¿De jóven corriste alguna vez por las aceras?
¿Jugando a esquivar las grietas?
¿O mucho después
nadaste entre dos aguas,
o anduviste en la cuerda floja,
temiendo y a la vez buscando
el desastre de la caída?
¿"Desastre", he dicho?
¡Palabra aberrante!
Porque hay otras caídas y castigos
no enteramente catastróficos
amortiguados por alegrías y
glorias generosas.
Enamorarse es una de ellas.
Pero la sabiduría advierte:
una caída es una caída
con secuelas de daño y dolor
tan sólo demoradas, no evitadas.
¡Bah, bah!
¡Abajo la sabiduría!
Hurra por las baldosas rotas,
la cuerda floja y el agua.
¿Quién es ahora sabio, o quiere serlo?
Yo no.
¿Y tú?
Es un extracto de "El apagón", de Arthur Hailey.
Deseo que les guste y, si es posible, les sea útil. Besotes.
SHERE TOMANDO UN MATECITO