La tradición de poner el árbol de Navidad , llegó a Inglaterra desde Alemania y aún recuerdo lo maravillosos que nos parecieron los primeros cuando llegaron
Cuando yo tenía ocho años la gente jamás había visto un árbol de Navidad , y la primera vez que ví la imagen de uno fue en un libro de ilustraciones que tenía .Era un dibujo precioso en el que Papá Noel llevaba al hombro un arbolito de Navidad . Para los niños de aquel entonces Papá noel estaba envuelto en todo un misterio.
Noviembre llegó y después Diciembre , y aquel libro de ilustraciones seguía manteniendo un increíble encanto para Patty y para mí que ,fascinadas ante aquella imagen , empezamos a querer a Papá Noel como sólo los niños pueden querer a semejante amigo .
La semana de Navidad llegó por fin y también Nochebuena .Mi padre y mi madre estaban muy misteriosos y sorprendentemente ocupados en la sala (sólo teníamos una ) sin dejarnos entrar . Así que no nos quedó más remedio que ir a la cocina ,aunque allí tampoco teníamos dónde ponernos . Kitty, la cocinera, estaba "por todas partes" y las tartas, pastellillos y pudines también . Y -como ella decía- ya con el gato era más que sobra para sus nervios .
El gato , negándose a coger la indirecta cada vez que ella lo sacaba al gélido exterior , regresaba a hurtadillas vez tras vez -..si sería tonto...- sólo por el placer de volar por los aires como una pelota de fútbol tras ser chutado por las zapatillas de Kitty al ponérsele delante . Nosotras dos : o teníamos más sentido común que el gato o menos valor . Por eso, acatando las órdenes de Kitty fuimos directas a la puerta de atras, metidas bajo un chal las dos..
Corrimos por el jardín y trepamos al muro a ver si veíamos algo o a alguien . Y justo al asomarme fué cuando Patty dio un bote que nos quitó el chal de la cabeza y gritó: "¡Mira!"
Miré. Un anciano venía de camino . Su pelo y barba eran blancos como el algodón. Su cara tan roja como una manzana , y su capa vieja y parda tenía retazos de nieve cubriéndola ; llevaba en brazos un pequeño abeto.
A ambas se nos ocurrió lo mismo : "¡Pero si es Papá Noel! "
Ahora sé que sólo era un anciano del pueblo al que no conocíamos y que había cogido un abeto del sendero para hacerse un árbol de Navidad . Un vejete muy simpático y algo sordo, que asintiendo y con una sonrisa dijo : "¡si, si , claro, claro!" . Sonrió con un gesto tan impresionante que no pude por menos que exclamar: "¡Buenas tardes , señor Papá Noel !"
-Lo mismo digo - respondió él con voz de pito
-¡O sea que eres Papá Noel ! - aseguró Patty
-Y feliz año nuevo también ... - respondió él.
Aquello sí que me dejó fuera de juego
-¿Eres muy mayor , no? - dijo Patty
-Sí, así es , señorita, así es - dijo Papá Noel asintiendo
-¡Toma! : ¡mil ochocientos treinta años! -murmuré.
- Sí , si , claro, - dijo Papá Noel - muy mayor ... ¿Sabeis lo qué es esto?
-Un árbol de Navidad sin velas- dijo Patty.
-En seguida las tendrá -respondió Papá Noel -Cuando empiece a oscurecer las encenderé . Será digno de ver.
-Y juguetes, ¿...porque habrá juguetes, verdad? - preguntó Patty
Papá Noel asintió .- Y caramelos - agregó con seguridad .
Noté que Patty temblaba y que mi corazón empezaba a latir a toda velocidad . A ambas nos había puesto nerviosas pensar si quizas Papá Noel no nos estaría trayendo el árbol a nosotras. Pero con nervios no se lo preguntamos directamente ...Sólo cuando vimos que el volvía a cargarse el árbol a hombros preparándose para marchar , grité desesperada :
-¿Pero cómo , es que te vas?
-Volveré dentro de un rato - dijo él
-¿Cuando? -gritó Patty
-Sobre las cuatro, -respondió el viejecillo con una sonrisa- ...voy hasta allá arriba .
¡Hasta allá arriba...! . Aquello sí que nos desconcertó. Papá Noel había señalado hacia el cielo, o ...el bosquecillo al final del pueblo ...
Papá Noel nos había prometido regresar a las cuatro y encender las velas del árbol tan pronto como empezase a oscurecer , así que permanecimos a la espera ante las extrañamente cerradas puertas de la sala . Sentadas en las escaleras observábamos el reloj de pared , esperando las cuatro.
Aburridas, metimos la nariz en la cocina para oler las tartas recién hechas y de paso coger algo de calor, y después nos colgamos del picaporte de las puertas de la sala , algo por lo que fuimos injustamente acusadas de espiar . ¡¿Espiar!?, ¡pero qué nos importaba a nosotras lo que hiciera nuestra madre escondida en la sala! .Nosotras, que habíamos visto al mismísimo Papá Noel, lo único que hacíamos era esperar a que volviera...
Y por fin sonó el reloj de la iglesia . Corrimos hacia el lugar de antes y espiamos un poco. De pronto el perro color canela que antes acompañaba a papá noel vino nervioso a buscarnos, dando vueltas y saltando a nuestro alrededor
- Creo que quiere que vayamos con él .- dijo Patty
De pronto se me cruzó una idea : quizás Papá Noel lo había mandado a buscarnos...
En efecto ,el viejecillo había resbalado por culpa del hielo mientras regresaba, quedando caido en la nieve sin sentido.
Avisé a Papá y a Kitty y entre los dos lo llevaron a la cocina. Papá Noel estaba a salvo.
Por nuestra parte ,Patty y yo estábamos algo decepcionadas por no tener árbol. Aunque nada podía ser mejor que estar sentadas en aquella mesa redonda de la cocina ,tomando el té con Papá Noel ...
Nuestra habitual merienda - una gruesa rebanada de pan con mermelada- se había transformado aquella tarde en una deliciosa variedad de pasteles , así que no nos pareció nada mal convertirnos en "catadoras" probando a ver si estaba todo bueno ...Trocitos de pastas , de bizcocho recién sacado del horno y también tartaletas que : o bien se habían quemado un poco o se habían roto . Y allí estuvimos sentadas -ayudando a Papá Noel a tomar el té con pastas- y preguntándonos qué habría pasado con el árbol .
No nos pareció bien preguntárselo . Y no fue hasta la tercera ronda de té con sus consiguientes "cataciones" de pastas , cuando llena de nervios e inclinándome ante papá Noel le grité a la oreja (porque para entonces ya me había dado cuenta de que hacía falta gritarle):
-¡Supongo que las velas ya estarán puestas en el árbol !.
-Acababa de encenderlas - dijo Papá Noel
-¿Y también de poner los regalos ? -preguntó Patty muy contenta
-Si , si, claro - dijo papá Noel sonriéndole encantado
Estaba pensando en qué más preguntarle, cuando de pronto dijo: - ...Ya que insistes tomaré otro plato...
En ése momento mi padre metió la cabeza en la cocina y avisó: -¡Papá Noel os ha traído un árbol de Navidad, niñas!
Pegando un brinco encantadas empezamos a bailar alrededor del viejecillo dándole las gracias .Lo que supongo que debió sorprenderle mucho, aunque no dijo nada, sólo sonrió .
Venga, vamos - dijo mi padre - venid, niñas .Venga Rubén , ven Kitty- Y entrando en la sala le seguimos todos .
El dibujo que tenía mi madrina del árbol de Navidad era precioso y las llamas de las velas parecían tan naturales pintadas en rojo y amarillo que siempre me preguntaba cómo es que no brillaban en la oscuridad . Pero aquella ilustración no era nada comparada con la realidad . Habíamos estado tanto tiempo sentadas casi en penumbra que, al llegar y abrir de par en par las puertas de la sala ,el resplandor del árbol - con todas sus ramas repletas de velas encendidas - nos deslumbró . Emitía tales destellos alrededor de los regalitos y los saquitos de muselina de colores rellenos de confites y de pétalos de rosa , que jamás podré olvidarlo.
Con el tiempo, supimos que " el viejo Rubén" era una persona normal , pero los niños no son nada fáciles de disuadir cuando están convencidos de algo, y por eso Patty y yo siempre, en memoria de él conservamos el recuerdo de aquel viejecillo como el de : Papá Noel.
Y es así , con ese nombre , con el que siempre lo hemos llamado.
J.H .Ewing