Tan diferentes
somos como la luna y el sol,
como el valor del temor, como el rey al bufón,
como el saludo al adiós, como dos besos con el beso del amor,
como la sal y el mar, y como un mudo que aunque lea las notas nunca la podrá cantar,
o como el suspiro al aliento temido o como la muerte a pobre malherido,
como la luz al ver nacer, y el hambre con negros de piel,
o como el vino a la sangre y el grito en mi cante,
el ser inteligente con el tener estudios
o como una vidente con el pasado con el futro,
o tener poca ropa con el estar desnudo.
Quizás algunos penderán por qué me pongo a comparar,
porque en verdad to no es igual que un etarra hijo de Satanás,
maldita rata de nación, maldita rata que España ensucio
y aquí no hago ni comparación porque a pesar de todo un pueblo
yo sonrió viéndote español.