Para que
yo sofoque del fuego que me quema,
la llama que me incendia, que me arde y me
devora,
ya no me basta el agua que está en mi cantimplora,
ni el agua de
los mares, ni escribir un poema.
No basta ni el aliento del viento que me
ignora,
ni el goteo constante de las estalactitas,
la brisa que decora las
blancas margaritas,
ni la marina tromba de furia arrasadora.
Sería
suficiente tal vez con escucharte,
con verte, con hablarte, con estar a tu
lado,
hundido en el encanto de un mundo de placeres.
Sería suficiente,
mi cielo, con amarte,
fundirme en tu regazo y estar enamorado
contigo y a
tu lado, sabiendo que me
quieres.
Bendiciones lindos amigos
ANA