para empezar?
Los archivos remitieron el caso al Departamento de Justicia y, en junio, los investigadores visitaron Mar-a-Lago en busca de más documentos potencialmente clasificados, según informó CNN. Entre los investigadores que acudieron a la mansión de Palm Beach, según The New York Times, se encontraba un funcionario de contrainteligencia del Departamento de Justicia.
RAMIFICACIONES POLÍTICAS El lunes fue sorprendente en muchos sentidos. La incursión del FBI en la casa de un ex presidente no tiene precedentes, especialmente con un FBI dirigido por Christopher Wray, quien fue designado por Trump.
Y las ramificaciones políticas pudieran ser enormes. El Partido Republicano ya lo está usando para agitar a las bases de cara a las elecciones intermedias, mientras que el ex presidente sin duda lo usará para impulsar su esperada candidatura a otro mandato presidencial, una posibilidad que los demócratas y algunos republicanos quieren sofocar.
En un correo electrónico enviado a sus partidarios, menos de 24 horas después de la redada, no perdió el tiempo en presentarse como la víctima: “Por favor, apresúrense a hacer una donación INMEDIATAMENTE para estar públicamente conmigo contra esta INCESANTE CACERÍA DE BRUJAS”.
La presión sobre Trump va en aumento. El martes, al día siguiente de la redada, un tribunal federal de apelaciones dictaminó que la Cámara puede acceder a sus declaraciones de impuestos, aunque sin duda se apelará. Y parece que el registro de Mar-a-Lago es independiente de la investigación del 6 de enero del Departamento de Justicia , que también se ha intensificado en las últimas semanas.
Se supone que nadie está por encima de la ley en este país, ni siquiera un ex presidente. Entre los muchos peligros de todo esto está que Trump pudiera estar guardando ilegalmente documentos que pudieran comprometer la seguridad nacional.
Pero para Trump, y por extensión, para el Partido Republicano, el mayor peligro es que con un registro completo de su presidencia, la gente de este país pudiera realmente pedirle cuentas a él y a su partido.
LA HISTERIA DEL PARTIDO REPUBLICANO POR EL
ALLANAMIENTO A TRUMP ES UNA INVITACIÓN A LA VIOLENCIA
Nada me gustaría más que estar equivocado en esto, pero la insensata respuesta del eje Partido Republicano-Fox News al allanamiento realizado por el FBI a Mar-a-Lago, la residencia del expresidente Donald Trump, hace que parezca que estuviéramos cayendo en un foso.
La amenaza de violencia política por parte de los radicales de extrema derecha ha estado creciendo durante años, pero los llamados a tomar las armas alcanzaron un punto álgido en las redes sociales pro-Trump tras la búsqueda ordenada por un tribunal el lunes en el complejo de Florida de Trump: “¿Cuándo comenzamos el tiroteo?”. “El verano se hizo para los campos de exterminio”. “Mi arma ya está cargada”. “Mañana habrá guerra”. “Cojan sus armas”.
En un momento tan peligroso e inestable como el actual, necesitamos que los líderes políticos y de opinión hagan un llamado a la calma. En cambio, Fox News y otros medios conservadores explotaron con discursos de “guerra” y “asesinato”, de un “ataque” contra el país y los partidarios de Trump, y llamados a la venganza contra una “KGB” estadounidense “corrupta”. Los republicanos electos por votación estallaron en gritos sobre la supuesta “politización convertida en arma” realizada por una “Gestapo” demócrata y un “FBI tiránico”, y sobre la necesidad de “asegurarse de que estos tiranos paguen por lo que han hecho”. Pidieron represalias: “Hay que destruir al FBI”. “Nadie está a salvo”. “Tú eres el próximo”. “Vienen por TI”.
Sabemos que el discurso violento, en particular cuando tantas personas ya se sienten desesperadas y nerviosas, conduce a actos violentos. Ya hemos pasado por esto.
Durante el gobierno de Bill Clinton, a mediados de la década de 1990, los grupos de milicias de extrema derecha proliferaron debido a la ira por las torpes medidas del gobierno federal contra los extremistas en el complejo de la secta de los Davidianos de la Rama en Waco y un enfrentamiento anterior en Ruby Ridge, Idaho. Los comentaristas conservadores y los legisladores republicanos atizaron la furia, y le advirtieron a los “patriotas” que debían resistir un supuesto intento del gobierno de confiscar armas e imponer un gobierno global. Advirtieron sobre los “helicópteros negros” del gobierno y un “ataque estilo paramilitar contra los estadounidenses”, y llamaron a la gente a alzarse contra el “abuso de poder”. En abril de 1995, en el segundo aniversario de lo sucedido en Waco, un nacionalista blanco detonó un camión bomba afuera del edificio federal en Oklahoma City, que mató a 168 personas, muchas de ellas niños.
En 2010, durante el gobierno de Obama, los grupos antigobierno de extrema derecha volvieron a proliferar. Sarah Palin, la excandidata a la vicepresidencia, emitió su infame edicto “No se retire, en lugar de ello, ¡RECARGUE!”, mientras que prominentes republicanos promocionaron las armas para combatir “un gobierno tiránico” y les dijeron a los activistas que estuvieran “armados y peligrosos”. Advirtieron que el país estaba bajo el “ataque” de un “gobierno mafioso”. A eso le siguió una ola de amenazas y violencia real (ventanas de oficinas rotas, manifestantes armados marchando frente a la capital) que culminó con el asesinato de seis personas a manos de un demente y un atentado grave a la representante Gabby Giffords (demócrata por Arizona) en un evento comunitario, en el cual resultó gravemente herida.
Ahora, al igual que esos dos casos, nos acercamos a las elecciones de medio mandato del primer periodo de un presidente demócrata en funciones. Ahora, al igual que esos dos casos, los grupos antigobierno de derecha están en ascenso. Hoy, además, es más fácil para un grupo, o incluso una sola persona, desencadenar una masacre. Los explosivos son más ligeros. Los accesorios baratos, fabricados en impresoras 3D, pueden convertir pistolas Glock ordinarias en armas completamente automáticas capaces de disparar más de 15 balas por segundo. Internet y las comunicaciones cifradas facilitan la radicalización y la coordinación general.
El allanamiento del lunes en Mar-a-Lago nos pone en un momento peligroso. El reportero de NBC News Ben Collins, quien rastrea los foros en línea a favor de Trump, tuiteó que las publicaciones del lunes por la noche fueron “tan violentas como las que vi poco antes de los hechos del 6 de enero. Tal vez incluso hasta más”.
Como mínimo, los medios de comunicación y las figuras políticas responsables deberían aconsejarle a la población a esperar a que se conozcan todos los hechos relacionados con la búsqueda en Mar-a-Lago. Pero en cambio, los funcionarios republicanos alentaron la histeria. El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, acusó al Departamento de Justicia de “un estado intolerable de politización convertida en arma”. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, denunció el “uso de las agencias federales como un arma contra los opositores políticos del régimen”. Otros hicieron referencia a “dictaduras marxistas del tercer mundo”, a demócratas “abusando del poder sin recurso”, y a un FBI que intenta “neutralizar a los enemigos políticos”.
Mientras tanto, Newsmax le dio un espacio al excomisionado de la Policía de Nueva York, Bernard Kerik, quien afirmó estar “aterrorizado” de que Trump enfrente un “asesinato”.
Y de Fox News: “Este es el peor ataque a esta república en la historia moderna, punto”, aseveró el locutor de radio Mark Levin. “Estamos en guerra”, sentenció el exasesor de Trump Stephen K. Bannon, afirmando sin fundamento alguno que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, había aprobado el allanamiento. “Necesitamos sofocar al FBI y al Departamento de Justicia”.
Y así siguieron, despotricando sin parar: Dan Bongino de Fox News afirmó que “ya no vivimos en una república constitucional”. El exfuncionario del gobierno de Trump Michael Caputo aseguró que “el FBI es la KGB” tras la “redada estilo militar”. El exdirector de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russ Vought, afirmó querer “desmantelar el FBI en mil pedazos”. La nuera de Trump, Lara Trump, afirmó que “esto debería estremecerte hasta la médula”. La presentadora Laura Ingraham lanzó una amenaza: “Cuando recuperemos el poder, será hora de ajustar cuentas con todos”.
Todas estas son invitaciones abiertas para que los violentos e inestables tomen el asunto en sus propias manos.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 2 de 2
Siguiente
Último
|
|
date and referred to as nicole upset that we had booked a marriage on her wedding date. we were careworn because amber and hdetermined out that we had announced the date and referred to as nicole upset that we had booked a ma
|
|
|
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|