****BICENTENARIO DE LA
REVOLUCIÓN DE MAYO****
1810-2010
La llamada Revolución de Mayo fue un proceso histórico
que resultó en la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810 y habilitó
el camino hacia la independencia del país,
el 9 de julio de 1816.
Los hechos de Mayo no hicieron más que cristalizar un
movimiento liberador que venía buscando, desde 1806, mayor participación
política y económica de los criollos.
Así, el 22 de mayo de 1810, luego de que llegara la
noticia de la caída de la corona española en manos de franceses, los criollos
convocaron a un Cabildo Abierto que tuvo que ser aceptado por el Virrey
Cisneros, representante de España en el país.
Luego de 4 días de debates y revueltas, se tomó la
decisión de conformar una Junta criolla que asumiera el Gobierno de la Nación
hasta tanto la Corona Española fuese liberada de la dominación
francesa.
Así, el gobierno popular quedó formado por intelectuales
y militares criollos que venían desde hacía años luchando por la revolución
independentista: Cornelio Saavedra, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel
de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, Juan José Paso y
Mariano Moreno. A partir de este hecho, la lucha por la independencia fue un
camino inevitable que desembocó en el Congreso de Tucumán del 9 de julio de
1816.
La conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810
constituye una oportunidad única para que los argentinos pensemos y
reflexionemos juntos acerca de nuestro pasado, presente y futuro.
En este sentido, el 2010 nos permite hacer un balance de
nuestra historia y proyectar un mejor mañana, para discutir y acordar metas,
objetivos, políticas y estrategias para concertar y construir un proyecto de
país.
La celebración incluye la participación de todos los sectores
sociales, políticos y económicos, todas las regiones del país y todas las
instituciones en tanto el Bicentenario pertenece a todos y a cada uno de los
argentinos, y la conmemoración en esta oportunidad debe involucrar activamente a
la multiplicidad de voces e identidades de nuestra sociedad y representar
cabalmente su participación en la construcción de la Argentina.
En efecto,
la verdadera fortaleza de un país reside en forjar un sentimiento nacional que
sea compartido por todos sus habitantes, es por eso que la celebración de la
Revolución de Mayo refleja al mismo tiempo algunas cuestiones fundamentales:
unidad territorial, identidad cultural y visión de futuro.
Nuestra identidad
sólo puede ser entendida en el contexto regional más amplio que nos abarca, ya
que este festejo de 200 años de vida independiente es compartido por la mayor
parte de los países de la región y pone en evidencia la convergencia de nuestros
pueblos y procesos históricos.
Desde Latinoamérica nos proyectamos al mundo.