Sólo cuando estás bien
contigo mismo puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando manejas tu
soledad, puedes manejar una relación.
Necesitas valorarte
para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar y aceptarte para
aceptar,ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te
dará la paz que tu mism@ no posees en tu interior.
Ninguna relación te
brindará la felicidad que tú mism@ no construyas.
Solo podrás ser feliz
con otra persona cuando seas capaz de decirle bien convencid@:
"No te necesito para
ser feliz".
Sólo podrás amar siendo
independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni
manejar a los que dices querer.
Sólo se podrá ser feliz
cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad, no para hacerse
felices la una a la otra.
Para amar necesitas una
humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una
libertad responsable.
Pretender que otra
persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía
narcisista que sólo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho,
madura, y el día que puedas decirle a la otra persona
"Sin ti me lo paso
bien", ese día estarás más preparad@ para vivir en pareja.
¡¡Qué tema el del
amor...!!!
¿Quién puede amar
así?
Nos hemos educado con
la idea de la "media naranja", sin la que somos seres incompletos que
necesitamos del otro, para encontrar la sensación de plenitud. Los cuentos de
hadas siempre terminan con el encuentro del príncipe azul y el consabido "y
vivieron felices".
Y creemos en esos
cuentos.
Y nos empecinamos en
vivenciarlos…
Aparecen, entonces,
frases como "el otro me hace sufrir", "el otro no me
comprende" y permanecemos atados a relaciones donde seguimos esperando que algo
externo a nosotros cambie y nos traiga la paz, el equilibrio, el amor, la
felicidad.
Nada encontraremos en
el otro, si primero no lo hallamos en nosotros.
Éste es
un largo proceso que puede tomarnos toda la vida.
Al transitar ese
camino, nos encontraremos con partes nuestras que preferiríamos no reconocer,
colmadas de dolores, de miserias personales... pero valió la
pena.
Antes de acudir al
encuentro del otro, deberíamos intentar el encuentro con nosotros
mismos...
CARIÑOS.AIMAR.