 Soledad llena de
incertidumbre, cubierta con rocío de
dolor, hiriente corazón
henchido, que grita en silencio su
desazón. Pérdida ingrata de los
sentidos, que ha yaga abierta
dejas, ríos de sangre
escarchada, que ya no alimentan mi alma
helada.
Mirada perdida en la
nada, pensamientos confusos
dolientes, respiración tedia y
lenta, tan solo un gemir entre
dientes. Nubes negras alzándose en
grandeza, lagrimas de hiel que curten la
piel, zozobra mi ser entre
tinieblas, y no te quiero
perder...
Mas no encuentro el
camino, no puedo
regresar, largo y tendido pasa el
tiempo, mi reloj se va a
apagar.
Un dulce adiós sale de mis
adentros, en un segundo de
lucidez, recordando tu
cariño, y tus brazos en el
anochecer...
Una ultima
lagrima, cubre mi faz
acariciándola, dulce y
calida..., que llama a tu alma
cándida.
Te esperare como he
prometido, te esperare mi
amor, no temas en esta
vida, que a tu
lado..., siempre estaré yo.

|