CARLA GLORIA COLOMÉ
Los cubanoamericanos, mayormente asentados en el sur de la Florida, apoyarán como nunca antes al candidato Donald Trump en las elecciones, pero están en contra de que el republicano elimine el parole humanitario que ha permitido la entrada legal a Estados Unidos de más de 111.000 ciudadanos de la isla. Resulta contradictorio, pero las cifras lo reafirman: aunque cada vez es más creciente el fervor rojo en el Estado del Sol, la mayoría no pretende que se termine con el programa de la administración Biden que desde inicios de 2023 incluyó a los cubanos, pero que ya beneficiaba a venezolanos, haitianos y nicaragüenses con una estancia legal de dos años en el país.
Trump ha prometido públicamente que, de llegar a ser el presidente número 47 de Estados Unidos, hará frente a la crisis migratoria y, específicamente, arremeterá contra dos programas que han permitido la entrada legal de miles de emigrantes: la aplicación móvil CBP One, a través de la cual se realizan solicitudes de asilo desde México, y el programa de parole humanitario, que hasta septiembre de 2024 ha beneficiado a 531.000 ciudadanos de las cuatro nacionalidades. “Los revocaría y los expulsaría”, dijo el expresidente sin reservas en una entrevista telefónica con FOX News. “Prepárense para irse, especialmente rápido si son criminales. Van a salir muy rápido”.
Los cubanos, sin embargo, parecen desentenderse ante estas y otras constantes amenazas republicanas de llevar a cabo la deportación millonaria y masiva de emigrantes o de limpiar al país de los “criminales” que cruzan la frontera. La encuesta de la Universidad Internacional de Florida (FIU), que se realiza en la comunidad desde hace más de 30 años, asegura que el 55% de los votantes cubanoamericanos se identifica como republicano, y que el 68% le dará su voto a Trump. Los analistas sostienen que Trump está mucho más fortalecido entre los cubanoamericanos ahora que en las elecciones de 2016, y que se trata de la cifra de aprobación más alta para el candidato republicano, o sea, el doble de lo que acaparó en 2016, cuando fue de un 35%.
Una de las preguntas de la encuesta estuvo dirigida específicamente a averiguar por el apoyo o no del programa de parole humanitario de Biden, y los resultados develaron que un considerable 72% de los participantes estaba a favor del programa, y que un 62% de los republicanos cubanoamericanos no quiere que sea desmantelado.
Los cubanos no se sienten aludidos por Trump
Según Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones cubanas y profesor de Antropología en el Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad de la Florida, la mayoría de los cubanoamericanos no se sienten aludidos cuando Trump hace este tipo de declaraciones antiinmigrantes o incluso amenaza con borrar del mapa un programa que los beneficia a ellos y sus familiares en la isla. “La mayoría de los cubanos, por lo menos en las primeras generaciones, se sienten exiliados más que inmigrantes, y eso hace de alguna forma que el discurso de Trump no pareciera aludir a ellos, pero, en efecto, sí lo hace”, asegura el investigador.
La Ley de Ajuste Cubano de 1966 garantiza que los ciudadanos tengan menos miedo que el resto de los emigrantes cuando el republicano hace estas declaraciones, o cuando la Administración Biden anuncia que el parole no se extenderá más de dos años. Hace unas pocas semanas, cuando todos se preguntaban qué iba a suceder con los primeros venezolanos que llegaron a Estados Unidos amparados por un patrocinador, las autoridades confirmaron que no había una extensión, aunque continuarán recibiendo nuevas solicitudes. En el caso de los cubanos, les basta permanecer de forma legal el tiempo de un año y un día para acogerse a la Ley de Ajuste y solicitar primero la residencia permanente, para en cinco años acceder a la ciudadanía estadounidense.
Hasta el momento todo se vuelve muy confuso y se desconoce qué sucederá con los migrantes beneficiados con el parole que, pasados dos años, no puedan regularizar su estatus, más aún cuando muchos de sus gobiernos no permiten vuelos de deportaciones. Entre los que llegan desde Haití o Venezuela posiblemente podrán optar por el Estatus de Protección Temporal (TPS). A los nicaragüenses, sin embargo, solo les quedaría tramitar una solicitud de asilo. Solamente con el parole se han beneficiado hasta hoy casi 214.000 haitianos, más de 96.000 nicaragüenses y casi 121.000 venezolanos.
Desde que la Administración Biden pusiera en marcha el programa en octubre 2022 como una de sus estrategias para aliviar la crisis en la frontera -que ha sido tema fundamental en esta campaña presidencial-, el decrecimiento de los números hablan de resultados esperados. La Oficina de Protección de Fronteras y Aduanas (CBP) aseguró que desde que se implementaran estos procesos de entrada legal al país los encuentros en la frontera han disminuido en un 99%.
El parole humanitario ha estado expuesto a todo tipo de críticas y más de una amenaza de eliminación. Unos 21 Estados republicanos demandaron al Gobierno federal a causa de un programa que, según afirman, los obliga a invertir sumas millonarias en atención médica, educación y seguridad pública para los inmigrantes. También fue señalado y hasta puesto en pausa de manera temporal cuando las autoridades detectaron que los patrocinadores estaban cometiendo fraude en los procesos.
FUENTE: EL PAÍS