Tomado de Público
Ana Belén Montes fue la espía que más profundamente logró penetrar dentro del Pentágono, llegó a convertirse en la analista principal sobre Cuba del servicio de inteligencia militar, la DIA. Allí trabajó desde 1985 hasta el 2001, cuando fue arrestada acusada de espionaje. En el juicio se declaró culpable de espiar para el Gobierno cubano y explicó: “Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político”. Fue condenada a 25 años de prisión.
A pesar de todo, su nombre es prácticamente desconocido entre los cubanos porque la prensa nacional no la menciona. Sin embargo, desde hace años, el diplomático cubano Néstor García Iturbe ha estado gestionando su libertad de forma muy discreta. Ahora en Cuba se ha creado un comité para promover su liberación, encabezado por el profesor del Seminario Evangélico de Matanzas, Douglas Calvo.
Además se espera que en breve se constituyan otros comités en México y Francia, a los que se suman muchos de los que participaron en la campaña que culminó con la liberación de los cinco agentes cubanos. El profesor Calvo explica a Público que el comité es no gubernamental y “preferimos que el Estado no se implique en este asunto, que sea una iniciativa de nosotros, la sociedad civil cubana”. Se sienten sorprendentemente optimistas, “no creemos que esto se demore tanto, apostamos a lograr un indulto presidencial para la próxima Navidad”, explicó el profesor y agregó que, al fin y al cabo, “el gran delito de Ana Belén fue decir la verdad en sus informes al Pentágono, que Cuba no constituye un peligro para la seguridad de EEUU, que no construimos armas biológicas, en fin fue decir la verdad”.
A diferencia del caso de los cinco agentes cubanos presos en EEUU, a los cuales Cuba se negó siempre a considerar espías, en el caso de Ana Belén Montes, el profesor Calvo reconoce que lo era. Sin embargo, asegura que actuar de esa forma no siempre puede ser considerado un hecho negativo. Pone el ejemplo de “las personas que hoy puedan estar infiltradas en Al Qaeda o en otros grupos extremistas, ellos son también espías. No podemos demonizar a toda persona que realice un trabajo encubierto ni privarla de sus derechos, como ha ocurrido con Ana Belén, la cual está en aislamiento desde hace 14 años”. Ana Belén Montes está recluida en la prisión del Federal Medical Center Carswell, en Fort Worth, Texas, en una dependencia psiquiátrica, calificada por periodistas de los EEUU como “el hospital del horror”.
El profesor Calvo asegura a Público que “allí incluso supuestamente se han suicidado enfermos que estaban en estado de coma. Las condiciones de reclusión son tan duras que Lucy, su hermana, miembro del FBI, aseguró que Ana Belén vive en un infierno”. Douglas Calvo anuncia que el Papa Francisco podría intervenir ante el presidente Obama. “Ahora que ya se demostró que sus informes para la DIA eran ciertos, que no estábamos fabricando armas de destrucción masiva en biotecnología, ya no hay razón para que Ana Belén Montes siga en prisión”, dice el coordinador del Comité por su liberación y agrega que mantenerla así “es perpetuar la guerra fría en un individuo, es pura venganza”.
Alegato de Ana Belén Montes en el juicio.- Washington DC, el 16 de octubre de 2002
“Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma en lo que yo creo: Todo el Mundo es un solo país. En ese “país mundial” el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros “países vecinos”.
Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes formas de actuar de los otros. Él establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados, con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.
Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.
Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo cómo nosotros continuamos tratando de dictar como Cuba debe seleccionar sus líderes, quienes no deben ser sus dirigentes y que leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio –por individuos o gobiernos– lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Yo espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.
Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro Gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Ella permitiría a los cubanos y estadounidenses el aprender como compartir unos con los otros. Esto permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro “país mundial” y en nuestra única “patria mundial”.”
Ana Belén Montes
Analista de la DIA, agencia de inteligencia del Pentágono
Nacida en Alemania, el 28 de febrero de 1957
Hija de portorriqueños
Hermana de Lucy y Tony, ambos agentes del FBI
1979 se graduó de la Universidad de Virginia
1988 obtuvo una maestría en la Escuela de Estudios Internacionales
Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.