NATURALEZA
He caminado en la noche bajo las estrellas sintiendo el viento acariciar mi cara.
Pude sentir en mi piel la maravillosa experiencia de ser tocada por la Naturaleza.
He gritado tu nombre y fui recorrida por ti cuando la memoria atravesaba mi mente.
Como un himno se elevó mi llanto al cielo, con un aullido gemí mi dolor,
como agua de mar mis labios sorbieron esas lagrimas salientes.
Y vi la majestuosa luna, deliciosa criatura que iluminó mi travesía.
Y supe que solo mi sombra era la fiel compañía, el único testigo en mi agonía.
La brisa jugó con mis cabellos y seco la humedad de mi cara.
Y escuche cantar grillos que escondidos intentaban serenatas y melodías.
Pise la tierra, metí mis pies en ella y una extraña sensación invadió mi cuerpo.
Tocada por la esencia y la magnifica magnitud de lo más simple construí en cadena
mis sueños como perlas de un collar etéreo. Y no alcancé a verte, quise recordarte,
y no obtuve la cristalización de mi deseo.
Estabas lejano, perdido, ausente. Desconocido. Ya no eras parte de mí, pertenecías
al Universo, al mundo que yo miraba de lejos.
Alce mis ojos al cielo. Y en ellos desapareció mi desvelo. Vi la luz que tantas veces
la oscuridad de tu amor me quitó.
Giré, di vueltas a mí alrededor, vi lo que no veía, admiré lo que tenía, abracé mi corazón
que en su latir me daba vida.
Como si dos alas hubieran crecido en mi espalda, levanté vuelo. y volé , volé alto hasta
un infinito estado de éxtasis.
Vorágine de recobrar la sangre y sentirla correr por mis venas, caliente, presurosa, púrpura.
Algarabía, despertar, comprender, renacer. Estado de gracia. Me sentí hija
de la naturaleza y con todo su poder.
Atrás quedaron los años nuestros, las horas compartidas, los besos y tus caricias.
Mi nueva piel no te reclamaba y mi sabor no reconocía tu gusto.
Amanecía sin recuerdos y el día me pertenecía.
Corrí al encuentro del presente y mis manos como las flores se abrían.
Reía, ataviada con sonrisa nueva y en mi corazón una nueva estrella.
Lianca
(Derechos Reservados)