¡Ocuparse de sí mismo es bueno para los demás!
Cultivar el respeto hacia uno mismo es la base del respecto
hacia el otro. Cuidarse repercute favorablemente en nuestro entorno: si
satisfacemos nuestras propias necesidades dejaremos de esperar que las llenen
los demás.
Protegernos del exterior respetando nuestras necesidades y
nuestro ritmo interior significa dejar aflorar las dimensiones afectiva,
intuitiva y creadora. Sin estos aspectos, nuestra relación con el mundo se
vuelve mecánica, insípida. Dedicarnos tiempo nos pone en contacto con nuestro
equilibrio interior, fortaleciéndonos ante los imprevistos.
La admiración que despiertan los spa o los retiros
espirituales evidencia la necesidad de muchas personas de huir de la rutina
diaria. Pero hacer un retiro espiritual no es la única manera de obtener la
calma interior. Ésta puede simplemente experimentarse de manera
cotidiana.
¿Cómo cuidar de uno mismo?
¿Quieres estar solo? ¿Acompañado? ¿Buscas evadirte?
¿Reencontrarte con la naturaleza? ¿Hacer deporte? ¿Salir de fiesta? ¿Preferirías
no hacer nada? Sea cual sea el mecanismo que utilices para sentirte mejor, lo
importante es que prestes atención a algunas cosas:
- Identifica tus
necesidades físicas, psíquicas y afectivas. Esto te permitirá elegir el modo de
cubrirlas. Y aprende a decir “no” a las demandas externas.
- Haz descansos. Las
pausas deben figurar en tu lista de prioridades. Prueba a agendarte los ratos
libres como harías con cualquier actividad.
- Mantén en mente los
objetivos que te habías fijado ya que suele ser difícil colmar las necesidades
instantáneamente. Pero en cuanto puedas, date los medios para
satisfacerlas.
Estas resoluciones no siempre son fáciles de mantener pero con
un poco de voluntad y disciplina puedes alcanzar el ansiado bienestar. ¡Así que
no dudes en mimarte más a menudo!
CARIÑOS
AIMAR