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General: Jean-Luc Mélenchon y el avance de la Izquierda en Francia
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 09/07/2024 23:27 |
VICTORIA EN FRANCIA ! ! ! ! ! !
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Victoria del Nuevo Frente Popular en el balotaje
Ganó la izquierda y la democracia francesa respira aliviada
La izquierda republicana obtiene una mayoría relativa en la Asamblea Nacional y la extrema derecha se repliega. Mélenchon reclama que el nuevo primer ministro sea de su coalición.
El domingo 9 de junio luego de perder las elecciones europeas el presidente Emmanuel Macron generó un terremoto político, disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones. La extrema derecha de Agrupamiento Nacional (RN), ganadora de la primera vuelta, tenía las mejores expectativas para obtener una mayoría de diputados en el balotaje. En sólo cuatro días La Francia Insumisa (LFI), el Partido Socialista (PS), el Partido Europa Ecología Los Verdes (EELV) y el Partido Comunista (PCF), armaron una coalición de izquierda, el Nuevo Frente Popular (NFP). Esta coalición, en base a un programa y a candidatos comunes, ha logrado ganar la mayoría relativa en la Asamblea Nacional, donde alcanza unos 190 diputados.
La segunda fuerza política en esta nueva Asamblea será integrada por la coalición oficialista, Juntos (E!), que ha sido la principal derrotada en esta elección que de 250 diputados baja a 160. Agrupamiento Nacional, triunfante en la elección europea, no alcanzó los objetivos en esta segunda vuelta electoral. Todos los sondeos de opinión daban a la extrema derecha como vencedora para este domingo 7 de julio. Jordan Bardella, el candidato a ser primer ministro en caso de triunfo de RN, afirmaba que tendrían mayoría absoluta en la Asamblea, es decir, 289 diputados. Pero la expectativa se ha visto frustrada, finalmente han quedado lejos de esa cifra, y hasta este momento alcanzan unos 140 diputados.
Desde que Macron fue reelecto en 2022, el gobierno ha estado en manos de la coalición oficialista que tenía la mayoría relativa. Esta realidad tal vez ha llevado a Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, grupo mayoritario dentro del Nuevo Frente Popular, a plantear que el presidente debe llamar a un miembro del NFP, presumiblemente para nombrar un primer ministro de esa fuerza política. Antes exigió la dimisión del primer ministro Gabriel Attal.
Primeros anuncios
Mélenchon anunció que las primeras medidas que debe tomar el nuevo gobierno es la de aumentar el salario mínimo, derogar la reforma macronista que aumentó la edad de la jubilación de 62 a 64 años y congelar los precios de productos de primera necesidad ; ideas pilares del programa de NFP.
Esta primera alocución luego del cierre de las urnas, desató la tormenta política librada en los medios de comunicación franceses.
El primer ministro Attal anunció, luego del discurso de Mélenchon, que presentará su renuncia este lunes.
Jordan Bardella, el gran derrotado de la jornada, si lo medimos por las expectativas que tenía hasta hace tan sólo 24 horas, habló de "alianza del deshonor" entre Macron, Attal y la extrema izquierda. Y esta fuerzas políticas que según Bardella encarnan una suerte de "partido único", serían las responsables de frustrar a millones de franceses.
La realidad es que el frente republicano que formaron los socialdemócratas, la derecha liberal y la izquierda para impedir que la extrema derecha se hiciera con la mayoría, ha dado resultado, pero está lejos de ser una alianza de gobierno y mucho menos "partido único".
¿Melénchon primer ministro?
A partir de este lunes se abre la discusión sobre quien será el nuevo primer ministro. La primera plaza la tiene el NFP. Dentro de esta coalición de izquierda deberán ponerse de acuerdo sobre un candidato a presentar al presidente Macron, quien es el que debe nombrar al primer ministro, tal como lo establece la constitución. La figura que desata las pasiones encontradas es siempre la de Jean-Luc Mélenchon, el líder que le quita el sueño a las élites y a los rivales políticos. ¿Será Mélenchon el nuevo primer ministro ? Muchos aliados se precipitan a negarlo, como el eurodiputado socialista Rafael Gluksmann o el secretario nacional del PCF, Fabien Roussel, que perdió su banca en la Asamblea.
El presidente puede nombrar como primer ministro a un miembro de NFP, o tratar de dividir a Nuevo Frente Popular explotando las diferencias hacia el interior de la coalición de izquierda, excluir a LFI y tratar de gobernar con NFP y otros aliados. También se especula con la formación de un gobierno de técnicos. Desde el entorno de Macron expresan su satisfacción por el freno puesto a la extrema derecha pero reconocen la incertidumbre sobre como será el próximo gobierno.
En Francia el presidente es el jefe de Estado, de las Fuerzas Armadas y lleva adelante las relaciones exteriores. Pero el gobierno del país es ejercido por el primer ministro y el resto de los ministros que componen su gabinete. Desde la presidencia de Sarkozy, entre 2007 y 2012, el jefe de Estado asumió un rol hiperpresidencial, desbordando las tradicionales funciones del poder ejecutivo, y Macron continuó con este estilo de gobierno. Por esto la oposición a Macron calificó al presidente de "Júpiter", en referencia al padre de los dioses de la mitología romana. El resultado de las elecciones de este domingo sentencian el fin de la era jupiteriana. Pero lo más importante es que la ultraderecha antiinmigrante ha sido derrotada.
Esta novedad política es algo que continuaba celebrando una multitud en plaza de la República de París por la noche. La movilización social ha sido muy importante, desde el 9 junio pasado en que se vislumbró la amenaza de un potencial gobierno de extrema derecha en Francia. Los partidos políticos del arco republicano, los sindicatos, los movimientos sociales, artistas y deportistas se movilizaron, se expresaron y alertaron sin pausa contra el riesgo de un gobierno que restringiría las libertades y que atacaría la igualdad dividiendo a los franceses entre buenos y malos, blancos y negros, católicos y musulmanes... La gran movilización social está detrás del fracaso de RN y no sólo la estrategia de los partidos políticos que construyeron el dique republicano a la ultraderecha.
En este último mes fuerzas oscuras, latentes en la sociedad, se despertaron y sintiéndose mayoritarias se lanzaron abiertamente a atacar, insultar, amenazar a diferentes minorías. Se multiplicaron por estos días las denuncias de agresiones verbales y físicas por parte de personas homosexuales y otras diversidades ; de ataques islamófobos y de agresiones a inmigrantes africanos y asiáticos. El miedo se instaló en estos sectores sociales, la angustia frente a un escenario que parecía inevitable se ha desvanecido y la democracia respira de nuevo. Una palabra que describe el resultado electoral dentro de vastos sectores de la población francesa es alivio.
Las fuerzas de la derecha racista y autoritaria se repliegan y la encrucijada que enfrentó la sociedad dio el triunfo a la izquierda republicana, que defiende un modelo de justicia social y justicia ambiental. La mayoría relativa del Nuevo Frente Popular es el mejor de los resultados posibles para la República.
La batalla electoral que vivió Francia, podría verse como una lucha que libra el gran capital por incrementar sus márgenes de ganancias a costa de la degradación social. Las élites mundiales empujan a las sociedades a instalar gobiernos de extrema derecha que garanticen las políticas neoliberales que generan gran rechazo popular.
Francia ha tenido expresiones muy claras de ese rechazo, el movimiento de los chalecos amarillos en 2018 ; y la ola de huelgas y movilizaciones contra el aumento de la edad de la jubilación impulsado por Macron en 2023.
Frente a la resistencia de los ciudadanos a las políticas que aumentan la desigualdad, la respuesta del mercado pareciera inclinarse a la promoción de nuevos fascismos. De tal manera crean divisiones y enfrentamientos en el seno de las sociedades para continuar con las políticas neoliberales que comenzaron a aplicarse de manera experimental con las últimas dictaduras en Chile y Argentina.
El sistema de gobierno de democracia liberal no facilita las políticas de concentración económica y precarización del trabajo. El ascenso de las derechas se manifiesta en Francia y el mundo como una vía para consolidar el poder de los grandes grupos económicos. No obstante hoy la democracia francesa ha cosechado una victoria.
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Francia, a salvo de una catástrofe
Hoy es un día de fiesta para quienes luchan por construir un mundo mejor: el fascismo ha sufrido una durísima derrota en Francia, cuando todos los opinólogos auguraban su casi inexorable victoria en las elecciones celebradas este domingo en el país galo. En un giro tan notable como imprevisto el Nuevo Frente Popular, que ya la semana pasada había hecho una magnífica elección pero llegando en segundo lugar detrás de la ultraderecha, pasó decididamente al frente y obtuvo la primera mayoría en la Asamblea Nacional. No logró la mayoría absoluta, pero la tradición de la Quinta República francesa, fundada en 1958, establece que a quien obtiene la primera minoría le corresponde la designación del Primer Ministro.
Ahora bien: dado que el régimen político de Francia es una combinación entre un presidencialismo atenuado y un parlamentarismo igualmente acotado el presidente Emmanuel Macron podría, extendiendo sus atribuciones más allá de lo tradicional, hacer caso omiso del veredicto de las urnas y designar a un Primer Ministro de su gusto, claro que con el riesgo de crear una crisis política de proporciones a escasas tres semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París.
Es que tras su apariencia mesurada y serena Macron resultó ser un apostador empedernido. Lo hizo cuando en las elecciones al Parlamento Europeo la ultraderecha de Marine Le Pen se alzó con el 32 % de los votos y Macron optó por una medida radical: disolver la Asamblea Nacional y convocar a su renovación. Su cálculo era que ante una nueva compulsa electoral lograría recomponer su base social y derrotar tanto al neofascismo de Le Pen y sus seguidores como a la acrecentada gravitación de la izquierda. Subestimó sin dudas la impopularidad de sus medidas económicas más importantes, entre ellas el aumento de la edad legal requerida para jubilarse de 62 a 64 años, el incremento en el precio de los combustibles y otras políticas que afectaron negativamente las condiciones de vida de amplias capas de la población.
Todo esto en un contexto en donde un presidente por momentos desquiciado hablaba, y habla todavía, con suprema irresponsabilidad de atacar a Rusia y declararle la guerra. No extrañaría, pues, que quisiera hacer otra jugada de ese tipo desconociendo la nueva correlación de fuerzas de la Asamblea Nacional y designar como PM a alguien de cualquier otra fuerza política. Poco probable, dado el escándalo que desataría, pero no habría que descartarlo.
Lo ocurrido este domingo, unido a la catastrófica derrota del Partido Conservador en el Reino Unido, podría ser un hito que marque el fin de la oleada neofascista o ultraderechista en Europa y, probablemente, también en Latinoamérica. Lo ocurrido el jueves pasado en las islas británicas y este domingo en Francia son pésimas noticias para los fascistas de esta parte del mundo, comenzando por la Argentina cuyo esperpéntico presidente no ha hecho otra cosa que hundir en la miseria a la enorme mayoría de la población, derrumbar todos los indicadores de actividad económica, pelearse con medio mundo y desairar al resto, mientras se arrastra por las cloacas de la política mundial para mostrar su indigna sumisión ante los dictados de Washington y Tel Aviv. En un par de días el contexto de la política internacional ha cambiado significativamente y el pendenciero bufón del imperio comienza a sentir el lóbrego frío de la soledad.
Sería arriesgado suponer que la notable reacción francesa se reproduciría también en estos lares. Pero es un antecedente de peso que no puede ser soslayado porque demuestra que si se rompe el blindaje reaccionario erigido por los medios de comunicación hegemónicos y la voz de alerta llega a amplios segmentos de una población en muchos casos muy despolitizada se pueden obtener resultados muy alentadores. Ilustra lo anterior el impacto de la llamada hecha por Kylian Mbappé, ídolo deportivo y capitán de la selección francesa de fútbol, cuando declaró que “No podemos dejar el país en las manos de esa gente” (refiriéndose a los neofascistas). Allí donde los políticos tropezaron con muchos obstáculos para hacer llegar un mensaje claro sobre la necesidad de detener la ofensiva derechista lo logró con holgura una gran figura deportiva, y los resultados están a la vista.
Para concluir: la elección francesa demuestra también otra verdad reiterada hasta el cansancio en los últimos tiempos pero no siempre reconocida por la dirigencia del campo progresista: no existe la ancha avenida del centro. Es una desafortunada ilusión, madre de tantas derrotas. Se gana con un programa claro y explícito de izquierdas, como en México, en el Reino Unido y ahora en Francia, o triunfan los sórdidos emisarios del pasado, de la rección, de la dictadura, como los Milei, los Bolsonaro y tantos otros. El progresismo y el campo nacional-popular están ante un dilema existencial: o se radicalizan por izquierda o su gravitación electoral irá languideciendo como el PRI en México y, si bien de un modo un tanto más moderado, el Partido del Congreso en la India.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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El franchute tramposo de Macron traiciona el voto popular.
Ahhhh... pero el mundo "occidental y cristiano" no le reclama que respete la Democracia (como hacen con Nicolás Maduro).
El presidente francés apeló a la "estabilidad institucional" para justificar su postura
Macron rechaza nombrar un gobierno de izquierda y extiende las consultas políticas
La coalición Nuevo Frente Popular fue la más votada en las últimas elecciones legislativas, pero Macron cree que un primer ministro progresista no sobreviviría a mociones de censura.
"Estén a la altura de las circunstancias"
"El presidente de la República constató que un gobierno basado únicamente en el programa y los partidos propuestos por la alianza con más diputados, el NFP, sería inmediatamente censurado por todos los demás grupos representados en la Asamblea Nacional", indicó el Elíseo en un comunicado, al concluir la ronda de consultas entre Macron y los bloques políticos.
En un contexto delicado, Macron llamó "a todos los dirigentes políticos para que estén a la altura de las circunstancias demostrando un espíritu de responsabilidad". Macron sacudió Francia con el adelanto de las legislativas previstas en 2027 al 30 de junio y 7 de julio pasados para pedir una "aclaración" a los electores a raíz de la victoria de la ultraderecha en los comicios europeos.
Pero este escenario sumió a Francia en un bloqueo político, ya que ninguno de los tres principales bloques surgidos de los comicios (izquierda, centro y extrema derecha) alcanza la mayoría de 289 diputados. El NFP, formado por socialistas, comunistas, ecologistas y el partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI), se impuso en las elecciones con 193 diputados y propuso como primera ministra a la economista de 37 años, Lucie Castets.
La alianza de centro de Macron obtuvo por su parte 166 diputados, seguido del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y sus aliados (142) y del partido de derecha tradicional Los Republicanos (LR, 47). Casi dos meses después de los comicios, Macron inició el viernes una ronda de consultas con los partidos y, en virtud de estas, consideró que "la estabilidad institucional" de Francia "impone no retener esta opción" de Castets, según el comunicado publicado este lunes.
"Circunstancias excepcionales"
El presidente anunció un nuevo ciclo de consultas el martes con los jefes de partidos y "personalidades con experiencia al servicio" de Francia. A diferencia de los países vecinos, donde el poder de los jefes de Estado es protocolar, Macron comparte el poder ejecutivo con el gobierno, que puede ser de otro color político. Al presidente le corresponde nombrar al jefe de gobierno, aunque en la práctica cualquier candidato debe ser refrendado por la Asamblea Nacional.
"Mi responsabilidad es garantizar que el país no quede bloqueado ni se debilite", aseguró Macron en el comunicado, apelando a "los partidos de gobierno" a no olvidar "las circunstancias excepcionales" de la segunda vuelta. La presidencia francesa indicó que otras formaciones más allá del NFP ven margen para colaborar con "diferentes sensibilidades políticas" e incluso apoyar un gabinete liderado por una persona ajena a su grupo.
Aunque los sondeos daban como ganadores a la extrema derecha de Marine Le Pen y sus aliados, el NFP y la alianza de centroderecha de Macron retiraron sus candidatos con menos posibilidades, para favorecer a aquellos que podían derrotar a la ultraderecha. LFI participó en este "frente republicano" contra Le Pen, pero tanto la alianza de Macron como la derecha rechazaron luego que esa fuerza forme parte de un gobierno.
Bronca de la izquierda
Mélenchon abrió el fin de semana la puerta a que LFI no entrara en el gobierno para allanar el nombramiento de Castets, pero el rechazo se mantuvo y el primer ministro, Gabriel Attal, lo acusó de un "intento de golpe" con su "simulacro de apertura". Macron anunció un nuevo proceso de consultas el martes pero, poco antes, el NFP dijo que no se reunirá de nuevo con él si no nombra a Castets.
Macron subrayó en su declaración de este lunes las convergencias entre su alianza y LR, que rechaza sin embargo aliarse con el gobierno, y llamó a socialistas, ecologistas y comunistas a "cooperar con el resto de fuerzas políticas", lo que rompería el NFP. El jefe de Estado no puede convocar nuevas elecciones legislativas antes de julio de 2025. A la espera de un nuevo gobierno, Attal lleva 41 días como primer ministro en funciones, un récord desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
La presidenta del grupo de LFI en la Asamblea, Mathilde Panot, confirmó en redes sociales que votarán en contra de cualquier otro primer ministro que no sea de izquierda. "No permitiremos que no se respete la voluntad popular", señaló Panot, quien agregó que si Macron persiste en su negativa iniciarán "un proceso de impeachment en su contra, de conformidad con el artículo 68 de la Constitución".
"El comunicado de Emmanuel Macron es una vergüenza", criticó por su parte la secretaria nacional de Los Ecologistas, Marine Tondelier, que además tachó de "irresponsable" el razonamiento del presidente, al alegar estabilidad pese a haber sido él quien decidió disolver por sorpresa la Asamblea Nacional en junio. El líder del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, llamó a una gran "movilización popular".
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Se le está complicando al franchute de Macron.
Tanto la izquierda como la ultraderecha tumbaron al primer ministro que eligió Macron
Se sacude el tablero en Francia: Barnier perdió la moción de censura y queda afuera del Gobierno
Con 331 votos a favor, la Asamblea de Francia aprobó la moción de censura que terminó con el Gobierno del conservador Michel Barnier..
Triste y solitario final
El Gobierno francés del conservador Michel Barnier perdió este miércoles en una moción de censura que reunió 331 votos procedentes de la izquierda y la extrema derecha (bastaba con 288), tres meses después de su nombramiento para el cargo.
En su alocución previa, el primer ministro francés, Michel Barnier, había asegurado que Francia "atraviesa una realidad" difícil en términos económicos "que no desaparecerá con una moción de censura", y avanzó que esta "hará que todo sea más grave y más difícil".
En un marcado tono de adiós, en el que ha llegado incluso a despedirse del personal de la Asamblea pese a que restaban unos minutos para el inicio de la votación, Barnier ha hecho un último llamamiento a la "responsabilidad" y ha alertado de los peligros que corre el país en caso de que caiga su Gobierno.
"No me resigno a la idea de que la desestabilización institucional pueda ser el objetivo que una en esta cámara a una mayoría de diputados", ha dicho el exnegociador europeo del Brexit, que caerá previsiblemente por la unión de los votos de la izquierda y de la extrema derecha.
El todavía jefe del Gobierno ha negado que haya presentado unos presupuestos de austeridad, aunque ha reconocido que le hubiera gustado "repartir más dinero, pero no lo había".
Con una deuda de 3,2 billones de euros, ha dicho, Francia debe pagar cada año 60.000 millones de euros de reembolso de su deuda, una factura que puede crecer si, como ha augurado, los tipos de interés suben por la inestabilidad del país.
Le Pen: "Vamos a acabar con un Gobierno de apariencias"
La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, ha justificado su voto favorable a la moción de censura para acabar "con un Gobierno de apariencias" que ha querido "prolongar las políticas" del presidente, Emmanuel Macron, y que "por intransigencia, dogmatismo y sectarismo ha impedido la más mínima concesión" a la oposición.
"La política del caos sería no acabar con este Gobierno", ha llegado a esgrimir ante el pleno de la Asamblea Nacional Le Pen. La líder ultraderechista ha acusado al primer ministro de apoyarse en las mismas recetas que Macron ,"desautorizadas en las urnas" en las pasadas elecciones legislativas, lo que le convirtió en "un Gobierno desprovisto de bases democráticas".
Le Pen ha asegurado que Barnier rechazó las exigencias de su grupo en materia de inmigración, de lucha contra la inseguridad y de protección del poder adquisitivo, y le ha acusado de aplicar "una contabilidad fría, ideada en despachos burocráticos sin ponerse en el lugar de los ciudadanos" a la hora de elaborar el proyecto de presupuesto.
"Este presupuesto va contra los franceses, sobre todo los más débiles, los que tienen una pequeña pensión, los enfermos, los trabajadores pobres, esos considerados demasiado ricos para ser ayudados y no lo suficientemente pobres como para ahorrarles la apisonadora fiscal", ha denunciado.
Attal: "Cometen un error ante la historia"
"Cometen un error ante la historia", ha afirmado el macronista Gabriel Attal, al defender el Gobierno del conservador Michel Barnier. "Francia necesita estabilidad y el mundo necesita una Francia estable", ha manifestado Attal, al subir a la tribuna de la Asamblea Nacional como líder del grupo parlamentario centrista Ensemble pour la République (Unidos por la República), durante el debate previo a la votación de la moción de censura.
El que fuera el predecesor de Barnier en el palacio de Matignon ha asegurado que Francia está "enferma" pero no encontrará el antídoto ni en las recetas de la extrema izquierda –en referencia a La Francia Insumisa, el partido de Jean-Luc Mélenchon– ni en la extrema derecha de Marine Le Pen, que son los dos bloques que han interpuesto mociones de censura contra Barnier.
Por eso, aunque sean de partidos diferentes, sus diputados respaldarán a Michel Barnier –quien pese a venir de la derecha tradicional fue nombrado por el presidente, Emmanuel Macron– y no precipitarán a Francia a "lo desconocido", ha afirmado Attal.
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De: Quicor |
Enviado: 18/12/2024 19:21 |
Está claro que la izquierda siempre rompe por el mismo sitio: el PS.
Por el momento solo son tanteos pero da mala espina. |
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