Hace poco, me di cuenta que cada día conozco
nuevas personas que quizás me hacen sentir por un momento bien, me
divierten o a lo mejor, solo me hacen pasar malos ratos e intento
olvidarlas.
Siento que pocas veces he podido sentarme a
pensar sobre lo que en verdad valen para nosotros los amigos, pues como
los tenemos ahí siempre, no necesitamos más nada, solo su presencia.
Un día, yo tenía un amigo, un buen amigo,
al que le entregué toda mi confianza, al que me cegué porque creí que
como yo lo quería, él me quería también... Y no era así, y mis otros
compañeros me hicieron abrir los ojos (aquellos que nunca tomaba en
cuenta) y abrí mis ojos, y me di cuenta que era verdad, pues solo me
recostaba a él, sin pensar en todos los que perdía en esos momentos.
Y cuando empecé a abrirme a ellos pude entender lo que en verdad valen
los Amigos, pues: ¿A quién no le gusta que nos llamen para decirnos
solo