Una joven
esposa estaba sentada en un sofá en un cálido y húmedo día, bebiendo té helado y
charlando con su madre. Mientras hablaban sobre la vida, el matrimonio, las
responsabilidades y las obligaciones de la adultez, la madre hizo tintinear los
cubitos en el vaso pensativamente y miró a su hija seriamente.
"No te olvides
de tus amigas" le advirtió, revolviendo las hojitas de té. Se volverán
importantes a medida que madures. No importa cuánto quieras a tu marido y a tus
hijos, siempre necesitarás a tus amigas. Recuerda salir con ellas, hacer cosas
con ellas. Y recuerda que tus amigas no son solamente tus amigas, sino también
tus hermanas, tus hijas y otros parientes también. Necesitarás otras mujeres
-Siempre las necesitarás-
Qué extraño
consejo, pensó la joven; acabo de casarme, de entrar en el mundo adulto; soy una
mujer casada, no una niñita que necesita amigas. Seguramente mi marido y mi
futura familia serán suficiente para darle sentido a mi vida. Pero escuchó a su
madre, se mantuvo en contacto con ellas e hizo cada vez más amigas.
Al pasar el
tiempo se fue dando cuenta que su madre tenía razón. A medida que el tiempo y la
naturaleza producen sus cambios y misterios en la mujer, las amigas son
indispensables en la vida. Cuidan tus hijos y guardan tus secretos, te dan
consejo cuando lo pides, que a veces sigues y a veces no; te sacan de apuros, te
ayudan a dejar las malas relaciones, harán una fiesta para tus hijos cuando se
casen o tengan un bebé, manejan en tormentas, nevadas o granizos o en la
madrugada para ir a ayudarte.
Te escuchan
cuando pierdes el trabajo o un amigo, te escuchan cuando tus hijos te rompen el
corazón, te escuchan cuando los cuerpos y mentes de tus padres fallan. Lloran
contigo cuando muere alguien que amas. Te respaldan cuando los hombres de tu
vida te decepcionan. Te ayudan a juntar los pedazos cuando los hombres empacan y
se van. Se alegran con tu felicidad y están listas a destruir lo que te hace
infeliz.
El tiempo
pasa,
la vida sucede,
la distancia separa,
los chicos crecen,
el
amor se derrite y se evapora,
los corazones se rompen,
las carreras
terminan,
los trabajos viene y van,
los padres mueren,
los colegas
olvidan los favores,
los hombres no llaman cuando
prometen..
Pero las
amigas están ahí, no importa el tiempo ni la distancia entre ustedes; una amiga
nunca está tan lejos que no la alcance tu necesidad. Cuando tengas que caminar
por ese valle solitario y lo tengas que hacer sola, tus amigas estarán en el
borde, alentándote, orando por ti, interviniendo y esperándote del otro lado. A
veces hasta quebrarán las reglas y caminarán contigo. Las amigas son la
bendición de la vida. El mundo no sería igual sin ellas, ni yo sería la misma.
Cuando empezamos esta aventura llamada femineidad, no teníamos idea de las
increíbles alegrías y tristezas que nos esperaban; ni sabíamos cuanto íbamos a
necesitarnos.
CARIÑOS
AIMAR