Quienes montaron el show de presentación del libro "Primer tiempo" de Mauricio Macri armaron un seleccionado de figuras de la derecha para darle lustre a la velada. Una de las convocadas fue Pilar Rahola, que se deshizo en elogios hacia el expresidente al punto de definirlo como "un tipo que intentó ser un héroe porque cambiar el paradigma de un país en cuatro años no parece un sueño posible". Rahola, elogiada por Macri que dijo estar emocionado por su intervención y actuó en consecuencia, detentó durante años títulos académicos que nunca tuvo.
Autora de libros como La República Islámica de Irán, A favor de Israel y Atrapados en la discordia: conversaciones sobre el conflicto Israel-Palestina, Rahola se presentó por más de diez años en su página web en español como “doctora en Filología Hispánica y también en Filología Catalana por la Universidad de Barcelona”. Pero si se ingresaba al mismo sitio web en catalán no era doctora, sino licenciada, según hizo notar un usuario de Twitter en 2014.
Además de aparecer presentada en esa web como doctora en Filología sin corregir por años el "error", llegó a figurar en inglés en un libro suyo como “PhD in Spanish and Catalan Philology”.
¿Qué explicó cuando salió a la luz que decía ser lo que no era? “Es muy sudamericano, dicen doctora para todo”, se justificó. Rahola también explicó que en realidad es licenciada en Filología, y que el doctorado se lo había dado la Universidad de Chile. Pero no era así. El doctorado por su defensa de la libertad es en realidad de la UNIACC, una pequeña institución privada que la Comisión Nacional de Acreditación de Chile no reconoce para expedir títulos.
Asidua concurrente a los programas políticos, Rahola es una crítica a ultranza del populismo y defensora acérrima del Estado de Israel. Además de autora de varios libros, fue diputada del parlamento español entre 1993 y 2000: primero, por Esquerra Republicana de Catalunya, y luego por el Partit per la Independència. También fue vicealcaldesa de Barcelona. Más cerca en el tiempo, fue integrante del Consejo Asesor para la Transición Nacional, un órgano político destinado a gestionar la independencia catalana. O sea que una crítica del populismo ha representado al independentismo catalán, munido de un nacionalismo propio del populismo que detesta.
Partícipe del show de lanzamiento del libro de Macri, Rahola criticó la presentación del libro Sinceramente, de Cristina Kirchner, en la Feria del Libro. En ese momento consideró “terrible” la apertura de ese escenario a la expresidenta. “Con la fama internacional que tiene, para hacer campaña política. Es nefasto. Incluso se va a prohibir la entrada a la gente que quiera ingresar. Que Cristina lo haga en otro lado, en un estadio de fútbol, no en un templo del conocimiento. La cultura hay que preservarla. Es el último recinto que nos queda, que no nos lo manchen", dijo. Lo curioso de su comentario de neto corte político no lo hizo en un programa de TV sino en la misma Feria del Libro.
¿Mauricio Macri no sabe cuando murió su padre Franco?: el error del libro "Primer Tiempo"
Una de las revelaciones más notables que dejó el expresidente Mauricio Macri en su libro Primer tiempo fue que desconoce la fecha en que murió su padre. O que al menos la olvidó. Como sea, lo que dejó claro es que sumó el fallecimiento de Franco Macri como otra de las excusas que plantea para justificar el fracaso de la gestión de Juntos por el Cambio.
Esto quedó evidenciado en uno de los tramos en los que desanda las explicaciones de por qué su gobierno fue un descalabro político y económico, y en los que responsabiliza de su impericia a todos los factores externos habidos y por haber.
En uno de los párrafos de sus memoria que será más difícil de olvidar, el ex presidente intenta una reflexión y acude a sus recuerdos de lo que ocurrió en 2018, año en que según él “empezaron nuestros problemas cambiarios”.
Por entonces, la pobreza había trepado al 32,2 por ciento, la fuga era una fiesta, a la vuelta de la esquina asomaba el Fondo Monetario (FMI) y aparecían más pruebas de las offshore de la familia presidencial.
“Todos los meses habían tenido sus propios obstáculos y desafíos. Que se superponían, además, con los temas de mi vida privada. Ese febrero murió mi padre, después de meses de agonía muy duros para él y para toda la familia”, reflexionó Mauricio a través de la prosa de su ex ministro Pablo Avelluto y Hernán Iglesias Illia, los dos redactores del libro.
Lo notable es que Franco Macri no murió en 2018 sino en 2019. Y tampoco falleció en febrero, sino en marzo. El 2 de marzo de 2019. O Mauricio olvidó la fecha de la muerte de su padre o la memoria le jugó una mala pasada.
En cualquiera de los dos casos, el error de origen, tal vez registrado en la grabación donde el exmandatario tranmitió sus memorias pudo haber sido saldado en el momento de la edición, que es cuando quien escribe o corrige pone su atención para mantener la coherencia del relato y los datos.
Por lo visto, falló también la lectura revisora del propio expresidente. La equivocación, puesta de relieve por sus críticos en las redes sociales, fue saldada recién en una segunda edición.
De todas maneras, no es la primera vez que Mauricio le echa a su padre la culpa de sus desventuras. Es más, lo hizo de una manera muy cruda a pocos días de su muerte, cuando lo responsabilizó por presuntos hechos de corrupción en los que, como de costumbre, vinculó al kirchnerismo.
“Lo que hizo mi padre era un delito, él formaba parte de un sistema extorsivo del kirchnerismo en el que para trabajar había que pagar”, dijo en una inolvidable entrevista a solo dos semanas de la muerte de Franco.
Macri escribió:“Me sirve hacer este ejercicio para recordar que antes de abril de 2018, cuando empezaron nuestros problemas cambiarios, todos los meses habían tenido sus propios obstáculos y desafíos. Que se superponían, además, con los temas de mi vida privada.
Ese febrero murió mi padre, después de meses de agonía muy duros para él y para toda la familia”.
Pequeño detalle : Franco Macri falleció el 2 de marzo del 2019.
Otro 24 de marzo nos impulsa a la memoria, a no olvidar jamás, a seguir insistiendo en el tema de la justicia. La tortura era masiva y enormemente cruel en la ESMA. Era la herramienta de la dictadura militar. Le llamaban tarea de inteligencia. ¿Por qué “inteligencia”? ¿Puede la práctica más aberrante del ser humano ser calificada de “inteligente”? Sí, fue el general Aramburu el que trajo a los militares franceses de la guerra colonialista en Argelia para que instruyeran a los matarifes de aquí. Hay un libro de Roger Trinquier que se llama “La Guerra Moderna”. Ahí se postula el uso de la tortura sistemática como herramienta para obtener información. En la película “La batalla de Argelia” de Gillo Pontecorvo el comandante del ejército francés de ocupación ofrece una conferencia de prensa. Finalmente un periodista junta coraje y le hace la pregunta que nadie le ha hecho: “General, se dice que aquí, en Argelia, Francia tortura, ¿es cierto eso?” Frío, impávido, el general le responde: “Usted no tiene que preguntarse eso. Tiene que preguntarse, junto a todos los franceses, si quiere que Francia se quede en Argelia. Si lo quiere, no me pregunte por los métodos que usamos para lograrlo”. “La batalla de Argelia” es un filme tan estricto y riguroso que el ejército norteamericano lo usa como manual de contrainsurgencia en la base militar de Guantánamo y en todas las bases que tiene diseminadas por el mundo.
La tortura es el ejercicio más cruel de la violencia. Se les dice “bestias” a los torturadores. Pero esto es injusto con las “bestias”. Los animales no torturan. Luego, a esos cuerpos martirizados pero aún vivos los tiraban al mar. Durante estos días, cercanos al 24 de marzo, la llamada “oposición” agredió a Estela de Carlotto porque dijo que Mauricio Macri (un hombre que se hizo rico bajo el terror militar) tenía que ir preso. Vi a Gabriela Cerruti pronunciar, en la Cámara de Diputados, un vehemente discurso apoyando a Carlotto y denostando a esa oposición beligerante que la atacó. Pero, ¿podrá ir preso Macri? Si el nuevo Ministro de Justicia consigue hacer algo para limpiar del ámbito de la justicia a los jueces que la ofenden, puede ser. Pero será difícil. El dueño del Correo, de las fortunas offshore, el espía compulsivo, tiene demasiado poder, ya sea en la justicia, como en los medios, el empresariado, el llamado “campo” y la clase media anticristinista.
Ahora anda por los medios buscando visibilidad y preparándose para volver a ser candidato. Publicó un libro –ayudado por sus cortesanos- cuyo título es una prepotencia desafiante. “Primer Tiempo”, se llama. Futbolero de alma, MauMac ha recurrido al lenguaje de los estadios. Su gobierno habría sido un primer tiempo. Pero el partido no terminó. Queda aún el segundo tiempo en que él volverá a “hacer lo mismo pero más rápido”, como le dijera a Mario Vargas Llosa. Y así anda diciendo por los canales amigos (o propios, como “La Nación +”, donde ha metido a los periodistas que militan sin pudor alguno por sus intereses) diciendo que necesita un segundo tiempo porque durante el primero no tuvo (precisamente) eso: tiempo. El personaje es de una obstinación digna de alguna buena causa, él no tiene ninguna. Dijo: “Hay gato para rato”. Y parece que eso se propone. Flagelar a los argentinos con otro período presidencial. Créase o no, hay algunos que lo desean. Son los que dicen “Prefiero cagarme de hambre con Macri antes que votar a la Yegua”. Así de horrible es nuestro país. Estamos rodeados por esa clase de gente. Cada vez creo menos en las bondades de la condición humana. Pero aún mucho menos en las de ese pueblo argentino que se concentra sobre todo en la Capital Federal. (Y bastante en Córdoba y Mendoza.)
Entre tantas cosas que MauMac dijo hubo una que despertó comentarios. Que si Perón viviera votaría a Juntos por el Cambio. Eso dijo. Ya había dicho (también a Vargas Llosa en una charla anterior a la citada) que tenía preferencias por “el tercer Perón”. Pero claro que sí. MauMac puede apreciar mucho del tercer Perón. Ese que vino a castigar a la juventud y a toda la izquierda en general, el que aceptó que Isabel, López Rega y Villar armaran la infame Triple A, el que no recibía a la JP porque “esa juventud está cuestionada”. Con este Perón viejo, enfermo y milico (si se quiere: malo) MauMac iría hasta el fin. Pero cuidado: Perón era un hombre de muchas caras. ¿Aceptaría MauMac el Plan Trienal y la Ley de contratos de trabajo? De ningún modo. Perón era populista, nacionalista, estatista y enemigo del libremercado. No votaría a Juntos por el Cambio. Nunca fue tan malo. Durante su primer gobierno (y con Evita exigiéndolo) le dio diez largos años de felicidad al pueblo argentino. MauMac ni un par de horas. Sólo tristezas, amarguras, hambre. Si Dios existe (un cachito aunque sea) no le dará un segundo tiempo.