En "Transformers 2: La venganza de los Caídos" han pasado dos
años desde que Sam Witwicky y los Autobots salvaran a la raza humana de la
invasión de los Decepticons. Ahora se prepara para el mayor desafío de su vida:
salir de casa y marcharse a la universidad. Pese a su extremado heroísmo, la
batalla de Mission City se ha convertido en una leyenda urbana conocida
solamente por algunos teóricos de la conspiración. Sam sigue siendo un
adolescente normal con las preocupaciones cotidianas y la emoción de hacerse
adulto, separándose de sus padres por primera vez y comprometiéndose a serle
fiel a su novia Mikaela. Por supuesto, también tiene que intentar explicar su
partida a su robot guardián, Bumblebee.
Marcharse de casa es algo que
los Autobots entienden muy bien. Con la destrucción de la Allspark, Cybertron,
el planeta donde vivían los Transformers, se ha vuelto inhabitable, y los
Autobots sobreviven como pueden en la Tierra, trabajando conjuntamente con el
ejército como parte de un equipo súper secreto llamado NEST. Actuando mano a
mano con sus homólogos humanos, el mayor Lennox y el sargento de la Fuerza Aérea
Epps, el equipo NEST pretende atrapar a todo Decepticon que pueda seguir
escondido en la Tierra. Por desgracia, aunque los Autobots intentan llevar una
nueva vida entre los humanos, descubren que puede que no sean
bienvenidos.
Un asesor de seguridad del gobierno, Theodore Galloway,
decidido a demostrar que todos los Transformers deberían ser expulsados de la
Tierra, se esfuerza por acabar con NEST, en la creencia de que la mera presencia
de los Autobots pude poner en peligro a la raza humana. Optimus Prime, el jefe
de los Autobots, accede a abandonar nuestro planeta si los gobiernos del mundo
así lo desean- pero le advierte a Galloway que tenga en cuenta lo que puede
pasar si los Autobots dejan indefensa a la Tierra.
Mientras tanto, en la
universidad, Sam se adapta a su prepotente y engreído compañero de habitación,
Leo, y a una tentación igualmente agresiva bajo la forma de una nueva compañera,
Alice. Sam hace lo que puede por acomodarse a la vida universitaria, hasta que
es asaltado de pronto por visiones que chispean como rayos por su cerebro. Los
Decepticons se enteran pronto de algo que Sam ignora: que sólo él tiene la clave
del resultado de la lucha entre el mal y el poder supremo del bien.