Las radiaciones acuarianas estimulan la creatividad. Responderemos más eficientemente
a esas radiaciones si realizamos un esfuerzo consciente en ese sentido. Prestemos
atención, por consiguiente, a las actitudes y técnicas que facilitan la creatividad.
La persona creativa tiene el coraje de ser diferente e intentar algo nuevo. Mientras
alguien sienta que debe pensar y actuar como todos los demás, no será creativo.
Mientras alguien tenga miedo de hacer algo diferente porque otros podrían reírse de él,
no será creativo. La persona creativa tiene por lo general sentido del humor y le divierte
relacionar ideas de un modo lúdico e inusual y a menudo se reirá con otros de lo curioso
de sus creaciones.
La persona creativa contempla los hechos comunes desde perspectivas nuevas, se hace
preguntas que a otros no se les ocurriría formular y luego busca respuestas a esas
preguntas. Aparta de su mente las viejas ideas y mira el mundo con los ojos de un niño.
Se permite olvidar que le han dicho que los zapatos son para los pies y comienza a
preguntarse qué ocurriría si se los pusiera en las manos. Se permite olvidar que al
escribir, la pluma se mueve y el papel permanece fijo. No le satisface lo que aprendió en
el colegio, que “La gravedad atrae los objetos hacia la Tierra”, y comienza a preguntarse
qué es la gravedad y cómo tiene lugar verdaderamente esa atracción. Ha visto la ropa
tendida para secar muchas veces pero aún puede contemplarla con asombro y
preguntándose cómo hace el agua para elevarse desde la ropa.
La persona creativa puede imaginar algo que no ha visto o que sólo ha visto
parcialmente. Puede imaginar la apariencia del cuarto si los muebles se cambiaran de
sitio, o de qué manera una herramienta nueva facilitaría un cierto trabajo, o qué cadena
de acontecimientos podrían haber originado unos resultados determinados.
La persona creativa es de pensamiento flexible. Está deseosa de cambiar sus
pensamientos a medida que la situación lo requiera. Está deseosa de considerar muchas
soluciones diferentes a un problema concreto. Cuando una de las soluciones propuestas
demuestra no ser eficaz, está deseosa de probar otra. La persona creativa juzga sus
creaciones por sus propios criterios, no por lo que otros piensen. La guía su visión
interna, no las alabanzas o la crítica procedentes del exterior.