10 de agosto de 2013, 16:50Por Martin Hacthoun
Buenos Aires, 10 ago (PL) El Instituto Espacio para la Memoria y trabajadores de Cuba en Argentina rememoraron hoy el secuestro y posterior asesinato hace 37 años de dos jóvenes diplomáticos de esa nación caribeña durante la última dictadura militar (1976-1983).
El acto de recordación se realizó en lo que es hoy el Museo Espacio para la Memoria Automotores Orletti, uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que establecieron los mandos dictatoriales para interrogar y asesinar a miles de personas.
En ese sitio en particular funcionó la sede del Plan Cóndor, siniestra operación encubierta que ejecutó la CIA en contubernio con las dictaduras suramericanas para exterminar a quienes tuvieran ideas progresistas, e incluso a sus familiares y amistades, inocentes víctimas del llamado capítulo más oscuro de la historia argentina y de la región.
Los jóvenes diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández, secuestrados en el barrio porteño de Belgrano el 9 de agosto de 1976, fueron vistos vivos por última vez en el centro clandestino de detención Automotores Orletti.
Cejas y Galañena fueron asesinados y sus cuerpos metidos en tanques metálicos de 200 litros, rellenados con cemento y cal.
Tras una larga búsqueda de 20 años por autoridades forenses y judiciales argentinas con el apoyo del historiador cubano José Luis Méndez, sus restos fueron hallados en los campos de la municipalidad bonaerense de San Fernando.
El primero en ser encontrado fue el de Galañena a fines del pasado año y en abril pasado Cejas.
Tras el análisis forense pertinente, las autoridades argentinas entregaron los restos a la Embajada de Cuba, y esta los envió a sus respectivas familias en la isla.
La prestigiosa investigadora socio-política, escritora y periodista argentina Stella Calloni resumió en la ceremonia de recordación lo que significó el siniestro Plan Cóndor, en tanto Eduardo Tavani, director ejecutivo del Instituto Espacio para la Memoria, significó lo que centros como Automotores Orletti representó para el pueblo argentino.
En acto simbólico, la Embajada de Cuba autorizó la entrega de una insignia nacional a esa institución para que se sume a la de países cuyos ciudadanos fueron torturados y exterminados en Automotores Orletti.
José Luis Bertazzo, uno de los sobrevivientes de ese centro clandestino, relató a Prensa Latina que allí fueron torturados y asesinados hombres y mujeres de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, más los dos cubanos.
Ricardo Poggio, coordinador del museo, explicó las labores de restauración que actualmente desarrollan "en ese espacio para mantener viva la memoria", y encabezó un recorrido explicativo por los salones y habitaciones convertidas por los represores militares en cámaras de tortura y muerte.
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