Cuál es el agua
que riega y fecunda los granos de mis esfuerzos?
La Meta: los ideales que deseas conseguir.
Nunca
me preocuparé porque mis metas sean demasiado elevadas, porque mis metas sean
demasiadas porque es preferible apuntarle a una águila y darle a una golondrina
que darle a la vaca del vecino:
"Hay
que aspirar a ser Papa, para llegar a ser sacristán", decían los antiguos... Y
por algo lo dirán.
Si
tropiezas al tratar de alcanzar tus metas, no te desanimes, porque todos los que
han llegado muy alto tropezaron por el camino. El único que no tiene peligro de
tropezar es el gusano porque se mueve arrastrándose. Pero yo no soy gusano que
se arrastra, ni gallina que no se atreve a levantar el
vuelo.
El sol
que calienta los granos de ideales que quiero cultivar, será la lectura de los
consejos escritos en este libro. Los leeré muchas veces hasta hacerlos míos,
porque ese sol de buenas enseñanzas hará crecer de manera admirable las plantas
de mis éxitos que con tanto cariño me propongo cosechar.
El
viento que trae polen fecundante a la planta de mis ideales serán las palabras
llenas de ánimo que me diré a mí mismo, y diré a los demás muchas veces.
“Tú puedes mucho más”.
“Ánimo: no todo está pérdido”.
“Adelante, que a la vuelta de la esquina puede
estarnos esperando el éxito”...
No
cometas nunca el terrible crimen de creer que las grandes metas no se hicieron
para ti y que los grandes ideales son únicamente para
otros.
CARIÑICOS
AIMAR