millones de dólares de la caja.
El contable era sordo. Por eso fue admitido en el trabajo, pues como
no podía oír nada, en caso de una eventual detención y proceso, no
podría actuar como testigo.
El jefe le llamó para interrogarle y llevó consigo a su Abogada, que
conocía el lenguaje de signos.
El jefe pregunta al contable:
- ¿Dónde están los 10 millones que te llevaste?
La abogada, usando el lenguaje de signos, le hizo llegar la pregunta
al contable, que a su vez respondió con signos:
- Yo no sé de qué están hablando.
La abogada lo tradujo para el jefe:
- Dice que no sabe de qué le hablamos.
El mafioso sacó un pistola calibre .357 mágnum y apuntó a la cabeza
del contable, gritando:
- ¡Pregúntale de nuevo!
La abogada por medio de signos le dice:
- Te va a matar si no le cuentas dónde está el dinero.
El contable responde con signos:
- Bien, usted gana. El dinero está en una maleta marrón de cuero, que
está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el Nº 400
de la calle 26, bloque 6 del barrio de Santa Martha, mi primo no está
ahora y no volverá hasta dentro de dos meses.
El mafioso pregunta a la abogada:
- ¿Qué dice?
La abogada responde:
- Dice que se la chupe, que se caga en la puta madre que lo parió, que
no tiene miedo de morir, y que no tiene huevos para apretar el
gatillo...
Moraleja: si las mujeres fueran buenas, Dios tendría una, y si fueran
de fiar, el diablo no tendría cuernos.